¿Quién fue Valdivielso Sáez?

Héctor Valdivielso Sáez perteneció a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, conocidos como La Salle, y murió fusilado en Turón, norte de España, durante la «Revolución de Asturias» de 1934. Valdivielso, que adoptó el nombre de Benito de Jesús, fue asesinado junto a otros siete religiosos de las Escuelas Cristianas y a un pasionista que había llegado un día antes a Turón para ayudarles. El nuevo santo nació en Buenos Aires el 31 de octubre de 1910. Hijo de inmigrantes españoles, fue bautizado donde ahora se levanta el Obelisco, uno de los lugares más conocidos de la capital argentina, y que en aquellos tiempos ocupaba la antigua parroquia de San Nicolás de Bari.

Cuando era pequeño regresó a España con sus padres y se estableció en Briviesca (Burgos). Allí conoció a los Hermanos de La Salle e ingresó en uno de sus centros de formación. En 1924 viajó a Bélgica, a la casa central de La Salle, donde ingresó en el noviciado misionero.

En septiembre de 1933, Benito de Jesús fue enviado a Turón, un pequeño pueblo minero de Asturias, donde La Salle tenía una escuela a la que asistían 400 niños, hijos de mineros.

Ya en aquellos meses comenzó un período muy turbulento de la historia de España, que estalló en 1934 con la llamada «Revolución de Asturias» y que dos años más tarde prosiguió con la Guerra Civil Española de 1936-39. La Revolución de Asturias duró escasamente dos semanas. En aquellos días se desató un fuerte odio hacia la Iglesia, que se saldó con 58 iglesias destruidas y 34 sacerdotes asesinados.

Uno de los lugares más afectados fue Turón y en el punto de mira los revolucionarios colocaron a los hermanos de La Salle, que eran ocho y estaban dirigidos por Cirilo Bertrán.

Por haber entregado su vida en defensa de la fe, Bertrán y los ocho compañeros fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el 29 de abril de 1990 en el Vaticano.

Ese mismo día se produjo el milagro que les llevó a la santidad: pocos días antes de las beatificaciones, un ex alumno nicaragüense de La Salle les rezó y pidió que intercedieran ante Dios para salvar a su mujer, Rafaela Bravo Jirón, de 24 años, que estaba gravemente enferma por un cáncer de útero y a la que los médicos habían dado pocas semanas de vida.

El 29 de abril de 1990 la mujer recuperó la salud de una manera que la ciencia no pudo explicar. La joven vive actualmente en Nicaragua, completamente curada. (EFE)


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