Postales iniciales

Los cambios de agosto alcanzan a la Lotería y el mundillo del juego.

DE DOMINGO A domingo

adrián pecollo adrianpecollo@rionegro.com.ar

No hay movimiento ajeno a él. Todo orbita alrededor de Weretilneck. El resto está de receso, de relax poselectoral o postrado políticamente. El presente está marcado por ese único tráfico. El gobernador detecta esa supremacía, entonces incursiona con ensayos, centralizados en la mutación de su gobierno a un equipo con planes constitutivo de otro Estado y de otra provincia. Un eje estará en la construcción pública. Antes advierte riesgos, a pesar de que los recursos petroleros disimulen hoy cualquier peligro. “Hay que ajustar los números, no más ingreso de personal”, transmitió Weretilneck en la reunión de gabinete poselectoral. La partida salarial de julio rondará los 1.000 millones, con las subas en docentes, policías y administración central. Sin ese impacto, la evolución de la masa creció más de un 40% en el primer semestre. No era necesario conocer estos números para percatarse de que el gobierno mantiene el menester de una revista a la plantilla de personal. En aquel relato al gabinete, el mandatario alertaba de la inviabilidad de seguir con un alza tan desbocada y caótica. Pidió que las admisiones se enfocaran en profesionales o técnicos para mejorar la calidad. La renegociación petrolera garantizó un flujo importante de recursos, con su inversión en letras por más de 800 millones. Pero la vorágine de mayo y junio –con aguinaldos– derivó en que el Estado volviera a un costo financiero olvidado: descubiertos e intereses abonados al Banco Patagonia. No fue mucho, pero lo suficiente para un aviso interno. La única política de personal consiste en un plan para jubilar a un millar de estatales, que ya deberían haberse retirado y no lo hicieron por la caída de su ingreso al pasar de su haber activo a su jubilación. El gobierno fijó un curioso cronograma de adhesión para cumplir con la ley 4640 –que blanquea aportes no remunerativos– y alentar esos retiros, cuya concreción terminaría en una baja menor al 5% de la masa salarial. Falta algo más que eso. El proceso poselectoral y el receso invernal aquietan el paisaje político. El oficialismo no participa de las PASO y los candidatos del FpV –Martín Doñate y Silvia Horne– emergen aislados. El partido sigue paralizado, a pesar de que ya pasaron tres semanas desde que el senador Miguel Pichetto se corrió de la presidencia y dejó al mando a Martín Soria. Recién esta semana se reuniría el Consejo. La intendenta María Eugenia Martini sabe de esa soledad en su campaña en Bariloche. Ni hablar de otros jefes locales. El radicalismo está flagelado y está ligado al despliegue de Sergio Wisky del Pro. Ambos se repiten en Río Negro en las boletas de Cambiemos. Weretilneck observa las PASO con perspectiva nacional. Se trasladó el fin de semana a San Juan al encuentro minero casi con la única intención de un contacto con el bonaerense Daniel Scioli, el candidato del FpV. Corta, pero existió una charla en el aeropuerto. Scioli recibió bien el plan del rionegrino de un “acuerdo programático”, pues argumentó que ya lo está firmando con otros mandatarios. En esa línea, en su paso por Bariloche, Pichetto valoró un posible entendimiento de “gobernabilidad” en la marcha a las generales de octubre. No tiene descanso. Weretilneck construye. Por ahora, nada fuera de su círculo. No asoma, aún, ninguna extravagancia. Sigue desechando la inclusión de cualquier radical notorio en lugares clave. “No voy a comprarme un problema”, repite cuando le llegan con esas rarezas. La última negativa: una ofensiva contra los vocales del Tribunal de Cuentas, Juan Huentelaf y Erika Acosta, y el fiscal Marcelo Ponzone. Los incondicionales logran espacios privilegiados. Claudio Di Tella, desde el Ipross, aportará la ojeada “médica” a Salud. El ministro Fabián Zgaib es licenciado