Shakira y Antonio de la Rúa esquiaron en las pistas de Chapelco

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- A pesar de lo que fue una verdadera estrategia urdida para eludir flashes y reporteros, la popular cantante Shakira y el hijo del presidente De la Rúa, Antonio, no pudieron evitar ser reconocidos y retratados en una multiplicación de instantáneas en el complejo Chapelco.

Igual, disfrutaron de la nieve tras arribar a San Martín en un vuelo particular, cerca del mediodía. A su llegada al aeropuerto, la pareja se trasladó de inmediato a las acogedoras cabañas de Tierra del Sol, aunque no se alojarían allí. Alrededor de las 14.30 llegaron a la montaña en compañía de una pareja de amigos. En ningún momento se observó custodia personal para los, desde esta semana, formales novios, aunque una brigada de la Policía del Neuquén y personal de Rescate de Gendarmería se mantuvieron a discreta distancia.

La top del rock latino y Antonio desestimaron el ingreso por la base y el uso de los medios de elevación, pues desde la cota inferior continuaron camino en un vehículo todo terreno que los llevó directamente al complejo «Los Techos», ubicado a 1.500 metros. De este modo, evitaron a los fotógrafos y cronistas que habitualmente hacen su guardia a la espera de famosos en la base.

Ya en «Los Techos», recibieron la calurosa bienvenida de uno de sus propietarios, Enrique Barqui, y momentos después abordaron motos de nieve para trasladarse hacia lo alto del centro de esquí.

En la pista «El Tobogán», un sector relativamente simple para los esquiadores que descienden de la cumbre del cerro Teta, la pareja se dedicó de lleno a disfrutar de la nieve, a pesar de que el tiempo no era el mejor. Shakira es una esquiadora principiante, pero Antonio se mostró avezado.

Shakira resultó reconocible para muchos, en particular por su larga y ensortijada cabellera. Por cierto, incluso allí eludieron en todo momento el encuentro con la prensa.

Tras media hora de evoluciones por la nieve en ese sector, descendieron a «Pradera del Puma», en la base del cerro Mocho. Desde allí se subieron a las motos de nieve para llegar a «Los Techos».

En una de las cálidas cabañas, la misma que utiliza usualmente Antelo, saborearon un chocolate caliente con repostería casera. Shakira accedió a firmar una decena de autógrafos a otros tantos chicos que la abordaron en el lugar.

Pasadas las 17, la pareja se dispuso a recorrer distintos puntos del complejo de esquí y al cierre de este despacho, siempre con el mismo operativo de motos de nieve y vehículo 4×4, preveían abandonar el complejo.

Con todo, las versiones sobre el lugar donde se alojarían eran confusas anoche. Algunas fuentes dijeron que lo harían en Tierra del Sol, otras en «Los Techos» y otros en Parque Diana, la estancia del titular de la Side, Fernando de Santibañes, ubicada en el valle de Meliquina -a unos 20 kilómetros de aquí por el camino de los Siete Lagos-, donde también se alojó meses atrás el presidente de la Rúa en visita de descanso.

Trascendió que la cantante colombiana y el hijo del jefe de Estado retornarán hoy, para tomar clases de esquí con instructores de la escuela Chapelco.

La estrella del pop latino y Antonio de la Rúa se conocieron en Buenos Aires en mayo pasado, cuando Shakira ofreció una serie de recitales en la capital. Desde entonces mantienen una intensa relación que incluso fue motivo de discusiones políticas por tratarse del hijo del presidente.

Pero lejos de tales «ruidos», Shakira y Antonio descansan y ese es precisamente su único plan. Las fuentes dijeron que la pareja sólo prevé dedicarse al esquí y realizar algunos paseos.

Casi una cuestión de Estado

BUENOS AIRES (ABA).- «Hay amor, hay amor», repetía Darío Lopérfido, vocero presidencial y amigo personal de Antonio de la Rúa, cuando los periodistas le sugerían sus sospechas: para algunos, el promocionado romance del hijo del presidente con la cantante colombiana Shakira huele a cortina de humo.

Los periodistas no son los únicos mal pensados. Desde la oposición, con cuidado sustentan la teoría de la operación de prensa: «No sé si es ficticio o no, pero esta chica siempre llega a tiempo. El noviazgo comenzó justo cuando el Gobierno lanzaba el ajuste de sueldos estatales. Y ahora, cuando De la Rúa parece pasar su peor momento y no aparecen índices positivos en la economía, Shakira regresa como un ángel», dice Humberto Roggero, jefe de los diputados peronistas. «Déjenlos en paz. Esta bien que los chicos se quieran. Ya que últimamente a los argentinos no nos sale una, por lo menos tenemos el orgullo que el heredero de nuestro Presidente haya conquistado a la cantante de moda», responde con sorna el senador riojano Jorge Yoma. «Que después no nos digan que los menemistas somos frívolos», agrega.

