Lo que no se vio del debate presidencial: qué le dijo Sergio Massa a Javier Milei cuando tenía el micrófono apagado

Hubo cruces con micrófono cerrado, bromas entre bambalinas, confusión con el derecho a réplica y negación de saludos. Punto por punto, el detrás de escena.

Este domingo, por la noche, se realizó el primer debate presidencial con los candidatos que se presentarán en las elecciones del 22 de octubre: Javier Milei, Sergio Massa, Patricia Bullrich, Myriam Bregman y Juan Schiaretti. Fue en Santiago del Estero, en el Forum, con unas 400 personas y transmisión en vivo.

Entre los usos del derecho a réplica y la posibilidad de hacer preguntas cruzadas entre candidatos, designados por sorteo, hubo situaciones tensas y de chicaneo político, pero mucho también pasó por fuera de los micrófonos y la transmisión.

Al turno de Massa de hacer una pregunta a Milei, el candidato peronista le pidió al libertario que le pidiera perdón al papa Francisco por sus dichos contra el sumo pontífice.

Mientras Milei respondía -con el micrófono abierto-, Massa -con el micrófono cerrado- le repitió tres veces «hacelo», en referencia a que el candidato de ultraderecha le pidiera perdón al papa Francisco.

Al terminar su respuesta, Milei -con el micrófono cerrado- protestó: «Quiero que se cumplan las normas porque acá hay candidatos que hablan y nosotros escuchamos», y agregó: «Bregman tampoco cumple porque se pasa de tiempo».

Bregman respondió, también con micrófono cerrado: «Milei, bajá el dedito», porque el candidato de LLA hablaba apuntando a la candidata del FIT.

Para sorpresa de muchos, mientras se produjo este cruce no hubo ningún grito por parte de los asesores e invitados que se mantuvieron al margen.


Debate presidencial: la confusión sobre el derecho a réplica


Provocó sorpresa y alguna incomprensión entre todos los presentes fue la utilización de los denominados ‘botones rojos’ para los cinco derecho a réplica que tenía a disposición cada candidato para los bloques de economía, educación y derechos humanos.

Por una confusión en la organización, varios asesores admitieron que habían pensado que eran cinco por cada eje temático, lo que fue aclarado en el mismo debate por los moderadores.

Cuando llegó la explicación, la mayoría de los candidatos (salvo Bregman) había agotado casi todos los derechos a réplica, empujados por los cruces sobre la economía.

Otra cuestión discutida fue el uso de la palabra cuando no era el momento asignado al candidato, algo que no quedó claro en la televisación.


Debate presidencial: el equipo de la Libertad Avanza no se sumó a las bromas tras bambalinas


En el primer corte, los candidatos se retiraron a rápidamente a dialogar con sus asesores en los camarines armados especialmente mientras que los invitados compartieron un refrigerio en el salón contiguo y charlaron con normalidad radicales, peronistas, liberales y socialistas.

Luego, en orden y acatando los tiempos televisivos, los dirigentes junto a periodistas invitados especialmente por la Cámara Electoral cortaron sus diálogos y volvieron cada uno a su silla respectiva, una actitud que también fue destacada porque no siempre sucede en este tipo de eventos.

Fue una muestra del clima que reinó tras bambalinas, donde no hubo hostilidad sino cortesía y hasta intercambio de bromas entre los distintos espacios, que reconocían ocurrencias y hallazgos de los competidores.

La excepción de la noche fueron los representantes de la LLA: pusieron un halo de distancia del resto y se mantuvieron al margen de las charlas en los cortes de la televisación.

En el segundo corte, cada espacio ya se sentía ganador mientras buscaba en sus celulares repercusiones desde el exterior, ya que en el set los aparatos electrónicos estaban en modo avión o apagados por pedido de la organización.


Debate presidencial: quién saludó a quién, cuando todo terminó


Al finalizar, todos salieron satisfechos y remarcando que salvo por el tema del derecho a réplica había sido un buen debate, y se mostraron orgullosos de la muestra de civismo a 40 años de democracia.

A la hora de los balances, cada uno intentó promover su interpretación de lo que había ocurrido aunque hubo evaluaciones que reconocían méritos en el desempeño de los rivales.

Algunos dirigentes de JxC de extracción radical coincidieron en que Massa había «salido impune» y que «no le pegaron como se esperaba por la inflación», mostrándose algo frustrados, aunque al mismo tiempo destacaban: «Patricia estuvo bien».

Desde LLA, por su parte, remarcaron el comportamiento de Milei y su postura ante cada tema: «Vieron que no es un loquito como lo quieren hacer figurar», dijo uno de sus principales asesores.

El final del debate tuvo otra ‘perlita’, que fue el saludo con desgano de Milei a Massa, una distancia que contrastó con el abrazo con Schiaretti, mientras que los primeros que se saludaron con la mano fueron el ministro de Economía y Bullrich.

Bregman, en tanto, no saludó a nadie y se retiró molesta por los planteos que se habían escuchado en materia de derechos humanos y las afirmaciones en ese punto del exponente ultraliberal.

Agencia Télam

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