La drástica decisión de Margarita II que cambió la historia de la Familia Real de Dinamarca

A partir de enero de este año, un cambio en la línea de sucesión generó gran debate en el fuero interno de esa Casa Real, que se reavivó tras la asunción de Carlos III en Reino Unido.

La Familia Real de Dinamarca volvió a la escena pública en las últimas semanas, luego de que sus miembros participaran de la coronación del rey Carlos III del Reino Unido y se llevaran las miradas por la elegancia de sus integrantes. Sin embargo, su historia está atravesada por el escándalo y los enfrentamientos familiares.

Es que, tiempo atrás, la reina Margarita II decidió, de manera indeclinable, eliminar a cuatro de sus nietos de la lista de príncipes y princesas reales, los hijos de su hijo menor Joaquín. La medida comenzó a regir en enero último, y sorprendió a los daneses.

En octubre pasado, través de un comunicado, la monarca señaló que «ostentar un título real implica un determinado número de compromisos y deberes que, en el futuro incumbirán a un número más restringido de miembros de la familia real«. De esta manera, se involucró con el debate de los roles y los gastos que implica el sostenimiento de la realeza.

Así es que los príncipes Nicolás (23), Félix (20), Enrique (13) y la princesa Athena (10) ostentan los títulos de condes y condesa de Monpezat, y pueden llevar la vida que deseen, sin verse forzados a cumplir con las obligaciones que conlleva ser parte de la monarquía.

Mientras que son herederos al trono Federico, el hijo mayor de la reina, su esposa Mary y sus cuatro hijos, primeros en la línea de sucesión al trono.

Una batalla monárquica en Dinamarca


La decisión no fue bien recibida por Joaquín, el segundo hijo de Margarita II. Entonces, el príncipe señaló que sus cuatro hijos «están tristes» porque «no saben en qué pata apoyarse cuando se les quita la identidad» y se preguntó: «¿por qué deben ser castigados de esa manera?».

«Los niños se sienten marginados. No pueden entender por qué les están quitando su identidad», lamentó enotnces de manera pública.

Sin retractarse de su decisión, Margarita II sintió haber subestimado hasta qué punto su hijo menor y su familia «estaban afectados» por la determinación, y afirmó que deseaba encontrar la manera de superar «esta situación», pero el escándalo ya estaba en el mundo público.

«Esta adaptación, que veo como una salvaguarda necesaria para el futuro de la monarquía, quiero hacerla en mi tiempo», afirmó la monarca. «Que nadie tenga dudas de que mis hijos, yernos y nietos son mi gran alegría y orgullo. Ahora espero que nosotros, como familia, podamos encontrar la paz para encontrar nuestro camino a través de esta situación nosotros mismos» finalizó la reina en su intento por cerrar el conflicto.


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