Vaca Muerta empuja el crecimiento del PBI per cápita en Neuquén: por qué no es suficiente
Si se compara con un país, sería similar al de Alemania. La provincia también multiplicó su aporte al PBI nacional. Cómo administrar el crecimiento explosivo para que no genere más desigualdad.
El desarrollo acelerado de la producción de gas y petróleo, intensificado en la última década con el inicio de la explotación en Vaca Muerta, ubican hoy a Neuquén como la tercera provincia con mayor PBI per cápita del país, prácticamente similar al que se puede encontrar en Alemania.
Es un indicador de riqueza que compatibiliza con un nivel de pobreza menor que la media del país, pero que no es suficiente para evitar un reparto desigual asociado al crecimiento explosivo de la industria.
Según un análisis publicado en Argendata, un proyecto de la fundación Fundar, dedicada a la investigación y el diseño de políticas públicas con foco en el desarrollo, en 2022, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) fue la jurisdicción de mayor PBI per cápita, con valores 2,96 veces mayores a la media nacional. Le siguieron Tierra del Fuego (2,46 veces), Neuquén (2,36 veces), Santa Cruz (1,71 veces) y Chubut (1,39 veces).
Nueve de las 10 provincias de menor PBI per cápita, en cambio, son del Norte Grande, con Formosa y Misiones como las peores posicionadas.
El mismo informe, en una comparación lúdica, afirma que si Neuquén fuera un país, sería parecido a Alemania, con un PBI de 61.128 dólares por habitante. Río Negro, por su parte, sería más cercano a Macedonia del Norte, con un PBI per cápita de 23.745 dólares.
“El PBI per cápita es un indicador de riqueza. Tiene sus limitaciones, porque no dice nada acerca de cómo está distribuida. Pero, groso modo, los países con PBI per cápita mayor viven mejor y los que tienen bajo PBI per cápita viven peor. Ese trazo grueso existe, pero después hay grados de libertad”, explicó a Diario RÍO NEGRO el sociólogo Daniel Schteingart, director de Fundar y uno de los autores del informe.
El concepto se resume a que “un PBI per cápita es una condición necesaria, pero no suficiente para ser desarrollado” en un país y lo mismo sucede para las provincias, apuntó.
Específicamente sobre Neuquén, indicó que “en los últimos diez años, producto de Vaca Muerta, su PBI per cápita creció considerablemente mientras que en el resto de las provincias el PBI per cápita cayó”.
¿Eso significa que los indicadores sociales de la provincia son también similares a los de Alemania u otro país desarrollado? La respuesta es no.
Los datos sociales en Neuquén y los países petroleros
Neuquén registró, según el último informe de Indec correspondiente al segundo semestre del 2024, poco más de un 32% de pobreza y un 3% de indigencia, números que son altos pero igualmente menores que la media nacional.
“Son seis puntos menos de pobres y cinco menos de indigentes. Ahí hay un dato relevante. Normalmente, las provincias que tienen más PBI per cápita tienden a tener menos pobreza y viceversa. Ahora, el PBI per cápita es un indicador rústico de desarrollo, hay grados de libertad”, aclaró Schteingart.
El investigador apuntó que, en aquellos lugares cuyo PBI per cápita se explica, mayormente, por economías extractivas, como es el caso de Neuquén, “puede ser un poquito engañoso”.
“Normalmente lo que ocurre es que, en los países que tienen mucho petróleo y son muy ricos, los indicadores sociales no son tan buenos dado el PBI per cápita que tienen. Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Guyana son países que, para el nivel de PBI per cápita que tienen, no presentan tan buenos indicadores sociales. Probablemente porque, si bien el petróleo genera encadenamientos productivos, en la industria petrolera solamente el 10% del PBI de la industria va a salarios porque es una industria muy capital intensiva”, explicó.
Eso supone que, lo que termina yendo a las familias, es mucho menor que en otros sectores como los servicios y otras industrias donde aún más del 50% del PBI es explicado por los salarios.
