El joven albañil que corre en Bariloche y sueña con llegar a un Juego Olímpico 

Axel Medina tiene 19 años y varios triunfos en su corta trayectoria. Sale de la obra y debe ir a entrenar porque se prepara para una carrera internacional que se disputará en septiembre en San Isidro, Buenos Aires.

Axel no caminó hasta que cumplió casi cinco años. Durante esa primera etapa de su infancia, el pequeño se arrastraba por la casa como podía. Su madre, Graciela Espíndola, sufría a la par de su hijo. Axel era el menor de catorce hermanos y la vida parecía que se había ensañado con él. 

En su pueblo natal, La Paz, en la provincia de Entre Ríos, acceder a un tratamiento médico era muy difícil. A las familias sin recursos solo les quedaba aferrarse a la fe y creer en un milagro. Y a veces ocurren. “Yo era inválido de las piernas y mi mamá me llevó donde una señora y ella me curó. Allá, en el norte se cree mucho en eso”, afirma Axel Medina. 

Diecinueve años después, el chico que no podía caminar, ahora no para de correr. Respira hondo y sigue a paso firme girando en el velódromo municipal de Bariloche. La noche cayó sobre la ciudad y él sabe que debe correr si quiere alcanzar su sueño. 

Axel Medina ganó la prueba de 5 kilómetros por el aniversario de Bariloche que se corrió el 3 de mayo pasado. (Gentileza)

El jueves salió alrededor de las 18.30 de la obra de ampliación del hospital. Allí, trabaja como ayudante de albañil. No pudo conseguir otro empleo y tiene una hija pequeña que lo necesita. 

Dice que fue una jornada agotadora. Sin embargo, recuperó fuerzas y se fue a entrenar. Explica que había faltado varias veces y sabe que el tiempo lo apremia si quiere llegar con alguna posibilidad a una carrera internacional que se disputará en septiembre en San Isidro, Buenos Aires. 

Potencial 

Su entrenador, Jorge Pastene, lo alienta. Sabe que tiene potencial y garra le sobra, pero no alcanza. “Necesita mucho entrenamiento, disciplina, trabajar los cambios de ritmo”, indica Pastene, que tiene a su hija Sharon, en Buenos Aires luchando por ganar un lugar en los primeros planos del atletismo nacional. 

Axel escucha y asiente. El joven sabe que tiene un objetivo muy difícil, pero es un luchador de la vida. Y encontró en el atletismo una pasión. Una especie de revancha para esos años donde no podía ni siquiera caminar. 

Relata que llegó a esta ciudad cuando tenía 11 años, con su madre y tres hermanas. Los mayores se quedaron en Entre Ríos. 

“Mi mamá se vino por trabajo y cuando llegamos alquilamos en Onelli y Mascardi”, recuerda. “Me costó adaptarme, yo vengo de un pueblito y no tenía nada cuando empezamos acá”, explica. 

Cuenta que sufrió las burlas de algunos compañeros en la escuela primaria a la que concurrió. “Me decían que era del campo porque usaba alpargatas, pero en mi pueblo, en el norte, es normal andar de alpargatas”, señala. Esa discriminación no la soportaba. “Vivía peleando en la escuela”, lamenta. 

“Recién conocí las zapatillas en séptimo grado”, afirma, y en su rostro se le dibuja una tímida sonrisa, mientras mueve sus manos teñidas por el cemento y la cal. Con dificultad, logró terminar sus estudios primarios, y comenzó el secundario. 

Axel Medina encontró en el atletismo una pasión. (foto gentileza)

Paternidad 

Conoció a los 15 años a una chica que le gustaba correr. Y ella lo invitó un fin de semana a vivir la experiencia. Era una jornada de “Carreras de calle”, que es un proyecto social que lleva años en Bariloche, a fuerza de mucho coraje y esfuerzo solidario de un grupo de personas que intentan que los chicos y jóvenes opten por el deporte. 

“A los dos meses de estar corriendo ya me invitaron a un viaje. Yo no conocía nada, solo Entre Ríos”, destaca. En esa primera experiencia en un torneo en Mar del Plata logró un cuarto lugar en 5000 metros, y quinto puesto en la prueba de 1.500. Corrió contra unos 20 atletas. Era abril del 2016. “Me empezó a gustar”, confiesa, sentado en la fría escalinata del acceso al hospital Ramón Carrillo. 

A los 17 años se enteró de que iba a ser padre. “Corrimos los dos la Corrida de Cipolletti y no sabíamos que mi novia estaba embarazada”, explica. “Ella terminó la carrera y se sentía mal”, rememora. Después, los estudios médicos sorprendieron a los jóvenes con la noticia del embarazo. 

Su hija, Oyku (que significa historia en turco), nació el 30 de junio del 2020. La pandemia causada por el nuevo coronavirus estaba en su apogeo y la población estaba encerrada en Bariloche en la absoluta incertidumbre. 

Comenta que en un nacional juvenil que se hizo en noviembre de 2021 en Viedma salió campeón en los 5.000 metros. El atletismo se transformó en un deporte que lo atrapó. 

La paternidad demandó nuevas obligaciones y el joven tuvo que empezar a trabajar. Y la construcción fue la única alternativa. Por eso, los entrenamientos se hicieron más esporádicos. Aunque la pasión por correr sigue intacta. 

Axel Medina junto a su entrenador Jorge Pastene, en una noche de entrenamiento en el velódromo municipal de Bariloche. (foto gentileza)

Una pasión 

El 3 de mayo pasado, le tocó trabajar en la obra. “Le pedí permiso al jefe para irme una hora antes y me fui a correr la carrera del aniversario de Bariloche”, comenta. Ganó la prueba de 5 kilómetros. Cruzó la meta en 18 minutos, 7 segundos y 459 centésimas. Dice que sus compañeros de la obra lo felicitaron. Pero debe mejorar si quiere que se le abran las puertas en Buenos Aires. 

Reconoce que debe entrenar con más intensidad y frecuencia. “Se me complica mucho porque salgo cansado del laburo y tengo que estar con mi nena, porque la veo entre semana”, asevera. Axel está separado de la madre de su hija y debe organizarse para compartir momentos con la pequeña. “No puedo llevarla al velódromo a pasar frío”, asegura. 

“Igual aprovecho en la obra de entrenar porque subo y bajo escaleras todo el tiempo”, enfatiza. Pero anhela otro empleo que le deje tiempo libre para dedicarle al atletismo. 

Axel entrena con las mismas zapatillas desde hace dos años y medio. No es un problema serio. Asevera que corrió con zapatillas de fulbito una carrera de montaña “y salí segundo en mi categoría”. 

Axel Medina ganó la prueba de su categoría en la pasada edición de Carreras de Calle en el barrio Malvinas de Bariloche. (foto gentileza)

Su entrenador afirma que hoy el adversario de Axel es el reloj. Para tener alguna chance en 10.000 metros tiene que correr por debajo de los 32 minutos. Llegó a hacerlo en 35. “En el atletismo un minuto es muchísimo tiempo”, sostiene Pastene, del Team Running, que agrupa chicos y chicas de la ciudad. “El corazón para correr lo tiene que poner él”, agrega. 

Axel valor el apoyo de su madre. “Siempre me ayuda; me regala todas cosas para correr”, destaca. Los minutos pasan volando y Axel tiene que retornar a su trabajo en la obra, pero antes revela cuál es su sueño: “Me gustaría ir a los Juegos Olímpicos. Algún día voy a llegar, no pierdo la esperanza”, asegura.  

Axel Medina trabaja en la obra de ampliación del hospital Ramón Carrillo de Bariloche. (foto Alfredo Leiva)

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