Una ermita para recordar a Micaela
Familiares y amigos de la joven colocaron el altar popular a la vera de la ruta Juan Herman. En la causa judicial el exmarido fue aceptado como querellante.
Una ermita para recordar a Micaela
“Sobre una tumba fría y sin justicia, Micaela descansa hoy”, reza la inscripción de la ermita blanca con imágenes de Micaela Bravo que colocaron este viernes sus familiares y amigos a la vera de la ruta Juan Herman, al cumplirse un mes del hallazgo del cuerpo de la joven que estuvo 14 días desaparecida.
La ermita luce con una foto de Micaela tocando la guitarra y al abrir la puerta se transcribe la letra de la canción “Un ángel llora” y se exhibe la imagen de la joven de 28 años que fue utilizada en los afiches de búsqueda durante dos semanas, desde su desaparición, el 23 de marzo pasado.
La madre de la joven, Teresa, su hermana Jésica, los hijos de Micaela, su exmarido Patricio Vargas y amigos de la familia, colocaron esta mañana la ermita a metros del punto donde fue encontrado el cuerpo que según la autopsia tenía golpes y al menos una puñalada.

Patricio Vargas informó que acaba de ser aceptado por el juez Ricardo Calcagno como querellante en la causa -en representación de sus hijos- que investiga la desaparición y muerte de su exesposa, y ya designó a un abogado particular que podrá acceder al expediente y pedir medidas para esclarecer el caso.
También seguirá adelante la querella de Jésica Bravo, la hermana de la joven quien dijo a “DeBariloche” que sumando dos querellas buscan “impulsar la causa porque hasta el momento no hubo avances”.

Miriam, una amiga de la familia, dijo a este portal que la aceptación de Vargas como querellante es un paso importante porque “esto demuestra que no tiene nada que ver con lo que le pasó a Micaela, fue investigado y no se encontró nada. Ahora tienen que pagar los culpables”, afirmó.
Vargas buscará ser una querella activa” y “aportar a la causa para que se investigue y se llegue a la verdad”.

Archivo
BARILOCHE (AB).- La búsqueda de Micaela Bravo tuvo el peor final. Ayer, las sospechas se confirmaron: el cadáver hallado en un descampado corresponde al de la joven madre, que había desaparecido el 23 de marzo pasado. Tras la confirmación, comienza un nuevo capítulo en la investigación judicial, que deberá esclarecer el homicidio de Natalia ya que según la autopsia, sufrió golpes y recibió al menos una puñalada.
Un dedo pulgar, que se recuperó en el lugar donde hallaron el cadáver, permitió ayer hacer una pericia de hidratación de huella que estableció que se trataba de Micaela.
Fuentes vinculadas a la investigación explicaron ayer que personal del Gabinete de Criminalística de la Policía de Río Negro regeneró la huella con sustancias químicas. Luego, a partir de una indicación de los investigadores, un operario del gabinete la verificó con el sistema de control de ingreso de un hotel de la avenida Bustillo donde trabajaba Micaela.
Luego, desde el juzgado de Ricardo Calcagno informaron que se cotejó con la huella dactilar del DNI; así se pudo confirmar que el cadáver que fuera encontrado es Micaela Bravo. Sin embargo, las fuentes de la investigación confiaron que de la información que enviaron desde el Registro Civil, la huella dactilar no era legible.
La pericia permitió cerrar el estado de incertidumbre que había comenzado el miércoles al mediodía a partir del descubrimiento del cadáver de una mujer en un descampado ubicado en un predio privado a metros de la avenida Juan Marcos Herman.
Todos los indicios señalaban que se trataba de Micaela. La ropa que tenía el cuerpo coincidía con la que vestía la joven la última vez que la vieron con vida. Pero faltaba una prueba científica para confirmar las sospechas, porque el cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, lo que complicada la identificación a simple vista. Por eso, Calcagno ordenó la pericia de la huella dactilar que evitó la prolongada espera de por lo menos 7 días hasta obtener el resultado del análisis de ADN, que se pidió al laboratorio de genética forense que funciona en Bariloche.
Desde la fiscalía informaron ayer que la autopsia estableció que la joven “habría sufrido una herida corto punzante, además de varios golpes, en la zona del abdomen”. Micaela salió el 23 de marzo pasado de la casa de su madre, en el barrio 2 de Abril. Dejó a su sobrina al jardín del barrio y nunca más regresó. Tenía 28 años y tres hijos pequeños. Se había separado hace unos meses de Patricio Vargas, y había iniciado una relación con un joven de 19 años del barrio.
El cuerpo apareció en un descampado de la zona sur de Bariloche. La investigación se orienta ahora a los autores.
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