Por la devaluación, las vacaciones fueron gasoleras y en Argentina

La devaluación y la recesión llevan a los turistas a elegir destinos nacionales. Los costos crecen por encima de la inflación.

En épocas de ‘dólar ahorro’, cepo cambiario y Plan Ahora 12, se hizo costumbre para miles de argentinos tomar sus vacaciones en el exterior. La oportunidad de pagar en cuotas a un año ganando en términos reales contra la inflación, y la posibilidad de gastar en dólares usando la tarjeta de crédito durante el viaje, fueron por años el motor que movilizó los recursos nacionales fuera del país en el periodo estival.

La devaluación registrada en 2018 trastocó el panorama por completo. Un claro ejemplo es la reversión en el flujo de viajes de compra a Chile, los cuales eran una constante hasta hace un año, mientras que en la actualidad son los hermanos trasandinos los que visitan nuestro país para aprovechar la diferencia de cambio.

A la hora de analizar la evolución del gasto en turismo, es claro que un dólar 100% más caro que el año pasado, genera de por sí el incentivo a elegir destinos internos para las vacaciones familiares. En efecto, las cámaras empresarias y los organismos oficiales de los destinos turísticos en Río Negro y Neuquén, no dudan en catalogar la presente temporada como “récord” en términos de ocupación y cantidad de turistas. La misma tendencia se registra en los principales centros turísticos del país como Mar del Plata o Villa Carlos Paz.

Sin embargo, al mismo tiempo en que se incrementa la demanda interna, crece también el costo en pesos de los destinos nacionales. Un informe publicado por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa), da cuenta de ello con un relevamiento realizado en los principales puntos de la costa atlántica bonaerense. Según el estudio, el costo de una semana de vacaciones para una familia tipo de cuatro integrantes, puede oscilar entre los $28.380 si opta por un estilo ‘gasolero’, y los $77.500 si prefiere una estadía ‘premium’.

Algunos números

$77.500
lo que puede llegar a gastar semanalmente una familia tipo para vacacionar en la costa atlántica.
116%
lo que aumentó el precio de alquilar una carpa en la playa céntrica, en relación a 2018.

El informe de Cepa, detalla que el mayor incremento durante la presente temporada, se registra en el transporte, donde el precio de los pasajes en micro creció un 61% respecto al verano 2018, y el costo de llegar en auto lo hizo un 59%. En ambos casos, muy por encima de la inflación anual. Por su parte, el precio de las carpas en playa céntrica se incrementó un 116% en comparación con el verano anterior.

Respecto a la estadía, el costo semanal de un departamento de dos ambientes, creció un 40%, mientras que en gastronomía, los precios avanzaron entre un 25% y un 60% dependiendo el tipo y la calidad del alimento.

Los datos vertidos en el citado estudio, sumados a la devaluación y al parate que vive la actividad económica, permiten advertir un doble efecto en relación al gasto en turismo.

El primero podría denominarse ‘efecto sustitución’. Refiere a los miles de turistas argentinos que dejaron de elegir destinos en el exterior y redireccionaron su gasto al interior del país. Se trata de turistas con un poder adquisitivo medio y alto, lo cual fortalece la tendencia al incremento de los precios vía exceso de demanda, tal como describe el relevamiento realizado por Cepa.

El segundo, podría llamarse ‘efecto expulsión’. Tanto el aumento de los precios internos, el derrumbe del salario real, como el aumento del flujo de turistas a los destinos nacionales, hace que aquellas familias de menores recursos que mientras el resto viajaba al exterior preferían vacacionar en Argentina, hoy tal vez posterguen el gasto en vacaciones al punto de no viajar o de hacerlo a destinos menos conocidos y onerosos.


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