23 años
La celebración en el cuartel central fue emotiva. Revivila con testimonios e imágenes
Los bomberos voluntarios celebraron su día el viernes con un emotivo acto sobre calle Yrigoyen, a la vuelta del cuartel central.
Con la presencia de autoridades de la Comisión Directiva, personal policial, escolar y funcionarios municipales, se realizó el corte de cintas e inauguración del acceso por calle Yrigoyen, un espacio que durante 30 años estuvo abandonado y ahora volvió a tener vida con un departamento, un museo de bomberos , un taller mecánico y una sala de reuniones.
A pesar del frío de la tarde y con un buen marco de público, estos hombres y mujeres reivindicaron la vocación de servicio.
La nota la dio un niño, que durante el acto, recorrió las filas buscando a su madre, que estaba entre los uniformados. Con traje de bombero, el pequeño simbolizó con ternura, la solidaridad y el orgullo que rodea a un oficio tan valeroso.
Sasha, la perra entrenada para el rescate, no sacó la mirada de sus compañeros y estuvo atenta al grito de mando, también conmemorando el día del perro.
La trompeta del bombero retirado Víctor Rivas, sonó con una nostálgica melodía por los que no están. Aquellos que dieron su vida por bomberos y en el presente les toca celebrar desde otro lugar.
Marta, hija de uno de los primeros bomberos de Roca, recibió un casco negro que pertenecía a su padre y lo donó al museo en ese mismo acto.
No faltaron las palabras alusivas de los miembros de la Comisión.
Desde la institución admitieron que falta “crecer” y “expandirse” en una ciudad que se ensancha cada día más. En este sentido, el presidente Manuel Carrillo, brindó unas palabras que terminaron en un contundente pedido: “hasta que los bomberos no tengan su ART no vamos a tener tranquilidad”, dijo y agregó que lo mismo sucederá si el Gobierno Provincial-que gestiona los aportes de los vecinos a través de Edersa- no envía el dinero, que ya tendría 5 meses de demora.
El vicepresidente Marcelo Fernández dijo: “muchos podríamos ser bomberos, pero pocos son los que se calzan el traje y dejan de lado sueños propios para proteger los de otros”.
Juan Mercado habló por parte de los bomberos retirados. “En ustedes, los jóvenes, vemos plasmados nuestros sueños”, expresó
Seis toques de sirena y las bendiciones dieron por inaugurados los espacios. Al caer la noche, luces y sonidos inundaron las calles con el tradicional desfile. Pero sin dudas, el espíritu bomberil estuvo más vivo que nunca en el niño, quien corporizó la imagen de un futuro y valiente bombero al servicio de los roquenses.
Historias personales
Gastón Tranamil 37 años
“Me motivaba escuchar las sirenas cuando era chico y ver pasar los camiones por la calle. Quería saber cómo era la vida de los bomberos. Quería ver cómo era ponerse la ropa y salir a enfrentar el fuego, cosa que muchos no hacen. Como un desafío personal, me dije que cuando sea grande iba a entrar y hoy estoy hace 17 años. Hasta que la vida me deje”.
Jessica Ñehuen 22 años
“Hace cuatro años que estoy. Me anoté a través de una charla que dieron en mi escuela. Me gustó mucho la idea y acá estoy, firme. Siempre lo seguí de chica y al ver que podía entrar, no lo dudé. Tenía la idea de que era sólo para hombres pero no, aprendí acá que las mujeres tenemos la misma voluntad que los hombres. No pienso dejar de ser bombera”.
Carlos Uliambre 23 años
“De chico soñaba con ser bombero. Pero lo que me llevó anotarme fue un incendio grande que hubo en Bariloche. Mi papá estaba internado en terapia y se incendió el bosque que estaba detrás del hospital. Le dieron el alta obligatorio y yo estaba en Roca, desde lejos no podía hacer nada, me dio impotencia. Sentí ganas de ayudar y evitar eso”.
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