Río Negro y Neuquén reducirán sus ingresos en $ 8.800 millones en el primer semestre

Los efectos de la covid-19 afectaron sensiblemente las cajas de las Provincias. Los menores recursos en Neuquén sumarán más de 6.000 millones mientras que en Río Negro alcanzarán los 2.800 millones. Se acentúa la dependencia económica con el gobierno nacional.

Los números fiscales dados a conocer por las provincias en esta primera parte del 2020 no son para nada alentadores. Sin embargo, todo indica que lo peor todavía está por llegar.

“Hoy tenemos dos problemas bien diferenciados: por un lado, llegar lo mejor posible al 30 de junio; por el otro, enfrentar los seis meses siguientes que serán verdaderamente duros para las Provincias”, aseguraron fuentes del ministerio de Economía de Neuquén en conversación con Río Negro. En esta misma línea se expresaron los funcionarios de la gobernadora Arabela Carreras.

Si bien hay coincidencias entre los técnicos de ambas Provincias sobre las complicaciones que presenta el año en curso, las realidades son algo distintas.

Los números proyectados para el cierre del primer semestre del año ponen a Río Negro en una mejor posición respecto de Neuquén. Esto se debe fundamentalmente a la matriz de ingresos y egresos que presentan. “Sería un buen logro alcanzar los resultados que están mencionando”, señalaron, con algo de ironía, desde los pasillos de las oficinas de La Rioja al 200, al comentar el déficit del período enero-junio estimado por Nación para Neuquén.

Los datos del primer trimestre que muestra la administración Gutiérrez marcan una preocupante tendencia, teniendo en cuenta que la pandemia afectó económicamente solo una quincena de las seis que presenta el período. El resultado económico (que es el ahorro genuino que puede llegar a tener la Provincia) refleja un déficit cercano a los 250 millones de pesos para este año contra un superávit de más de 1.700 millones logrado en enero-marzo 2019. Esta misma propensión se observa en el resultado financiero que muestra el trimestre: con un rojo cercano a los 2.000 millones de pesos contra un saldo positivo de 20 millones respectivamente.

Estudios preliminares dan cuenta de que a las arcas provinciales ingresarán durante el primer semestre –sin auxilio por transferencias discrecionales de Nación– alrededor de 6.000 millones de pesos menos en relación con lo que tenían previsto recaudar el gobierno provincial principios de año. Desplome de regalías, caída de la actividad local y menores transferencias por coparticipación conforman el combo para llegar al número mencionado por Nación.

La partida de gastos presupuestarios es la que complica la estabilidad de las cuentas fiscales. Son pocos los fondos de libre disponibilidad con los que cuenta el Gobierno. La mayor parte de las erogaciones ya tienen destino fijado con antelación –o por Ley– y otros son inflexibles a la baja; en especial todos aquellos que se encuadran a través de la partida corriente como es el caso de los salarios y coparticipación municipal, por nombrar alguno de ellos.

La dependencia económica de Neuquén con el gobierno nacional crecerá sensiblemente.

Las tradicionales herramientas con las que cuenta la administración pública neuquina para poder corregir estos desvíos son hoy de difícil aplicación.

Con los mercados financieros cerrados, la toma de deuda para financiar el gasto público no es una opción, sin dejar de mencionar los abultados pasivos que tiene la Provincia que ya se acercan a los 100.000 millones de pesos. Solo queda el endeudamiento de corto plazo, pero a tasas exorbitantes.

El recorte de la obra pública –la otra alternativa que se usa en estos casos– ya se hizo, en forma indirecta, trasladando el ajuste al sector privado que fue quien recientemente recibió bonos por los trabajos ya ejecutados.

En definitiva, los números de la administración Gutiérrez dependerán de la voluntad del Gobierno Nacional teniendo en cuenta que hoy es la única puerta abierta para transferir volumen de fondos como para compensar los enormes desvíos de sus cuentas fiscales.

Río Negro, algo mejor

Si bien las dificultades también existen, las cifras que muestra Río Negro son algo más alentadoras que las proyectadas para Neuquén.

Mientras la administración Gutiérrez mostraba al cierre del primer trimestre del año un déficit cercano a los 2.000 millones, el presupuesto de la gobernadora Carreras reflejaba un superávit de 1.000 millones de pesos. Esta diferencia se argumenta fundamentalmente porque el gasto corriente en Neuquén creció en este período en forma interanual al 52% contra una tasa del 33% en Río Negro.

Sin embargo, la ola del tsunami del coronavirus llegará a las costas rionegrinas. Las proyecciones por caída de regalías, menores ingresos propios y transferencias por coparticipación podrían afectar a las arcas Provinciales en más de 2.800 millones de pesos. Las estimaciones preliminares –con los cierres parciales de mayo en mano– proyectan que el déficit sobre el fin del primer semestre del año se lo ubicará en torno a los 1.800 millones de pesos. Un número que no es del todo malo, teniendo en cuenta el contexto económico en el que se encuentra el país, pero que puede profundizarse en forma importante durante la segunda parte del año si la economía provincial no comienza a recuperarse.


La segunda parte del año también será complicada


El segundo semestre del año no será mucho mejor. El impacto de la recesión se sentirá con fuerza teniendo en cuenta que muchas de las actividades no podrán volver a levantar sus persianas.

La recaudación se mantendrá con caídas importantes en términos reales y los efectos de la inflación empezarán a sentirse en la medida que se abra la cuarentena y comience a monetizarse la economía.

Con caída de ingresos y bajo nivel de consumo, como estiman la mayor parte de las consultoras para esta segunda parte del año, las Provincias solo contarán con un aliado para poder contener el crecimiento del gasto de sus cuentas fiscales: la inflación.

La aceleración de precios esperada a partir de julio licuará parte del gasto salarial que impacta hoy en forma importante en los presupuestos de Río Negro (representa el 60% de los ingresos corrientes) y Neuquén (56%).

La actividad hidrocarburífera tampoco arrancará en la segunda parte de 2020.

Un acuerdo con Nación que permita refinanciar los pasivos Provinciales también podría ayudar para liberar importantes partidas que hoy se destinan para cancelar capital e intereses de la deuda pública. Las miradas en este sentido están puestas en los posibles acuerdos que pueda sellar en los próximos días el ministro Martín Guzmán con los acreedores externos.

Sin embargo, solo con estos ajustes no alcanzará para sostener los potenciales desequilibrios que muestren las cuentas públicas de estas Provincias que reflejan un gasto incontrolable.

Sin lugar a duda, los efectos del coronavirus desnudaron la precariedad de los Estados Provinciales sin margen alguna para poder reaccionar en estos nuevos escenarios.


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