El argentino Bergoglio casi fue Papa

Se reveló el secreto: la elección de Ratzinger fue más bien ajustada y le ganó por escaso margen al cardenal de nuestro país.

ROMA (DPA).- Debería haber sido un secreto para la eternidad, un secreto en el seno de la Iglesia Católica, pero ahora un «gran desconocido» lo ha contado todo: el cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa el pasado 19 de abril por un «escaso» margen. Además, en contra de todas las especulaciones que había hasta ahora, no fue un europeo, sino un cardenal latinoamericano su mayor rival en el cónclave: el argentino Jorge Mario Bergoglio.

Casi se habría producido un bloqueo contra el ultraconservador germano.

Las revelaciones de un cardenal anónimo en forma de «diario», publicadas ayer por la revista política italiana «Limes», son una sensación.

El clérigo de Baviera obtuvo 84 votos en la decisiva cuarta vuelta de las elecciones, escribe el desconocido, lo que supone sólo siete votos más que la mayoría necesaria de dos tercios.

Hasta el momento, a los cardenales alemanes y al Vaticano les había gustado dar la impresión de que la ma

yoría había sido mucho más grande, incluso se llegó a hablar de «unanimidad», de más de 100 votos. Por el contrario, el «diario» revela que todavía en la tercera vuelta el argentino Jorge Mario Bergoglio obtuvo 40 votos, frente a los 72 de Ratzinger. El rotativo «Corriere della Sera» opina incluso que el rival de Ratzinger declaró su «retirada» antes de la última vuelta y que sólo así fue posible la elección del germano.

De un «Papa del sur», de Latinoamérica o de Africa, habían hablado anteriormente expertos del Vaticano durante años. Iba a ser una «señal de resurgimiento» de la Iglesia, una señal de «esperanza».

Al fin y al cabo, la mayoría de los católicos vive hoy en el Tercer Mundo. Allí las iglesias están llenas de vida, las casas del Señor repletas, allí no corroe el «espíritu de la modernidad».

Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, decidido partidario de reformas sociales en países en desarrollo y un hombre de iglesia, era considerado una figura simbólica de este «resurgimiento».

Así, el cardenal anónimo subraya en su «diario» que desde el principio del cónclave el argentino estaba claramente en segundo lugar por detrás de Ratzinger: «Bergoglio fue la verdadera sorpresa de la primera ronda de votaciones».

Las revelaciones se leen como una novela policial. El momento decisivo del cónclave fue al inicio del segundo día.

Ratzinger iba ganando más votos, pero también el argentino sumaba cada vez más puntos. «Las esperanzas de la minoría parecían hacerse realidad», escribe el desconocido. Se anunciaba un empate, un bloqueo.

El punto de inflexión tuvo lugar durante la comida, los contactos entre los «confabulados» eran cada vez más nerviosos. «El resultado todavía no estaba claro». Algundos cardenales especulaban ya con que en caso de empate deberían salir al frente nuevos candidatos, lo que habría significado el fin de Ratzigner.


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