El desembarco de la artista desató un pequeño conflicto en la familia De la Rúa, que se transmitió a la cúpula del Gobierno, donde los detractores del «romance oficial» eran bastante más que los defensores.

«Yo entiendo que Antonio tiene derecho a enamorarse, pero debería bajarle el perfil a este noviazgo. Mientras la crisis se hace cada vez más dura para todos, él viaja por el mundo siguiendo a su novia», dice un funcionario de primer orden. Incluso Fernando de Santibañes, jefe de la SIDE y amigo de la familia, le recomendó al Presidente bajar los decibeles mediáticos: «No creo que esté muy bien que tu quinta sea el lugar de peregrinación de los fans de Shakira. Parece poco serio». Algo de razón tiene. Sobre la calle de tierra que desemboca en La Esperanza, la quinta del Presidente en una exclusiva zona de Pilar, hay peleas por los mejores lugares junto al portón de entrada entre los fotógrafos de actualidad que quieren el retrato de la parejita feliz.

Los funcionarios del Grupo Sushi, comandado por Antonio, responden con malicia a las palabras del jefe de los espías: «Lo que pasa es que Santibañes también tiene quinta ahí, y no le gusta ver a tanta gente».

Sin embargo, la recomendación del hombre de confianza de De la Rúa fue tenida en cuenta: Antonio y Shakira dejaron atrás las intrigas palaciegas y recalaron en un paisaje cordillerano. San Martín de los Andes, sus cabañas y las comodidades del cerro Chapelco cobijan desde ayer a la pareja. Anoche se barajaba en la localidad que los enamorados estarían alojados en el campo que tiene el propio Santibañes, en Parque Diana, aunque esto no pudo ser confirmado.

Internas en torno del romance

Los conflictos en el seno del gobierno por el romance comenzaron, en realidad, hace quince días, cuando el mayor de los varones le comunicó a De la Rúa que había invitado a Shakira a visitarlo en Buenos Aires, para poder presentarla a sus padres. El Presidente, en un principio, no estuvo de acuerdo: creía que la situación del país no daba lugar a frivolidades. Pero Antonio insistió, con un argumento de peso: «no es frivolidad, estoy enamorado». De la Rúa le pidió tiempo, y quedaron en hablarlo junto a Inés Pertiné, la primera dama.

Contra todos los pronósticos, la señora apoyó la iniciativa de su hijo. Pertiné quería conocer a su famosa nuera. Ella, la primera dama, había sido quien se opuso con más énfasis a la relación. Se sabe, Inés es una apasionada del perfil bajo. Y con Shakira en la familia, el perfil bajo suena a utopía.

Ya resuelto el frente familiar, el Presidente llevó la noticia a la reunión de gabinete efectuada en la Casa Rosada el martes uno de agosto. Solicitó reserva total, pero aceptó opiniones. Se dice que los ministros Federico Storani, Nicolás Gallo y Adalberto Rodríguez Giavarini se animaron a hablar de la «inconveniencia de la visita». Pero De la Rúa, dijo que no iba a poder persuadir a su heredero de dar marcha atrás. Lopérfido, en esa reunión, ofició de defensor del muchacho. Y habría explicado: «Ella abandona la preparación de su nuevo álbum para verlo a Antonio…».

El tema derivó hacia un desvío. Los ministros querían saber dónde se quedaría Shakira. En seguida, De la Rúa largó la idea de su Quinta particular, para que no parezca que el Estado gastaría ni un solo peso en ella. La otra cuestión era cómo custodiarían a la pareja. El propio Antonio llegó a un arreglo con la compañía Sony, la discográfica de la cantante, para que ellos se encarguen de la seguridad y el Gobierno no tenga gastos extra. Sin embargo, los tres custodios usuales de Antonio de la Rúa siguen a la dupla a sol y sombra.

Pero, aunque frente a De la Rúa no hubo otras críticas, luego todos aprovecharon para apuntarle al poderoso Grupo Sushi, la línea interna que comandan Antonio y Lopérfido, que está a cargo de la comunicación oficial y que reúne a una veintena de funcionarios. Los muchachos querían sacarse el mote de frívolos. Pero todo indica que tendrán que esperar mejor oportunidad. (ABA)


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