Ruta 22: ineptitud le ganó a la razón

“Un buen proyecto urbano lo paga una generación y le sirve a diez. Un mal proyecto urbano lo pagan diez generaciones y no le sirve a nadie”. Este postulado le cabe como anillo al dedo al adefesio provocado con esta ampliación, producto de la ingerencia de políticos, en su gran mayoría abogados, en aspectos técnicos, urbanísticos, de seguridad, ambientales y económicos.

El tránsito es como el aire, se expande. Mientras más espacio se les otorga a los autos, más necesitan. La nefasta ampliación comenzó en el 2007, y en el 2102 Vialidad decidió unilateralmente que la autovía debía transformarse en autopista, lo que conlleva un aumento de los costos iniciales, ya de por sí exhorbitantes. Uno pensaría que este nuevo trabajo técnico lo concretaría VN con sus profesionales, pero contrata a la ignota consultora PI Emprendimientos, ahora cuestionada por intermediación dirigida y sobreprecios en la Ruta 23. Todo me hace recordar el nefasto resultado de grandes obras en Río Negro: Turbine Power, Salto Andersen, el Muelle en San Antonio, el Acueducto a Sierra Grande, el Aeropuerto de Roca, etc. Somos campeones del mundo… en ineficacia y corrupción.

Hugo Luis Deangelis

DNI 5.509.500

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