La historia de Ciro, el bebé que cumplió un año de vida internado en el hospital de Roca

La habitación de internación es su casa y no conoce el mundo exterior. Tiene una malformación congénita, atravesó tres cirugías y dos infecciones graves, pero sigue adelante. El pequeño gran luchador, cumplió un añito.

Nadie entiende como un ser tan pequeño sigue dando lecciones de vida. Pese a todos los pronósticos desalentadores; Ciro, un bebé de Roca, cumplió su primer año de vida el 7 de julio y se celebró con emoción en la internación de Pediatría del hospital Francisco López Lima. 

El festejo, organizado por los propios trabajadores de salud, fue colorido y abrazador para el pequeño y sus padres; una celebración a la vida y al amor infinito; que una vez más le tendió una mano a la ciencia para salvar a este pequeño. 

Desde el día de su nacimiento nunca se fue. Su casa está en el barrio Aeroclub, pero Ciro se crió en el hospital. Hizo de la pequeña habitación de Pediatría, su hogar y refugio; y de los médicos y enfermeros, su familia. “Nunca salió a la luz. Este espacio es lo único que conoce. De acá al quirófano y de vuelta a su cuna en la sala de pediatría. Esta es su casa”, contó su mamá Micaela a RIO NEGRO. 

Festejos del año de Ciro en Pediatría del hospital de Roca. Fotos: Juan Thomes

Su madre es una joven de 21 años quien tuvo a Ciro en el hospital de Roca luego de un embarazo de alto riesgo, el 7 de julio de 2022. El bebé pesó 1.800 kilos y fue diagnosticado con una “Atresia de Esofago”, una malformación congénita poco común. Esta patología se da en uno de cada 2.500 a 4.000 niños nacidos e implica que el órgano que une la boca con el estómago (esófago) está ausente, solo presenta un cabo superior y otro inferior separados entre sí. 

A su vez, Ciro tiene una ”fístula traqueo esofágica”, es decir que la parte inferior del esófago está unida a la vía respiratoria. Esto es incompatible con la vida si no se corrige quirúrgicamente. Pero a un año de idas y vueltas, Ciro va camino a la recuperación, según sus médicos.

Atravesó tres cirugías muy complejas y dos episodios severos de infección respiratoria a los 2 y 6 meses de vida. La última operación, a cargo del cirujano infantil Pablo Pomar, fue en junio y se recupera rápidamente. 

“Se dieron cuenta cuando él nació y no podía tragar”, explicó su mamá. Junto al padre de Ciro y su hermana de diez años, pasaron 365 días y casi 24 horas dentro del hospital. “Después de la última operación estuvo intubado como tres días, sedado pero por suerte se recuperó súper rápido de las últimas operaciones, es impresionante cómo progresó”, aseguró la mujer.  

“Hasta los enfermeros dicen que es impresionante, porque cuando se despertó ya no necesitaba oxígeno, respiraba por sí solo. Hay niños que por ahí son débiles y no soportan tanto, pero él soportó, la batalló y acá está”, expresó su mamá, profundamente emocionada por estar con su bebé en brazos. 

Ciro hoy nada en caricias por todos lados. Su madrina es una mucama del hospital quien se ganó “el título” durante este tiempo. Una de las kinesiólogas le hizo la torta de cumpleaños y los aplausos fueron descomunales al soplar la velita del primer año. 

Ahora el desafío es que Ciro aprenda a tragar, sentir los sabores y poder comer por su cuenta en un futuro no tan lejano. Hasta ahora se alimentó por botón gástrico y muy poco empezó a probar algunos licuados.

“Yo calculo que con las fuerzas que tiene él vamos a salir más rápido de lo que esperamos”, rogó Micaela, aunque teme por la ida a casa porque sabe que no se va a hallar a si mismo. “Lo voy a tener que traer dos veces a la semana a Pediatría”, contó entre risas. 

Se recupera rápido en las operaciones. No sé de dónde sacará tanta fuerza, las ganas que tiene de vivir. Es tremendo»

Micaela, mamá de Ciro

“Voy a hacerles un monumento al cirujano (Pablo Pomar) y a los chicos de Pediatría”, cerró la mamá de Ciro, quien valoró la paciencia, el profesionalismo, el cuidado, la dedicacion y por sobre todas las cosas el cariño. 

Ciro sobreviviente: larga internación, pronta recuperación


Según los registros de los propios especialistas, Ciro es el primer niño en pasar tanto tiempo internado en Roca y es la primera persona en pasar toda su vida en el hospital, desde el día que nació. 

“Ciro debió permanecer internado todo este tiempo porque necesitó tiempo para que los extremos de su esófago crecieran lo suficiente para poder realizar la unión mediante una compleja cirugía. Y no podía irse a su casa a esperar esto porque requería mantener una aspiración continúa de su esófago superior para evitar que su saliva se fuera a la vía respiratoria y provocará daño en sus pulmones”, explicó Flavia Farchi, jefa médica de Pediatría del hospital.

Para los trabajadores de salud, Ciro es ya parte de su familia, y pese a lo difícil, aseguran que es “gratificante” poder ayudarlo a salir adelante. “Podemos decir que estamos cerca de poder dar el alta a Ciro para que esté y crezca en su casa, junto a toda su familia, como debe ser la vida de todo niño”, contaron.

“Haber tenido solo dos complicaciones infecciosas graves durante un año completo de internación y de la excelente recuperación a 10 días de su compleja última cirugía, habla del excelente trabajo realizado por todo el equipo tratante del servicio de pediatría (…) y, fundamentalmente, por todo lo que pusieron y lucharon sus papás para sacar adelante está difícil situación de salud de su niño”, concluyó Farchi. 


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