Abundan carencias en la escuela que forma para el agro

Ellos tienen contacto con los animales y la tierra. Aprenden desde la producción vegetal hasta cómo realizar chacinados.

A diferencia de muchos otros alumnos en el CET 14 de Allen los chicos se destacan por estudiar al aire libre.

Tras seis años de cursado se reciben como técnicos agropecuarios, una profesión muy útil en el Alto Valle donde predomina la fruticultura.

Aquí muchos chicos tienen su primera experiencia con la faena.

La institución cuenta con 400 estudiantes que disfrutan los talleres. Sin embargo también reclaman por mejores condiciones para cursar y más seguridad porque han sufrido muchos robos de animales.

En producción vegetal empiezan con huertas, viveros y ornamentales. Luego en quinto año practican la fruticultura y en sexto vitivinicultura, que es la producción de vinos y licores.

Por otro lado en la industrialización aprenden a realizar salsas, dulces de frutas, cultivos de hongos, deshidratados de hongos y conservas. En la parte animal fabrican los chacinados más exquisitos de Allen.

Los chicos de primer año estaban en el pesaje de pollos cuando llegó Río Negro a entrevistarlos.

“Van a aprender a pesar las aves y el que se anima aprende a faenar”, dijo la profesora Julia Borda.

La docente remarcó que los gallineros de material los pudieron construir con la venta de pollos. “Si no tendríamos que levantarlos de madera pero no son las condiciones adecuadas”, aclaró.

Daniela es ingresante y está entusiasmada con la actividad. “Es la primera vez que voy a faenar pollos”, contó y aseguró que no se va a poner nerviosa.

“Elegí esta escuela porque quiero ser veterinaria”, expresó a “Río Negro”.

Está el sector de la cría de conejos, el de cerdos y después pollos parrilleros y gallinas ponedoras.

En cuanto a los cerdos, hay cinco madres y un verraco.

Por otro lado hay dos tandas de pollos parrilleros y un lote de gallinas.

Sobre los conejos hay seis madres, seis de engorde y un macho.

Fernando es profesor de producción vegetal y señaló que el objetivo es que cada estudiante aprenda a abastecerse de alimento a través de su propia huerta.

“Tenemos 16 huertas. El mes pasado se cultivó lechuga, ajo y acelga”, expresó mientras cavaba pozos para seguir sembrando.

En el taller también se cosecha hortalizas. Después estudian frutas de pepitas y carozo como duraznos, manzanas y peras y ciruelas.

“Queremos hacer un invernadero”, contó ansioso.

Fernando señaló que los chicos se entusiasman más con el taller de producción animal. Aún así elaboran muy buenos proyectos y compran su propias semillas.

“Aprenden a usar la pala, todo lo que significa el trabajo de campo”, dijo.

Haya frío o calor los estudiantes siempre disfrutan tener ese contacto con la tierra.

Se autofinancia

A mitad de año y en noviembre el colegio realiza una feria que sirve para juntar fondos y seguir acondicionándose.

“Vendemos todos los productos que elaboramos en la industria como conservas, dulces, otras optan por vender cervezas, vinos y licores”, contó Valentina estudiante de cuarto año.

También hay chacinados como morcillas, chorizos, bondiola, jamones, huevos, pollos parrilleros, parrillas y objetos de carpintería.

El evento es una oportunidad para exponer los diferentes trabajos que realizan durante el año.

La inseguridad

“Los únicos que hasta ahora se han salvado han sido los pollos. Se han robado conejos, cerdos y corderos”, dijo la profesora Julia.

Los ladrones suelen romper el vallado para ingresar.

Los chicos que practican huerta también sufren el robo de cebollas, zanahorias y frutas como ciruelas o peras y duraznos.

“Los serenos están sólo adentro del edificio y no custodian la zona de los criaderos de animales donde ocurren los robos”, dijo otra estudiante.

A mediados del mes pasado se llevaron 20 conejos que ya habían sido pesados y se iban a utilizar para las prácticas de faena.

Una vez se robaron un cerdo pero lograron recuperarlo ya que la persona que lo compró se dio cuenta de que era del colegio.

El reclamo por mejores condiciones

La comunidad del CET 14 hace años que pide para que se termine de construir su edificio.

“Se entregaron los pliegos para la licitación pero no tenemos novedades. Es para la construcción del sum para educación física y laboratorios, sala de industria y biblioteca”, explicó la directora Ana María Montórfano.

“El gobierno provincial nos dijo que la obra se hace con fondos de INET, que es el Instituto Nacional de Educación Tecnológica”, agregó.

En mayo la ministra de Educación Mónica Silva les aseguró que en septiembre se realizaba la licitación y que la construcción iniciaría en diciembre.

“Pero nos informaron que el gobierno presentó el proyecto para 2019”, remarcó.

Uno de los problemas de la escuela es la inseguridad. Son frecuentes los robos y para colmo, los serenos sólo custodian adentro del edificio.