Es pianista, encontró su lugar en Neuquén y su pasión lo llevó a enseñarles tango a las infancias

Nació y se formó en Córdoba y Buenos Aires, pero en la Patagonia encontró su lugar en el mundo.

“Cuando ponés pasión en lo que tocás, no solo se transmite la música, también llega la energía de lo que estás tocando«, manifestó Enrique Nicolás, un pianista de tango que nació en Córdoba pero eligió Neuquén como su lugar en el mundo. Son más de 50 años los que recorrió en esta rama del arte y que lo llevó a fundar la Orquesta de la Escuela provincial de Tango. Su misión actual es enseñar esta música a niños y niñas, con la misma pasión que lo impulsó desde su infancia.

La relación de Enrique con la música comenzó a los 7 años en Laboulaye, un pequeño pueblo en el sur de Córdoba. Allí, con la guía de sus primeros maestros de piano, descubrió su amor por las teclas.

Unos años después, su familia se mudó a Buenos Aires y, con la misma determinación, Enrique se abrió camino en diversos conservatorios de la ciudad. Pero el verdadero amor de su carrera llegó cuando su padre logró contactarlo con dos grandes de la música: Horacio Salgán y Dante Amicarelli.

Desde ese momento, Enrique no paró de perfeccionarse. Se formó como pianista, compositor y arreglador. Pero su destino tenía otros planes. Una nueva mudanza lo llevó a Neuquén, y allí la música volvió a marcar su vida.

«Lo primero que hice fue integrarme a un grupo de jazz, el ‘Tri Quartet’, con los hermanos Carlos y Mario Giménez», contó el compositor. Junto a ellos, compartió escenario con leyendas de la música como Ray Barreto y Carlos Franzetti.

Enrique Nicolás.

Aunque ya en esos años acompañaba a cantores de tango que arribaban a Neuquén, la llegada de Rubén Juárez a la provincia fue un antes y un después.

Desde aquel primer encuentro en el año 2000, ambos forjaron una relación de amistad que los llevó a recorrer juntos los principales escenarios de Argentina y Europa. Además de ser su pianista, Enrique se convirtió en el arreglador musical de Juárez, un rol que le permitió volcar su creatividad en cada espectáculo.

De vuelta en Neuquén, Enrique se dedicó completamente a la música que lo apasionaba desde niño: el tango. “Cuando ponés pasión en lo que tocás, no solo se transmite la música, también llega la energía de lo que estás tocando», aseguró.

Enrique encontró en Neuquén no solo una casa, sino una oportunidad para volcar su experiencia en una nueva generación. En 2019, fundó la Orquesta Escuela Provincial de Tango, una iniciativa que busca transmitir la esencia del género a niños, niñas y jóvenes. «Para un chico de 8 o 9 años es algo emocionante”, expresó.

A través de los Conciertos Didácticos, Enrique busca acercar el tango a la infancia. Las presentaciones, llenas de música y explicaciones interactivas, permiten que los niños no solo escuchen, sino que también se adentren en este mundo. «El tango es tan complejo como el jazz», explicó Enrique, convencido de la importancia de difundir esta música.

Enrique Nicolas junto a la orquesta.

En 2022 y 2023 la orquesta participó de una serie de conciertos en el Centro Cultural Alberdi y, además, fueron invitados a presentarse en Tecnópolis, uno de los escenarios culturales más importantes del país.

Por eso, su trabajo no se limita a Neuquén. También es el encargado de formar a la Orquesta Infanto Juvenil de Tango en Villa La Angostura, un espacio que desde 2020 recibe a niños y adolescentes de entre 8 y 15 años.

«Neuquén me permitió desarrollarme como en ningún otro lado», aseguró Enrique que se considera neuquino por adopción.


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