Hay un dato más en cuanto a la distribución de ese PBI per cápita y es el de género.
Un trabajo de Fundar realizado el año pasado ubicó a Neuquén como una de las provincias con peores indicadores de inserción laboral -actividad, formalidad, jornada semanal paga y brecha salarial- para las mujeres, con un puntaje por debajo del promedio nacional: 74/100 (siempre en relación a los varones).
El petróleo nuevamente aparece explicando el fenómeno, ya que se interpretó que las economías primarizadas como la hidrocarburífera y la minería “son sectores que se organizan en torno a la masculinidad como valor para el trabajo”.
Schteingart advirtió que “el desafío de los lugares que tienen crecimiento explosivo es que los Estados puedan planificar para que se pueda dar de un modo ordenado”.
Neuquén es casi el 4% del PBI de Argentina
El informe detalló también la posición que ganó Neuquén en cuanto a la participación en el PBI nacional durante las últimas décadas.
Si bien la producción de bienes y servicios dentro de Argentina se encuentra altamente concentrada en la región Pampeana (incluyendo CABA), que explica el 72,4% del PIB nacional, seguida mucho más atrás por la Patagonia (9,2%), al mirar por jurisdicción se ven disímiles ritmos de crecimiento provincial desde mediados de siglo XX que explican los cambios en la participación provincial en el PBI nacional.
Neuquén pasó de dar cuenta del 0,4% del producto bruto a principios de la década de 1950 a ser el 3,5% en la actualidad. Esto se debe a que multiplicó su producción por 48, mientras que el país en su conjunto lo hizo por cinco.
Schteingart analizó que, “si las proyecciones de producción de hidrocarburos a 2030 se cumplen, es razonable que la participación en el PBI para el 2030 o un poco después pueda llegar al 7%, un porcentaje similar al de Santa Fe y Córdoba”.
Planificación para Neuquén y el caso Tierra del Fuego
Sobre el caso de Neuquén, el sociólogo y director de Fundar, Daniel Schteingart, analizó que el “desafío de los lugares que tienen un crecimiento explosivo es que los Estados puedan planificar para que se pueda dar de un modo ordenado”.
Evaluó que Argentina no ha tenido buenas experiencias previas en ese aspecto y que, frente a escenarios similares, “ha corrido muy atrás en procesos muy rápidos de cambio social”.
“Quizás la forma más clara de ver eso es cuando experimentás un crecimiento demográfico que termina generando barrios carenciados sin acceso a servicios públicos, una forma de integración territorial bastante disfuncional, infraestructura que no abasto y colapsa”, explicó.
“En esas cuestiones, normalmente, Argentina tiene una mala experiencia previa en general y es clave poder tener horizontes de planificación”, advirtió Schteingart. Esto incluye que el Estado, sea la provincia o el gobierno nacional, pueda prever cuántos nuevos trabajadores espera para los próximos años, de cuántas tierras deberá disponer para solucionar la vivienda, el acceso a bienes y servicios y “poder ahorrar en las cuentas fiscales para financiar eso a mediano plazo y que no sea el típico ciclo de explosión que después termina generando problemas sociales indeseados”.
El sociólogo dio un ejemplo de planificación fallida con Tierra del Fuego. Indicó que es la provincia que más creció en términos relativos desde la década del 70 a la actualidad, de unos 12.000 habitantes hace seis décadas a casi 200.000 en el último censo.
Pero pasó de estar en el puesto 8 de provincias con menor población con necesidades básicas insatisfechas en los 80 a pasar al puesto 23, solo detrás de Salta.
“Es una de las provincias que más hogares con necesidades insatisfechas tiene porque vivió un proceso de crecimiento explosivo que no fue bien administrado desde el sector público, que debió haber podido planificar mejor eso. En Neuquén hay que tratar de evitar que el crecimiento de los años que vienen no te lleve a un escenario como el de Tierra del Fuego”, alertó.
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