Plazos
Weretilneck socorrió a Educación con decreto que poco cambiará.
adriÁn pecollo adrianpecollo@rionegro.com.ar
El problema es que las rectificaciones a veces sirven y otras veces son tardías. Y el tiempo golpea más cuando los inconvenientes arremeten. Los productores frutícolas vuelven a las rutas por más aportes. Las obras atrasadas y los docentes inquietos sacuden la armonía escolar que Educación gestó en su acuerdo unidireccional con la conducción gremial. Además, el gobierno colisiona con las más viejas falencias del Estado. Otra etapa amaneció para la gestión rionegrina, menos agradable. El gobernador Alberto Weretilneck atenúa ese panorama porque confía en la opinión favorable a su figura que muestran sus últimos sondeos. En cambio, cada conflicto de hoy es una cuestión política, porque son acciones políticas claras las que se necesitan. Se enrarecen hasta los escenarios más seguros. La marcha propicia en la Legislatura para la creación de la empresa minera derivó en un estrepitoso y alborotado final a partir de que la legisladora Ana Piccinini reaccionó mal contra dichos del radical Bautista Mendioroz. Quedó empañada esa concreción. El frágil tejido de contención subsistirá mientras el gobierno siga limitado al mandatario y unos pocos “leales”. El resto, aislado, reduce su actuación a expreso requerimiento de Weretilneck, quien está en la búsqueda de cada solución. Este dispositivo es insuficiente por su inaplicabilidad. El mandatario migra hacia su equipo. Detecta que no hay más margen para descargar culpas en una unidad extraña. El costo ya golpea su despacho. Revisará cada cambio y lo hará con sus plazos. Alguno se irá antes de finalizar junio. ¿Julián Goinhex? El secretario general quedó realmente complicado por el discrecional manejo y exagerado costo de la visita presidencial a Bariloche. El impacto llegó a la Casa Rosada, explicando la defensa de Miguel Pichetto al operativo, aunque también Goinhex se entrevistó por esas horas con el senador y, antes, lo hizo con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Allí radicaba la inquietud nacional. Faltaron respuestas de actores (Weretilneck pidió una explicación privada por los valores del Teatro y nunca llegó) pero la responsabilidad se concentró en Goinhex por lo extravagante del trámite. Lo refleja el duro dictamen de la Contaduría, especialmente el análisis de su delegada en la Secretaría General, Nidia Sequeiras. Ella enumera las irregularidades, como la burda alteración de las fechas de publicación y de apertura que, de por sí, evidenciaban la falsedad de la compulsa. Antes del desenlace, Weretilneck seguirá vaciando el poder de Goinhex. Por caso, lo hará si confirma el nombramiento del exlegislador Oscar Díaz en la presidencia de Canal 10, que el secretario tenía como propio. La seguridad es un asunto complejo, que igualmente exige de rápidos saldos. Por eso, habría relevos en el mando policial. Además, el gobernador se fastidia con la ineficacia –como las demoras de Desarrollo Social para implementar el Plan Calor– pero más con la capacidad de algunos de construir problemas. Allí ubica a Ángel Rovira Bosch cuando Turismo instaló en Bariloche una inexplicable compulsa con el municipio por la recuperación de un local en el Cerro Catedral. El ministro –que no compartió la inicial posición de Weretilneck hacia el centro invernal– se despegó del reciente suceso y lo atribuyó a un subordinado, el subsecretario Daniel Torres. El gobernador igual lo desautorizó, revelando el andar de su gobierno, que difiere de lo que piensan y hacen sus ministros. Bien incómodo está el ministro César del Valle. El destierro ya alcanzó a la mitad de sus allegados, desde su segundo en Obras Públicas, Marcelo Catini, hasta su hija –Guadalupe– de Turismo. Pero él se quedará en su cargo, aceptando las recomendaciones. Catini se fue por orden de Weretilneck, pero insinúa una resistencia política. Direccionó misivas críticas a Carlos Peralta y Martín Soria, como autoridades del PJ. Recordó las “felicitaciones” recibidas con el inicio escolar y la vivencia de una “feroz” interna de la Unter llevada a Educación. Además, habló de “un pacto espurio” del gobernador y Pichetto en contra del “sorismo”. Profundizó su denuncia en una cena en Viedma con funcionarios. La administración del FpV expone ciertos comportamientos –como en la causa que se le imputa a Catini– que poco certifican el discurso moral con el cual llegó al poder. Hay acciones con las que busca recuperar aquella dirección. El masivo desplazamiento en Viarse se fundaría en sospechosos pagos a una empresa. Weretilneck apartó a los involucrados y la amplió a gerencias cuestionadas por otros motivos. Sólo continúa el presidente Néstor Bidegain, quien concurrió con la documentación de los despropósitos. La fruticultura embistió la agenda. La atención se acentuará si los productores vuelven el martes a las rutas. El mandatario alentó que tendría un paquete de medidas pero, cinco días después, se reunió con la Federación y sólo repasó anuncios anteriores, con asistencias que no fueron pocas. ¿Qué había ocurrido? Afloró una clara disparidad con el ministro Juan Pichetto, quien descree de más aportes para la fruticultura frente a la escasez del Estado. En cambio, Weretilneck no descarta otro auxilio. Pensó y avanzó en una estructura de comercialización –la vuelta a Corpofrut– y lo habló con el dirigente ruralista Carlos Carrascós. Hoy está desechada por dificultades funcionales y financieras pero, esencialmente, pesó la oposición del ministro. La cuestión frutícola no está cerrada en el gobierno, tampoco en las chacras. Hay roles desatendidos y Weretilneck no duda en ocuparse. Hasta su más fiel ministerio, Educación, lo complica. Le solicitó un decreto como garantía del normal dictado de clases. La realidad poco se cambia con normas. Educación delegó tareas en los municipios y en Obras Públicas, pero deberá ocuparse de ciertas funciones. Hay problemas edilicios más allá de que pueda existir un fácil apego a la paralización de las clases por parte de directores, sea por inexperiencia o presiones de padres, incluso por intencionalidad gremial o política. Educación atesora suficiente normativa correctiva si, como especula, hay responsabilidades de los directivos escolares. El viernes, en el CET Nº 1 de Roca, la suspensión se concretó por la determinación del alumnado. ¿Habrá otro decreto? Los directores son responsables de la integridad de los alumnos. Este deber restará operatividad a la reciente norma. Además, más allá de la figura del Consejo Escolar Zonal, el coordinador –que es el equivalente al anterior delegado– conservará un perfil político. El mecanismo curiosamente oculta la intencionalidad que dice resistir: la subjetividad en el análisis de cada situación. Ya se sabe que a Educación no le alcanzó con su acuerdo unidireccional centrado en el mando de la Unter, que lidera Jorge Molina. El ministro Marcelo Mango prefirió, pese a su pertenencia, ignorar y vapulear a las delegaciones críticas, mayoría en la entidad gremial. Exageró en esa exclusión. La resistencia llegó –poco a poco– a los docentes que siempre, antes y ahora, saben de atenuar o acentuar las falencias educativas. Aquel entendimiento exclusivo vació a la Unter, y tampoco bastó a Educación. Por eso, Mango parece dispuesto a revisar esa estrategia. Habría convocado a dirigentes de otras agrupaciones para integrarse a los consejos zonales. Los invitados aún no respondieron. ¿El convite llegó tarde? Tiempos, siempre los tiempos.
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