Sobremesa
Mencionamos las particularidades que tiene esta fiesta del alma y dejamos para su tratamiento por separado lo que sus propios protagonistas llaman “sobremesa de la amistad”. Es allí donde la música, el canto, la poesía y la danza tienen su máxima y genuina expresión. Cada año, en los mediodías del sábado y el domingo se desarrolla lo más tradicional que tiene esta fiesta: los almuerzos, que suelen durar largas horas. Los visitantes son atendidos de la mejor forma por el grupo de colaboradores de este encuentro y todo se hace en el sentido literal de las palabras “por amor al arte”.
Tal como dice “Mange” Casis, “allí es donde el canto se unifica y todos tocan con todos, sin ningún tipo de egoísmos”. Acordeones y guitarras parecen despertar luego del viaje de sus dueños y suenan tratando de transmitir ese sentir tan profundo que tiene que ver con los sueños y los sentimientos de cada artista. Y esto nadie trata de disimularlo; al contrario: lo expresan con la más absoluta sinceridad. Las palabras del gran músico misionero Julio Lorman lo definen con gran claridad: “Es una fiesta para músicos bienintencionados”.
Mencionamos las particularidades que tiene esta fiesta del alma y dejamos para su tratamiento por separado lo que sus propios protagonistas llaman “sobremesa de la amistad”. Es allí donde la música, el canto, la poesía y la danza tienen su máxima y genuina expresión. Cada año, en los mediodías del sábado y el domingo se desarrolla lo más tradicional que tiene esta fiesta: los almuerzos, que suelen durar largas horas. Los visitantes son atendidos de la mejor forma por el grupo de colaboradores de este encuentro y todo se hace en el sentido literal de las palabras “por amor al arte”.
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