Política en tiempos de pandemia: ¿un fin a la grieta?

La emergencia por el coronavirus dio lugar a inusuales muestras de consenso en la clase política y relegó a los “halcones” de ambos bandos. La opinión de analistas.

Una foto repetida del presidente Alberto Fernández con el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Un encuentro con los jefes de los bloques parlamentarios, en la que la oposición presentó propuestas. Una reunión con todos los gobernadores tras la cual se definió la cuarentena nacional. La pandemia de coronavirus empujó señales de unidad impensadas quizás hace 10 días. La conclusión la dieron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri: “En esta pelea no hay grieta”, lanzó, el primero luego del encuentro con el mandatario. “Somos uno solo en esta pandemia”, agregó el segundo.

No faltaron “deslices”: Kicillof y su ministros criticaron, como en cada aparición, la gestión de María Eugenia Vidal, pero se moderaron en las últimas horas. El presidente también lanzó críticas al gobierno de Mauricio Macri cuando anunció la construcción de “hospitales modulares”. Desde JxC, aunque no desde la primera línea, criticaron que el gobierno haya subestimado la enfermedad, la lentitud en la identificación de casos y algunos gestos “demagógicos”.

¿Fin de la grieta o una pausa frente a la conmoción social?


Las preguntas


1) ¿Quedó superada la grieta? ¿Cómo se hace política en tiempos de pandemia?

2) ¿Prevaleció el ala moderada del gobierno nacional?

3) Kicillof fue de los que más pegó con «la herencia»? ¿Es sostenible ese discurso?

4) Cristina viajó a Cuba. ¿Un gesto político o una forma de dejar solo al presidente?

5) Este momento ¿es la prueba de fuego para el liderazgo de Fernández?


Casullo: “No parece ahora haber beneficio en criticar ‘la herencia’”


María Esperanza Casullo,
politóloga, profesora de la Universidad de Río Negro

1) Se suspendió. En Argentina hay un discurso muy descalificador de la política, pero me gusta decir que la política funciona bastante bien en Argentina, y esto es una confirmación. Estamos viendo al gobierno y a la oposición funcionar sin problemas políticos en la emergencia. En tiempos así, la política a la que se apela es la política de gestión.

2) Yo no estoy viendo división en el gobierno nacional en este momento. Me parece que se verticalizó todo en función de apoyar y fortalecer lo más posible la gestión. No soy experta en manejo de epidemia, no puedo opinar sobre las medidas en sí, pero la unidad y el compromiso de todo el gobierno parece bastante concreto: gobierno, bloques legislativos, etc., no aparecen grietas políticas en este momento.

3) No se sostiene, y no se sostiene primero porque lo que aparece es una idea de avanzar lo más posible en una unidad nacional en un momento muy grande de crisis, y segundo porque no parece ya haber beneficio en criticar “la herencia recibida”. Me parece que hay una percepción social de que el gobierno anterior no hizo una buena gestión de salud. Nunca se entendió lo de pasar el Ministerio de Salud a Secretaría. No se qué beneficio puede tener seguir pegando sobre el mismo tema. En este momento no veo ninguno.

4) Creo que hay una confusión. En el peronismo el que manda es el presidente, no hay doble comando, y me parece que justamente Cristina Fernández cuando ella decide ser vicepresidenta sabe eso. Lo que hemos visto hasta ahora es que la autoridad presidencial es la de Alberto Fernández. En este momento no hizo nada diferente a lo que viene haciendo en el último tiempo, que es reconocer y respetar el lugar de Alberto Fernández como presidente.

5) Sí, es la crisis más importante de la Argentina en años. Para cualquiera que fuera presidente sería una prueba de fuego. Es una oportunidad de entrar en los libros de historia, suceda lo que suceda.


Rouvier: “La grieta quedó en suspenso, no es su eliminación definitiva”


Ricardo Rouvier,
titular de la consultora Rouvier & Asociados

1) En una situación de emergencia se pone a prueba una sociedad y también, y sobre todo, la sociedad política . La dirigencia subordina sus intereses particulares a los intereses de la sociedad en circunstancias en donde la emocionalidad juega en forma decisiva como peligro, amenaza, miedo, etc. Y se hace política omitiendo lo que sería un oficialismo irrespetuoso con la oposición, y de una oposición salvaje. Es decir, la práctica de una de las virtudes de la política: la prudencia. La grieta ha quedado demorada o suspendida. Y esto es una buena noticia. La palabra clave es “suspendida”, porque indica, con justicia, una pausa en el tiempo, no la eliminación definitiva de la grieta.

2) Sí, predomina el ala moderada, porque se necesita meditar las políticas y compartirlas con los dirigentes de la oposición, sobre todo si esos dirigentes tienen responsabilidad de gestión.

3) El gobierno intercambia información y mantiene una línea abierta con la oposición, sin embargo no participa Macri en ello. De ese modo el oficialismo apunta a señalar que por un lado es pluralista pero que mantiene con el jefe de la oposición distanciamiento por la herencia recibida.