en Economía. Carlos Valeri y Obras Públicas tendrán un espacio preeminente. La reunión del miércoles con las constructoras se concretó con ese sentido. El gobernador pidió respaldo y compromiso privado en la vorágine por venir. Algunas empresas están desalentadas y desertan de compulsas licitatorias. Los motivos quedaron expuestos. Los pagos de las discutidas y polémicas actualizaciones retroactivas fueron –por ahora– a pocas firmas. La mitad, todavía, no cobró nada y, en cambio, la constructora valletana de Roque Mocciola concentró dos tercios de los desembolsos. Es real también que esa firma dispone de la mayoría de los expedientes. El presidente de la Cámara de la Construcción, Juan Castelli, esbozó ese reclamo. Fue diplomático y genérico, pero todos sabían de qué hablaba. Aun esa queja, estos empresarios están alineados. No hay hilos sueltos. Toda vinculación concluye en Weretilneck, generalmente con la intermediación de Facundo López. El legislador seguirá con esa función, sin otro lugar institucional. No presidirá el bloque, como se pensó. “Te necesito bien libre”, ya le habría dicho. Tampoco allí quiere problemas. Ese liderazgo sí será un cargo que consensuará con el vicegobernador, Pedro Pesatti. En agosto, Di Tella llega al Ipross y Oscar Pereyra a Horizonte. Faltarían, aún, los reemplazos de Vialidad y la Secretaría de Cultura. Ayer sí anunció un cambio estratégico. Martín Alcalde deja la conducción de la Lotería. Aquel superó varias crisis, pues lo nombró Carlos Soria en su corto período. Llegó por Martín Soria, de quien era asesor legislativo. Ese lazo se sostuvo, pero Alcalde supo conformar igualmente al mandatario. Lo reemplazará el aún mandamás del Ipross, Luis Ayestarán. Este contador tiene la confianza de Weretilneck y lo apartó de la obra social por su virulencia con los prestadores. El manejo estatal del juego siempre es un componente escabroso y sospechoso. Corresponde al submundo del dinero fácil. Los casinos rionegrinos sumarían una recaudación bruta de unos 700 millones. Sólo en el reparto del organismo a las áreas sociales se prevén para este año casi 190 millones de pesos. El recelo en torno al juego quedó corroborado en Río Negro con la condena a cinco años de prisión efectiva para Miguel Irigoyen, quien presidió Lotería con Pablo Verani. La pena respondió al delito por el cobro de coimas, pero la Justicia está empecinada en que no exista cumplimiento. Pasaron seis años y medio del fallo. En febrero, el expediente volvió de la Corte, tras confirmar que no participaría, y queda hoy que la Cámara disponga de la ejecución de la condena, pero el fiscal Fabricio Brogna ya habría entendido que la causa está prescripta. Si eso se confirmara, para la Justicia, otra vez, no habría pasado nada. En el mundo real, en el 2003, Irigoyen –con un decreto de Verani, cinco días de dejar el gobierno– extendió por cinco años la explotación del casino de Bariloche en favor de Entretenimientos Patagonia. El acuerdo original vencía en el 2012 y se lo extendió al 2017. Así, la concesión de la mayor sala de juego será en dos años revisada por el presente gobierno. Quedará para más adelante el contrato con Crown (adquirido mayormente por el grupo francés IGGR), que explota los casinos de Cipolletti, Roca, Las Grutas y Viedma-El Cóndor. Esas concesiones también operaban hasta el 2017 pero, en este caso, el exgobernador Miguel Saiz prorrogó ese negocio hasta el 2022, tras la resolución del interventor Gonzalo Sanz. Casi dos décadas pasaron de la privatización de esas salas y, en el período radical, sólo dos hombres –Irigoyen y Sanz– condujeron la Lotería. Alcalde lo hizo en esta última gestión y llega en agosto Ayestarán. En realidad, el gobernador se introduce en ese mundillo. Lo motiva su proyecto de poder, a pesar de que aún falta inyectarle contenido a ese diseño político.


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