Roca le ganó el clásico a Cipo y respira

Con un gol de Hugo Prieto de penal, el Naranja mantuvo la tendencia de los últimos años y derrotó a Cipolletti en el Maiolino. El Depo sumó tres puntos claves pensando en la permanencia.

Redacción

Por Redacción

Guajardo es, como siempre, el más peligroso del Depo (Foto: Gonzalo Maldonado)

Sufrido, necesario y revitalizador. Con los nervios a flor de piel y el corazón en la mano, Deportivo Roca ganó la primera final de las cuatro que le quedan en su búsqueda por escaparle al descenso. En un partido bravo como todo clásico, venció 1 a 0 a Cipolletti y sigue vivo en la permanencia.

La victoria le permite al equipo de Mauro Laspada trepar importantes escalones en la tabla de la salvación, quedando a las puertas de la línea que divide a los que se quedan de los que se van.

La intensidad fue la marca más determinante de Roca en los primeros minutos de un clásico sin respiro.

El balón y el campo fue del Naranja que dada la urgencia de un triunfo, acorraló al Albinegro en el cuarto inicial.

Dentro de este lapso, tuvo una posibilidad concreta de adelantarse en el marcador cuando Joaquín Alderete se elevó más que nadie en el área luego de un córner del Ruso Prioreschi, pero su cabezazo dio en el travesaño. Se salvaba Cipollettti, que se paraba de contra y cuyos mejores hombres hasta ahí eran los centrales Elvis Hernández y Matías Zbrun, que cortaron buena parte de las situaciones de último pase del local.

El público naranja presente en el Maiolino se llenó la boca de gol llegando a los 20’, pero José Lincopán metió la mano en vez de la cabeza a otro centro de Prioreschi y el árbitro neuquino Luciano Julio anuló la acción.

Llegando a la media hora y cuando el trámite comenzaba a equilibrarse, Kevin Guajardo dio un rodeo en el ángulo inferior derecho del área grande, Vergara ensució la jugada y el árbitro sancionó un penal más que polémico que Hugo Prieto transformó en gol. El delantero gritó su segundo tanto con la camiseta naranja, justamente ante su ex club.

Lo poco del atractivo que había tenido el clásico hasta ahí, se desvaneció hasta el final del primer tiempo. El Depo dejó de tratar con criterio el balón y esperó a ver qué hacía el Albinegro. Maxi Herrera batalló con los centrales rivales aunque no le quedó ninguna clara y la primera mitad quedó para los locales.

Cipolletti salió decidido a cambiar la historia, pero de entrada el que estuvo más cerca del segundo fue el Depo con un Guajardo que siempre insinuaba algo cada vez que se hacía del balón. Luego de una jugada de Kevin apenas comenzado el complemento por poco no fue completada por Fernández, que entraba de frente a Crespo.

El juego se hizo cada vez más friccionado y el partido se alejó de las áreas. El esfuerzo también empezó a pasar factura y en el Depo dejaron la cancha con molestias, primero Alderete y poco después Prieto. Ante la salida del defensor, Fernández pasó a jugar en la zaga y el ingresado Gastón Portiño como doble 5 junto a Lincopán.

Gustavo Coronel también movió su banco, pero buscando fluidez. Ingresaron Comachi y Ulises Romero (por Scasserra y Strak respectivamente) intentando renovar la apuesta albinegra, que siguió estando lejos de aquel que venía de golear 4-0 a Independiente en La Visera.  De todas maneras, este era otro partido.

El DT Albinegro probó con Germán Weiner por Carrera. Un delantero por un lateral y Cipo a la carga para dar vuelta la historia. No hubo caso.  El Depo se aferró con uñas y dientes a la ventaja mínima y también sufrida, que le permite seguir en la pelea por mantener la categoría. Los nervios fueron mutando en euforia y el Naranja terminó festejando un triunfo ante el clásico rival y extendiendo la paternidad en el Maiolino que ya lleva 12 años.


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