Jubilados desaparecidos en Chubut: «Ya no buscamos personas con vida»

No hay rastros de Pedro Kreder y Juana Inés Morales, la pareja que desapareció el 11 de octubre pasado al norte de Comodoro Rivadavia. Plantean que el camino es buscar en cada uno de los sumideros con cámaras aunque son riesgosos por peligro de desmoronamiento.

Se sumaron perros que buscan restos humanos. Foto: gentileza

Los días pasan y no hay noticias de Pedro Kreder y Juana Inés Morales, la pareja de jubilados que desapareció el 11 de octubre pasado al norte de Comodoro Rivadavia, en una zona de difícil acceso en el área costera, conocida como Rocas Coloradas. En estos 18 días, solo se encontró su camioneta Toyota Hilux encajada en un camino angosto y agreste.

Se hicieron rastrillajes en la zona, se sobrevoló la región con un helicóptero y un dron que capta figuras humanas, se los buscó con perros y ahora, se incorporaron drones subterráneos y la policía montada. El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, admitió que, en esta instancia, después de tantos días, «ya no buscamos a personas con vida». Por eso, se pasó de los perros de búsqueda de personas vivas a los perros RH (rastrean restos humanos).

«Donde la lógica indica que podrían estar, no están. Se hicieron rastrillajes a 25, 30 kilómetros del punto uno donde se encontró la camioneta sin resultados. No solo no encontramos los cuerpos sino que no hay ninguna señal de que hayan transitado por ahí. El clima juega en contra por los vientos huracanados en primavera. Ese sector de la provincia es famoso por el viento», dijo Iturrioz en diálogo con diario RÍO NEGRO.

La mirada está puesta ahora en los sumideros que hay en esa zona. Podría haber 100, 200, pero es algo riesgoso ya que pueden generarse desmoronamientos. ¿Qué son? Son formaciones erosivas que se producen en las rocas blandas. Son como conductos verticales que tienen una salida más o menos inclinada u horizontal por el agua que circula internamente.

«Estamos en vías de conseguir un sistema que se usa en minería que permite leer la primera capa de tierra hasta 10 metros de profundidad«, acotó.

«Una zona inaccesible», definió el ministro de Seguridad de Chubut respecto al lugar donde encontró la camioneta. Foto: gentileza

El fiscal Cristian Olazábal tiene dos líneas de investigación: la desaparición accidental o un presunto homicidio. «Hubo un llamado anónimo que decía que la pareja había sido víctima de un robo. Que había gente con armas. Pero nosotros partimos de la hipótesis de una pérdida accidental por cómo se encontró la camioneta: estaba cerrada con todas las cosas en su interior, incluso dinero y documentos«, subrayó.

Un lugar inaccesible

Iturrioz definió el lugar donde se encontró la camioneta como «geográficamente inaccesible». Solo algunos vehículos 4×4 recorren ese lugar. Iturrioz recordó que la Ruta 1 está cortada «desde hace años» y «hay carteles que marcan imperativamente no salirse del camino«.

«Si uno abandona la ruta, hay lugares con arcilla que parece firme, pero te chupa. Es arcilla con agua. De modo que el barro te chupa y se pega, por eso costó tanto sacar la camioneta. Por otro lado, en los cerros se forman esos sumideros, unos pozos con forma de embudo invertido. Se pueden pequeños, pero son un vacío enorme», definió.

En ese sector, no hay señal de teléfono y los celulares de ambos no volvieron a activarse desde el sábado 11 de octubre, el último día que se supo de ellos.

Ante la incertidumbre, los investigadores ampliaron el sector de búsqueda hasta Bahía Bustamante, entre Comodoro Rivadavia y Camarones basándose en la hipótesis de homicidio.

Iturrioz remarcó que si estuvieran con vida, ya se hubieran comunicado ya que hay varios establecimientos rurales en la zona. Incluso, a seis kilómetros, hay un refugio de pescadores. «Sabemos que ahí no llegaron porque había alimentos en el lugar«, contó.

La familia reportó la desaparición el martes 14 de octubre. Foto: gentileza

El terrible antecedente en la zona

Iturrioz consideró que la búsqueda de Juana y Pedro «no tiene precedentes en la provincia«. «Nunca se usaron tantos recursos para buscar a personas desaparecidas. La familia hizo la denuncia recién el martes. Era una carrera contra el tiempo», señaló.

Contó que hubo un antecedente en la zona dos años y medio atrás cuando buscaban a Diego Barría, un trabajador petrolero.

«Nunca apareció hasta que un pescador sacó un cazón -tiburón pequeño- que tenía en la boca un trozo de piel con un tatuaje que permitió identificar al joven. Aparentemente el muchacho tuvo un accidente con el cuatriciclo mientras iba por la costa. Todos estos caminos están pegados al mar», mencionó.

Iturrioz no arriesga ninguna hipótesis: «La más fuerte es la desaparición accidental por las evidencias de la camioneta. Creemos que pueden haberse caído en los sumideros y hay que revisar uno por uno con cámaras. Pueden haber caído al mar: con la marea baja uno puede caminar, pero de golpe sube y te encierra».


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