“Queremos que el que lo hizo lo pague”, reclaman los padres de Luciano

Su madre Yereni y Jonathan Pérez, su papá, relataron los trágicos hechos que se llevaron la vida del pequeño en el barrio Peñi Trapún de Cutral co.

“Mamá, yo quiero andar en bici”, le dijo Luciano Fuentes a su mamá Yereni, el lunes, a la hora de la siesta . Sin embargo, ese día sus vidas iban a dar un vuelco total porque una bala percutida a unas cuadras de su casa le impactó inexplicablemente en la cabeza. Sus ocho años y sus ganas de jugar como cualquier niño fueron arrancados. Ahora, la familia intenta rearmarse para seguir adelante, mientras reclama que haya justicia.

En el comedor de la abuela de Luciano, su mamá Yereni y Jonathan Pérez, su papá “del corazón” como explican, se disponen a charlar con “Río Negro”. Mientras, entra y sale de la casa la más pequeña de las hermanitas de Luciano. Su padrino también participa, sentado a la mesa.

El dolor que les atraviesa el cuerpo no lo pueden transmitir en palabras todavía porque, luego de despedir a su pequeño, se vieron envueltos en los trámites judiciales de la causa iniciada por el homicidio de Luciano.

La ratificación de la prisión preventiva por cuatro meses para el único imputado por el hecho, Diego Andrés “Neneo” San Martín, que se hizo el viernes por la tarde, los dejó un poco más tranquilos. “No lo pueden largar, se va a escapar”, dice el padre.

De ese día, su mamá cuenta que ella había ido a abrir la puerta de la iglesia pentecostal a la que asisten y que queda a la vuelta de su casa, en el barrio Peñi Trapún. Hacía pocos días su pareja le había arreglado la bicicleta para que anduvieran.

“Mamá, yo quiero andar en bici”, recuerda que le dijo Luciano. “Y él estaba ahí. Con los primeros disparos que se sintieron, lo metí para adentro porque no era la primera vez que pasaba”, relata Yereni.

Esa era su reacción toda vez que escuchaba las detonaciones. Luciano tenía permitido andar en bici por la vereda que hace poco tiempo se construyó y que conecta la casa de su familia, en Santa Isabel al 1200, con la iglesia que queda a la vuelta, sobre 25 de Mayo.

“Él salió, y cuando sentí los otros disparos salí corriendo. Ahí vi pasar a mi cuñado, los dos en el auto. Corrí y llegué a la esquina, vi su bicicleta que estaba tirada en el piso”, relata.

“Y qué había pasado… ya me imaginaba lo que había pasado”, acota sin esperar la respuesta porque conocía el desenlace.

Luciano era de River Plate, como todos los integrantes de la familia (excepto su mamá, que es de Boca Juniors). “Me peleaba porque era la única de Boca, pero ayer miré al cielo y le dije que me hice de River, así que debe estar contento también”.

El niño concurría a 3º grado de la Escuela Primaria Nº 119 –en pleno centro de la ciudad– en el turno mañana, donde las clases se suspendieron por duelo.

“No le gustaba despertarse, pero se levantaba igual”, recuerda el padre, y el abuelo acota que muchas veces dormitaba en el auto mientras iban desde su casa a la escuela.

“Si era el más hermoso mi chiquitito…”, dice el papá, y su rostro se transforma con una sonrisa al recordarlo. El superhéroe que más le gustaba era El Hombre Araña. “Le encantaba echar arañas y hacer con las manos” tal y como si fueran las telarañas.

“Vi pasar a mi cuñado, los dos en el auto. Corrí y llegué a la esquina, y fue ahí que vi su bicicleta, que estaba tirada en el piso”.

Yereni, madre de Luciano.

Yereni, Jonathan y el padrino, al igual que el resto de los familiares, escucharon por primera vez en la audiencia de revisión el daño que le causó la bala que lo alcanzó en la cabeza. La descripción de la Fiscalía hizo que sus padres intentaran ahogar el llanto, aunque no pudieron evitarlo.

Ese mismo día, aunque por la mañana, se encontraron con Andrea, la mamá de Micaela García, quien junto a su padre, Néstor “Yuyo” García, estuvieron en Cutral Co para dar a conocer la ley para erradicar la violencia de género.

“Me dio fuerza de ella como mamá. Me dijo que me iba a ayudar y me pidió que yo la ayude a ella también desde acá”, subrayó.

Luego, reclamaron que lo primero que desean es “justicia para mi hijo, y que el que lo hizo lo pague”.


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