Restringen el uso de dinero efectivo para evitar más fuga de depósitos

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El Gobierno resolvió ayer que los argentinos sólo podrán retirar de sus cuentas bancarias 250 pesos semanales en efectivo, tendrán prohibido transferir dinero al exterior y deberán acostumbrarse a realizar la mayoría de sus pagos a través de tarjetas de débito, crédito o cheques.

Si bien el peso seguirá vigente como moneda circulante en la Argentina, el sistema financiero quedará totalmente dolarizado porque los bancos deberán convertir todos sus fondos de pesos a dólares, aunque sin ningún costo para la gente.

Los anuncios se hicieron sobre el final de una jornada de extensas reuniones, que comenzaron por la mañana en la residencia de Olivos con la presencia del presidente De la Rúa y continuaron tanto en la sede del ministerio de Economía como en el Banco Central.

Las duras medidas fueron anunciadas en conferencia de prensa por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y están contenidas en un decreto de necesidad y urgencia que fue rubricado por el presidente De la Rúa y sus ministros.

El paquete se conoció un día después de que los rumores pusieron al rojo vivo la plaza financiera y los ahorristas acudieron a los bancos para realizar retiros o convertirlos en dólares, pese a la promesa del Gobierno de que no se tocarían los depósitos.

Los abruptos retiros del viernes, que continuaron ayer en los pocos cajeros automáticos que quedaban con fondos, fueron la agudización de un proceso iniciado meses atrás con la profundización de la recesión y el cierre del crédito al país que llevó a la política de déficit cero.

Cavallo explicó que estas medidas «extraordinarias» van a tener una vigencia de 90 días, hasta que finalice el tramo internacional del canje de la deuda pública, y prometió que «van a asegurar el ahorro de los argentinos en este período que promete ser todavía tumultuoso».

Respecto de las tarjetas de débito (como Banelco o Visa Electrón)- ver «Las claves»-, el ministro dijo que los ciudadanos podrán solicitarlas a los bancos para «los pagos habituales» con el objetivo de que «el efectivo quede para el cambio chico».

«Esta restricción al retiro de efectivo es transitoria y es para proteger los ahorros de la gente. Si permitimos que se saquen grandes cantidades, eso genera un miedo que se va contagiando, desestabiliza el sistema financiero y pone en riesgo el ahorro de todos», remarcó.

Agregó que «la gente humilde, que gana menos de 1.000 pesos por mes, no va a tener ningún problema» con las nuevas medidas económicas «porque a lo largo del mes va a poder usar ese dinero totalmente en efectivo si quiere».

Los comerciantes que posean negocios en ciudades de más de 5.000 habitantes van a tener que aceptar obligatoriamente el pago con tarjetas de débito y aquellos que no cuenten con el aparato necesario para realizar la operación, lo recibirán .

Cavallo también anunció medidas de «control de la salida de capitales de la Argentina», por las cuales «la Aduana controlará que no salgan más de 1.000 pesos por persona como billetes» del país, pero aclaró que la gente que salga de viaje podrá manejarse con tarjetas de crédito, de débito o cheques de viajero.

Otra de las medidas es que los bancos «no podrán realizar operaciones activas en pesos, ni intervenir en el mercado de futuros u opciones de monedas extranjeras, ni arbitrar directa o indirectamente con activos a plazo en pesos». Esta iniciativa apunta a que los bancos no puedan especular con una devaluación del peso, en medio de la gravísima crisis económica que atraviesa el país. Además, las entidades «no van a poder dar más préstamos en pesos a esas altísimas tasas de interés que se estaban pactando, lo que también era una forma de especulación», indicó el ministro.

Cavallo, aseguró que todos los comercios contarán «en tiempo récord» con el sistema necesario para cobrar las compras efectuadas con tarjetas de débito en lugar de dinero en efectivo.

Con un reiterado «no hay problema», Cavallo respondió a las preguntas de la prensa sobre las dificultades que generará la falta de billetes en operaciones básicas como el pago de alquileres o las compras en el almacén de la esquina y aseguró que «el cien por ciento» de los comercios va a contar con las «maquinitas» para este tipo de transacciones, ya que según señaló las empresas proveedoras «se comprometieron a instalarlas en tiempo récord».

El jefe de Economía negó que los banqueros se opongan a estas medidas y dijo que «descontaba» su «actitud constructiva» para ofrecer a la gente todos los servicios que serán necesarios para poder instrumentar las nuevas modalidades de pago.

Las reacciones ante las nuevas medidas estuvieron claramente polarizadas entre analistas, economistas, políticos y sectores de la producción y ciudadanos.

El peronismo, en tanto, estudiaba con analistas el posible impacto de los cambios anunciados. El menemismo, por su parte, fue más lejos y especuló con el agravamiento de la crisis que podría poner fin a los días de la gestión De la Rúa . Así, el senador Menem habló de la alternativa de convocar a una Asamblea Legislativa que escoja el sucesor, en caso de producirse un prematuro fin del mandato.

Pero sin duda, quien se enfrentará con enormes dificultades será el ciudadano común que deberá procesar un cambio cultural enorme en sus hábitos , justamente en los meses de verano, cuando el gasto suele acrecentarse por el incremento salarial que implica el aguinaldo o porque se decide gastar algún ahorro del año en tiempo de vacaciones.

(DyN, Télam, Infosic)


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