Preocupa en Río Colorado el robo de frutas para el «mercado negro»

El monto económico no logra ser cuantificado pero el enojo es por los daños que sufren las plantas.

Fotos: Jorge Tanos

Con el comienzo de la temporada frutícola, también comienza el malestar –histórico- entre los productores frutícolas, por los constates robos de frutas que luego terminan siendo comercializadas en el “mercado negro” de Río Colorado.

Aunque el monto económico por cuadros frutales, no logra ser cuantificado, la preocupación mayor se enfoca en los daños que sufren las plantas, que son irreversibles.

Aunque las quejas se multiplican puertas adentro de las mayorías de los cuadros, las denuncias policiales no se concretan. Solo en ocasiones alertan de posibles “gente extraña”, recorriendo en horarios sospechosos a las patrullas policiales que realizan recorridas o en las cadenas internas entre los productores utilizando el whatsApp.

Todos los chacareros consultados coinciden en que “el robo hormiga”, de dos, tres, cuatro cajones con fruta, en algunos cuadros, ocurre desde siempre en las colonias de Río Colorado. La “mercancía” obtenidas mayormente durante las últimas horas del día o de noche, finalizan en comercios, o verdulerías locales. Otras son fraccionadas para comercializarlas personalmente o por redes sociales.

También surgieron comentarios que señalaron que “vemos también a gente que paran al costado de la calle con autos cero kilómetro, donde bajan corriendo chicos con bolsas y se cuelgan de las plantas para sacar la fruta y hacen más daños que otra cosa. Es lamentable, porque esa gente no tiene necesidad y si vienen a pedirme y no la pueden pagar se las doy. Pero eso no se debe hacer», dijo uno de los productores consultados.

Por estos días, con el comienzo de la temporada de cereza y de los primeros duraznos, varios fueron los afectados con los robos, inclusive algunos terminaron detectando que “sus cajones eran exhibidos en verdulerías.”

Por su parte el presidente de la Cámara de Productores de Río Colorado, Víctor Pardo señaló que «siempre existió el robo de frutas. Pero en los últimos años se generó un comercio local que agravó la situación aumentando la cantidad de robos. Sumado a los daños que hacen a as platas quebrando ramas para sacar fruta. Cualquier verdulería o persona que compre fruta a alguien que no la produce, es tan delincuente como quien la ofrece», enfatizó.


Daños


Al momento de los robos, los “malhechores” se amparan en las últimas horas del día o en plena noche.

Son concretados habitualmente por más de una persona, que llegan a las chacras en vehículos utilizando bolsos que llevan, otras veces extrayendo cajones que se encuentran en los cuadros frutales.

Una vez que están entre las plantas, comienzan a llenarlos sin precauciones y sin seleccionar la fruta. Toman lo que tiene a mano y en otras, sin utilizar escaleras, se trepan a las plantas, colgándose de los gajos y ramas, las que termina quebrando y rompiendo para dejarlas en el suelo.

Tras ese daño, el productor debe cortar una porción importante de la planta para que la sangría no se propague, la que una parte dejara de producir.


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