El futuro de las chacras en Vaca Muerta: abren el debate de cómo ordenar la tierra en Neuquén

Centenario, El Chañar y Plottier, tres ciudades creadas como colonias frutícolas, viven hoy los efectos de la industria petrolera y la explosión inmobiliaria. Sin nuevas tierras disponibles, los productores hablan de un panorama "crítico".

El avance de los loteos sobre las zonas de chacras no es un tema novedoso en las principales ciudades de la Confluencia neuquina. Varias de ellas intentaron regularlo con ordenanzas. Otras, con inspecciones más rigurosas. La discusión, sin embargo, sigue resurgiendo temporada tras temporada y, con el desarrollo de Vaca Muerta, es probable que incluso se incremente.

La porción valletana de Neuquén se concentró inicialmente en el sur de la capital provincial, Centenario y Plottier, donde se desarrollaron grandes redes de riego, vitales para la actividad frutícola que, en un primer momento, caracterizó a la economía local.

A ellas se sumó más tarde un cuarto polo productivo, el de San Patricio del Chañar, que recibió a decenas de agricultores en búsqueda de nuevas tierras disponibles.

Pero el aumento de la población y la intensa demanda habitacional pusieron en jaque ese esquema, y el uso del suelo, que lucía claramente delimitado en los mapas, empezó a modificarse.

Las últimas chacras de Vaca Muerta: Centenario, el caso testigo


Centenario, dedicada históricamente a la producción de frutas, evidenció como pocas el cambio de tendencia. Allí, la llamada «mancha urbana» comenzó a extenderse años atrás a sitios hasta entonces considerados rurales.

La zonificación del ejido, con sectores dedicados a la urbanización y otros a la producción, fue establecida por su primer código urbano. A esa ordenanza inicial (la 328/90) le siguieron otras dos, que agregaron hectáreas aptas para construir.

Hoy, la municipalidad trabaja en una nueva actualización del código. Según explicaron a Diario RÍO NEGRO, la idea es mantener el carácter rural de la ciudad y, al mismo tiempo, brindar claridad normativa para los desarrollos inmobiliarios, ahora potenciados por el empuje de la industria petrolera no convencional.

No obstante, las normas existentes no impidieron el florecimiento de los loteos irregulares en la franja de chacras, cada vez menos rentables por la ya conocida crisis frutícola.

Eugenia Jafella, secretaria de Planificación y Ordenamiento Territorial de Centenario, precisó que la problemática es marcada, sobre todo, al sur de la ciudad, alrededor de la calle rural 2 y la ribera del río.

En Centenario el desarrollo urbano se extendió a la zona rural. Foto: Florencia Salto.

A los loteos irregulares, se sumaron varios aprobados en el Deliberante por excepción, lo que complicó todavía más la convivencia entre el mundo urbano y el rural.

Las últimas chacras de Vaca Muerta: qué pasa en San Patricio del Chañar


San Patricio del Chañar se fundó y se diagramó alrededor de los montes frutales, producto de un complejo y extenso proceso de sistematización de tierras para riego.

Aquel horizonte productivo, sin embargo, quedó lejos en el tiempo y la localidad vive en la actualidad una fuerte transformación de su entramado económico, en gran medida, producto de la industria petrolera y el apogeo de Vaca Muerta.

Gonzalo Núñez, su intendente, habló con Diario RÍO NEGRO y al igual que Centenario, indicó que su administración está trabajando para presentar un nuevo código urbano en el corto plazo.

El texto, cuya redacción está en plena elaboración, incluyó un «censo de tierras». El relevamiento tuvo por finalidad diferenciar las parcelas productivas de las que no tuvieron esa aplicación «en los últimos 50 años», explicó el intendente.

Según Núñez, una de las mayores dificultades para quienes se quieren instalarse en El Chañar es, precisamente, la disponibilidad de tierras.