4) La expresidenta tiene un modo de comunicación particular, diferente a un conductor político que está encima de los hechos como, por ejemplo, ejercía Néstor Kirchner. Mantiene el liderazgo sobre una parcialidad del peronismo, una parcialidad dominante pero que no abarca a la totalidad. Y en el binomio que conforma con el presidente, hace su juego político sin entrar en el debate público. También una manera de no interferir en la gestión. Me parece que no lo hace para dejarlo en soledad, sino para no mostrarse como una figura disruptiva en la relación del presidente con su gabinete y con la sociedad.

5) Es indudable que en esta gestión se pone a prueba el ensayo de conformar un binomio electoral al revés de lo habitual con una candidata a vice que tiene los votos y un candidato a presidente con mejor llegada a sectores no K. Veremos como se desenvuelve la relación política entre ambos. Alberto Fernández no es jefe político, pero tiene ahora la oportunidad de construirse como tal, y Cristina tiene un grupo muy fiel que la sigue. Esto evolucionará y veremos en qué dirección.


Zuleta:“La gestión modera; no se puede ser extremista en la gestión»


Enrique Zuleta Puceiro, titular de OPSM

1) Veo la irrupción afortunada para la política de un tema, de los muchos temas que tienen que ver con los riesgos globales. Es un desafío que ha hecho aflorar un grupo de dirigentes en todos los niveles, nacionales, provinciales y municipales, gente de gestión de los distintos partidos. Esa gente de Fernández fue al gabinete, no pudieron ocupar los cargos claves de las cajas, sino los lugares que Cristina les dejó, sobre todo relacionados con la deuda. Ese grupo terminó haciéndose cargo de la situación. Esto es un proceso muy bueno para la política y puede llegar a ser irreversible, es muy difícil que el otro sector, que es un sector que trabaja desde la polarización y del todo o nada, desde Durán Barba hasta el kirchnerismo, es muy difícil que recuperen pie, tendría que haber un fracaso muy grande en esta política o en el tema de la deuda.

2) Un ala de acción, de gestión, y la gestión modera. No se puede ser extremista en la gestión, no se puede trabajar sobre la base de la grieta. La gestión es necesariamente centrípeta.

3) Han acordado no atacar, pero a veces es inevitable. Han sido cuidadosos en no poner la herencia recibida, pero en Buenos Aires es muy difícil no ponerlo, porque Kicillof depende de los últimos 4 años, la oposición tiene mayoría en la legislatura, no puede gobernar sin acorralar al sector ese. A nivel nacional es menos útil porque en el Congreso hay más primacía del radicalismo, de dirigentes de gestión, es más fácil hablar con ellos. El gobierno apunta a la UCR y a un sector del Pro que tiene como cabeza a Larreta.

4) Cristina ayudó mucho: se fue. Es un gesto político de apoyo. Cristina sabe que si a Alberto le va mal, son boleta. Es un poco lo que pasó con De la Rúa, ese gabinete con Cavallo, Chacho Álvarez… El proceso para que esto se convirtiera en gobierno necesitaba este incentivo que vino de forma providencial. Se ve en el mundo, a los gobiernos débiles como los de España e Italia les va mal, y a los gobiernos más armados como el de Alemania, Francia, les va mejor.

5) Vamos a ver cómo termina, porque se mezcla con el tema de la deuda. Más que una prueba de resistencia es una gran oportunidad. Él no podría haber encontrado un tema, un clima tan favorable para poner en valor sus atributos y el de sus equipos.


Clerici: “En un momento excepcional, se para la política cotidiana”


Paula Clerici, politóloga, investigadora en Conicet, UTDT y UBA

1) Están los distintos actores entendiendo que este es un momento excepcional en la vida política, y en la vida de las personas. No me parece que esto deje atrás ninguna grieta, simplemente que hay cosas mucho más urgentes y por eso da la impresión de que se está trabajando de manera conjunta. Hay mucha más coordinación entre las autoridades de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires y las autoridades nacionales, y las provincias. Es un momento excepcional, se le pone un parate a la política cotidiana, partidaria. Se apela a la gestión, en todos los niveles de gobierno.

2) Desde que se eligió la fórmula presidencial el kirchnerismo más duro tienen en claro que la estrategia es, no se si la moderación, pero sí suavizar los aspectos del kirchnerismo que se habían vuelto más difíciles de soportar en la sociedad. Ya había desde el vamos esta idea de moderación, no creo que haya cambiado ahora.

3) Ya en el acto cuando se anunció el triunfo en las elecciones Kicillof fue el que mostró el discurso más polarizante y de la “difícil herencia”. Me da la impresión de que no importa lo que recibiste en este momento, es un discurso que no contribuye a nada. Si sos gobierno las decisiones las tenés que tomar.

4) En términos generales, el corrimiento fue parte de la estrategia electoral, correrse del foco, reconocer que su rol es el Senado, muy con su estilo, sin opacar la figura presidencial. Sobre este último viaje no veo lectura política, se juegan cuestiones personales, una hija en otro lado en este momento…

5) Es una prueba de fuego no sólo para Fernández, para todos los dirigentes del planeta. Estamos viendo lo criticado que es Trump por haberse burlado de la situación y de un momento a otro empezar a tomar medidas, por esperar a que la situación fuera muy grave. Estamos evaluando el liderazgo de Macron, Xi Jinping. Todos los líderes y liderezas del mundo están mucho más expuestos. Y nuestro presidente, como los demás, va a salir fortalecido o va a ser cuestionado muy duramente.


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