Red PINE: cómo sentirnos mejor en pandemia

*Por Patricia Vogl

A quince meses de transitar la pandemia de coronavirus, conviviendo con el miedo a enfermarnos, sintiéndonos aislados de nuestros seres queridos, con ingresos económicos reducidos, habitando lugares cerrados, sin poder reunirnos ni hacer las cosas que nos gustan… ¿cómo nos sentimos hoy?

Desganados, cansados, tristes, sin rumbo, con dificultad para dormir o con ganas de dormir todo el día. Y además: sentimos falta de aire, dolores de pecho, de articulaciones; tenemos palpitaciones, diarrea, dolor en el abdomen y muchos síntomas más. Y consultamos al sistema de salud, donde nos piden un laboratorio, un electrocardiograma, una ecografía, o tomografía y todo es normal.

Pero nos sentimos mal y entonces ¿qué nos pasa? ¿dónde podemos encontrar alivio?

A lo largo de los años, se ha mantenido la idea de que los factores psicológicos y emocionales tienen influencia sobre los procesos de salud y de enfermedad.

Abordaje integral

El análisis estrictamente biológico no es suficiente para explicar todas las situaciones en que los individuos se sienten enfermos. Por este motivo fue necesario elaborar un abordaje que incluya a nuestra mente, pensamientos y emociones como ejes centrales en nuestra calidad de vida, la salud y la enfermedad.

El profesor José Luis Bonet, especialista en PINE sostiene que la visión parcializada del origen de la enfermedad influye en que se ignoren los problemas que no son técnicos o específicos, que con frecuencia son considerados sin importancia .

La psicoinmunoneuroendocrinologia (PINE) es una red que integra el ambiente, las emociones, los procesos cerebrales y hormonales que influyen la salud y enfermedad, permitiendo ver a la persona en forma totalizadora, logrando un mayor bienestar y calidad de vida.

Son tiempos difíciles, pero a su vez, llenos de oportunidades para vivir de manera más satisfactoria.

¿Cómo empezar?

Tenemos que comenzar a ser más activos en nuestra vida cotidiana: reducir las horas de sedentarismo asociado al uso de pantallas.

Tenemos muchos espacios donde podemos realizar actividades recreativas (caminatas, juego con pelotas, cuerdas, entre otras actividades que se pueden desarrollar al aire libre).

Hay que tratar de incorporar a nuestra alimentación, en la medida de nuestro presupuesto, más frutas y verduras, reduciendo los productos refinados de panadería, las comidas rápidas y las bebidas gaseosas. Volver a cultivar en cualquier espacio nuestras verduras y cocinar nuestras comidas tiene varios beneficios sobre nuestra salud.

También es importante poder recuperar los encuentros seguros, en espacios bien ventilados o abiertos, con nuestra familia y nuestras amistades.

Hay que evitar la soledad y acompañar a aquellas personas que viven en soledad y necesiten de una palabra de aliento.

*Patricia Vogl es médica (matrícula nacional 100.103). Actualmente se desempeña en el servicio de clínica médica del hospital López Lima. También lo hace en el servicio de clínica médica y Terapia Intensiva del Sanatorio Juan XXIII. Fue docente en distintas carreras y ha producido informes científicos en diversas áreas de la medicina.

En medio de este contexto también es necesario comenzar a animarse a desarrollar ciertas técnicas como la meditación, el yoga, el tai chi. Las mismas han demostrado ser efectivas para controlar los síntomas asociados a la ansiedad y a la depresión. También nos ayudan a dormir mejor.

Es necesario buscar una actividad que nos haga sentir placer a través del aprendizaje y la creación.

Volver a jugar, corriéndonos de lo cotidiano y establecido. Hay que fortalecer los lazos afectivos, cuidando a nuestros seres queridos con pequeños gestos de amor.

Es importante volver a generar un compromiso social, solidario, que apunte a una sociedad más equitativa, con oportunidades similares.