Con el censo, lograron detectar zonas aptas para cambiar la tipificación del uso del suelo. El segundo paso será un proceso de «zonificación» del ejido, que termine favoreciendo un «crecimiento ordenado» de la planta urbana.

Sin grandes espacios disponibles, la municipalidad también planea avanzar sobre los lotes que «no han tenido ningún movimiento en los últimos años». Puntualmente, se les aplicará a los propietarios «una modalidad de cobro de tasa un poco más alta y progresiva», hasta tanto definan «qué van a hacer con el terreno».

La meta oficial «es tratar que todos los terrenos baldíos disponibles puedan pasar a urbanizarse». Y en el caso de los que no lo estén, que reciban una «tasa municipal más alta», sumó Núñez.

Las últimas chacras de Vaca Muerta: Plottier, con nueva ordenanza


La discusión sobre el uso de la tierra también llegó este año al Concejo Deliberante de Plottier, luego de un proyecto enviado por la intendencia de Luis Bertolini.

La iniciativa, convertida en la ordenanza 4527/25 en julio pasado, derogó alrededor de 200 loteos aprobados por excepción años atrás. Los proyectos afectados fueron aquellos que no presentaban plazos ni condiciones adecuadas para su terminación.

Buscan frenar el avance de los barrios con ordenanzas. Foto: Florencia Salto.

El texto también estableció un plazo límite de tres años para los desarrollos todavía en proceso de tramitación u obra. De no cumplir con los trabajos antes de esa fecha, también quedarán sin efecto. En todos los casos, las parcelas se recuperarán para finalidad productiva.

Al argumentar la ordenanza, el Ejecutivo mencionó que el polígono de crecimiento urbano vigente ya contaba «con cientos de hectáreas disponibles para proyectos» de urbanización, haciendo «innecesaria la incorporación de tierras por fuera del mismo».

Además, planteó los «efectos nocivos» provocados por el avance de los loteos en las zonas alejadas de la «trama urbana» de Plottier. En concreto, mencionó el «aislamiento social» y los «riesgos ambientales» fomentados por este tipo de inversiones inmobiliarias.

La visión de los productores: «La situación es un desastre»


Fernando Almohalla, presidente del Consorcio de Riego de Centenario y Vista Alegre, planteó una visión marcadamente crítica de la convivencia entre las chacras y los nuevos barrios en ambientes rurales.

Dijo que los loteos multiplicaron los problemas para los productores, sobre todo, en relación con el riego. Afirmó que los canales dejaron de recibir mantenimiento o incluso, dejaron de estar operativos.

La pérdida de hectáreas productivas también afectó la tasa de pago de los regantes, que, sin frutales, perdieron interés en mantener activo el servicio. Los números citados por Almohalla dan cuenta de esa problemática: alrededor del 40% de los socios ya no cumple con su cuota.

La crisis del sector frutícola aceleró la pérdida de hectáreas productivas. Foto: Florencia Salto.

«La situación es un desastre y el consorcio, hoy, está fundido», planteó el presidente de la entidad, quien además posee su propia chacra entre Centenario y Vista Alegre.

El productor también alertó que de las 3.000 hectáreas originalmente disponibles en la zona bajo riego, ya se perdieron más de 700. En su mayoría, por el desarrollo de proyectos inmobiliarios.

Sostuvo que de no revertirse la tendencia, la crisis podría traducirse en pérdida de empleos. Estimó en 5.000 los trabajadores que, directa o indirectamente, cumplen funciones alrededor de la cadena de la fruta.

«Si seguimos así, no va a quedar nadie», alertó el dirigente.


El avance de los loteos sobre las zonas de chacras no es un tema novedoso en las principales ciudades de la Confluencia neuquina. Varias de ellas intentaron regularlo con ordenanzas. Otras, con inspecciones más rigurosas. La discusión, sin embargo, sigue resurgiendo temporada tras temporada y, con el desarrollo de Vaca Muerta, es probable que incluso se incremente.

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