La ardua lucha para cuidar y buscar agua en medio de la sequía en la Región Sur
En los pequeños pueblos se trabaja contra la escasez, pero quienes viven en los campos tienen poco recurso hídrico para consumo personal y de los animales.
La sequía en la Región Sur de Río Negro lleva ya más de diez años y golpea a las pequeñas localidades que se extienden en una franja que va de la Cordillera al mar.
El verano es la época más complicada y obligó en esta última estación a realizar con urgencia nuevas perforaciones para proveer de agua a las comisiones de fomento desparramadas en un territorio tan vasto como duro para vivir.
Los sucesivos años sin lluvias y nevadas importantes que permitan recuperar las lagunas y aguadas, hacen también que la napa de agua esté cada vez más profunda y en el verano las viejas perforaciones ya no captaban el líquido vital.
Carlos Vertiz, comisionado de fomento de Mencué, indicó que este verano encontraron los jagueles vacíos. “Arrojábamos los baldes y chocaban contra el piso”, a 15 metros de profundidad, graficó.
En este escenario, el gobierno de Río Negro se vio obligado a realizar nuevas perforaciones en distintos puntos de la provincia y en la última semana directamente pasó la operación y mantenimiento de la provisión de agua en las comisiones de fomento a la empresas Aguas Rionegrinas.
Pero la sequía además de en los pequeños pueblos también se sufre en los alrededores, donde están los campos o puestos que deben apelar a distintos métodos para darle de beber a los animales, principales base de subsistencia de los pobladores.
Un momento y la vuelta de la crisis
Como comenta Jesús Peña, comisionado de fomento de El Cuy, los pobladores que tienen animales en su jurisdicción debieron cambiar de las ovejas a los vacunos, para no tener que abandonar sus campos.
Según indicó Peña la cantidad de ovejas que años atrás era de unos 200.000 animales en el departamento El Cuy, hoy se redujo drásticamente por el impacto de la sequía.
En la comisión de fomento de El Cuy se debió realizar otra perforación para abastecer la localidad, que cuenta con una planta de ósmosis inversa para potabilizar el agua y poder proveer a los vecinos de agua segura para el consumo.
En Cerro Policía también se amplió la capacidad de reserva este verano. Antes los tanques debían llenarse durante un par de horas al día, cuando se habilitaba el servicio con este objetivo.
Otros vecinos se proveían de agua directamente por medio de las vertientes.
“Este verano se la pasaron yendo a los campos con un tanque de 500 litros sobre una camioneta para llenar las piletas en las que se bañan las ovejas por la sarna”.
Carlos Vertiz, comisionado de Fomento de Mencué.
Perforaciones más profundas
Con el paso de los años y la acentuación de la sequía, se debió recurrir a complejos operaciones para realizar actividades claves para la actividad ovina, como es el combate de la sarna.
Ante la ausencia del agua, el comisionado de Fomento Vertiz, relató que “este verano nos pasamos yendo a los campos con un tanque de 500 litros arriba de una camioneta para llenar las piletas en las que se bañan las ovejas” con una solución para combatir esta enfermedad.
Cada viaje de decenas de kilómetros por caminos de ripio permitía transportar 500 litros y eran necesarios 2.000 litros para llenar la pileta en la que se bañaban los animales. En estas condiciones cada litro de agua cuenta.
A la hora de pensar cómo mejorar la situación, Vertiz plantea la necesidad de seguir realizando perforaciones en lugares estratégicos para aprovisionar a los productores, ya que en la pequeña localidad de 400 habitantes este verano no tuvieron escasez. Sí hay un problema en una cifra similar de personas que viven en los campos aledaños.
Peña, por su parte, planteó la necesidad de ver cómo se podría aprovechar la tierra con sistema bajo riego para generar pasturas.
Y dejó una reflexión: “Uno ve que hay tanta agua en los ríos Limay y el río Negro y es una lástima que no llegue a estos lugares”.
“Los animales están entrando flacos al invierno, que es lo más grave”, advierte un productor
Miguel Lauriente es cuarta generación de productores laneros y ganaderos de la zona de Los Menucos. También es vicepresidente de la Sociedad Rural de esa localidad de la Región Sur de Río Negro.
Consultado por Diario RÍO NEGRO, contó que el verano que pasó fue particularmente duro por la falta de agua. La falta de buenas nevadas que permitan el desarrollo de pasturas golpea directamente en la producción ovina. «La mayor acumulación de agua acá en la zona históricamente son las nevadas. Pero últimamente no son de la magnitud de hace 30 a 40 años. Entonces eso hace que las napas se vacíen y también que que el manto no tenga la humedad suficiente» para la ganadería extensiva que se practica en esta región, describió Lauriente.
Como consecuencia de lo anterior indica que este año prácticamente en la zona no hubo corderos y los que hubo «no llegaron con el peso que tienen que llegar a faena».
También, remarca que esta situación afectó gravemente la calidad de la lana. «Los animales están entrando flacos al invierno, que es lo más grave que puede pasar», advirtió.
“Uno ve que hay tanta agua en el río Limay y el río Negro y es una lástima que no llegue a estos lugares”.
Jesús Peña, comisionado de Fomento de El Cuy.
El productor detalló que hay lugares donde se ha terminado el agua para el consumo personal y las familias tienen que llevar agua potable desde los pueblos.
A la hora de plantear cómo se podría mejorar la situación plantea la necesidad de nuevas perforaciones, pero ante el costo de estas, ahondar los pozos existentes.
Para ejemplificar afirma que el metro de perforación en la Región Sur está entre 200.000 y 300.000 pesos, lo que lleva hasta unos cinco millones de pesos la inversión para poner uno en funcionamiento si además se agrega la bomba o le molino que se debe colocar.
El panorama de cara al invierno vuelve a ser complicado y solo nevadas abundantes podrían cambiar la situación de cara al resto del año y el 2026.
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