Silvana Romero, desde Cutral Co sueña con nadar en las Islas Malvinas

La nadadora de aguas frías descubrió su pasión por este deporte a los 41 años. Ya hizo varios desafíos en aguas frías y su próxima meta es cruzar el estrecho de San Carlos. "El contacto con el agua me hace sentir en libertad", aseguró.

Hace ocho años atrás, Silvana Romero empezó a aprender natación y, desde entonces, sus desafíos se acumularon. De las competencias en pileta pasó a las de aguas abiertas y luego a los encuentros de aguas frías. El sueño de esta docente es tener la oportunidad de cruzar el estrecho San Carlos en las Islas Malvinas.

Silvana trabaja en el IFD Nº 1 de Cutral Co y la mayor parte de su tiempo libre lo aprovecha a disfrutar de una pasión que descubrió a los 41 años cuando una amiga la invitó a ir a practicar natación. “Después de deambular por todos los gimnasios, hacer zumba y después de un mes y medio, ya tenía toda una lista de excusas por las que no iba a ir y finalmente abandonar”, relató.

Nunca le tuvo miedo al agua y si bien desde chica flotaba y jugaba en las piletas de lona o en los ríos donde iban a pasear, la técnica de la natación la aprendió de grande. Empezó en el natatorio municipal desde cero: “en el andarivel de escuelita”, repasó.

Empezó con las clases en el natatorio municipal en una pileta privada de Huincul. Hasta que llegó la profesora Vanesa Videla y la animó a probar en encuentros y competencias en aguas abiertas. Se le despertó el gusto por esta disciplina y, a partir de entonces, sigue haciéndolo.

Sin embargo, desde 2019 sumó otra propuesta que es la de nadar en aguas frías. Así se las considera a aquellas que están por debajo de los 12ºC. En invierno, son la mayoría de los cursos de agua de la zona: en Villa Pehuenia, en San Martín de los Andes, y, en la vecina Río Negro, en la costa del balneario Las Grutas o en Viedma.

«Habíamos hecho el circuito de verano y un grupo de Junín de los Andes «Viejos al agua», organizaron nadar en el río Chimehuin y en el lago Huechulafquen. Así fue que un 17 de agosto con todo el paisaje nevado, alrededor de 20 personas estábamos nadando», contó.

Esa fue su primera experiencia. Debió cumplir unos 800 metros en el río y después hacerlo en el lago -que se mide por tiempo, no por distancia-, con malla, sin traje de neoprene. «Llevás toda la adrenalina y la emoción. Salís y te están esperando, te sentís cuidada y cuando hay una segunda competencia decís: bueno, vamos», mencionó.

Silvana se sumó al grupo de Nadadores de Aguas Frías -NAF- y a partir de ahí se interiorizó y está al tanto de las diferentes fechas del calendario con competencias y encuentros. Entonces, se organizan con tiempo porque «es todo de nuestro esfuerzo», sostiene.

Sin embargo, para llegar a esas instancias deben entrenar -no solo en los natatorios cubiertos- así que cada fin de semana recorre junto a compañeros como Enrique Aguilera y Mirna Funes, los 80 kilómetros hasta la Villa El Chocón y entrenan en la Boca del Sapo.

En Junín de los Andes se conocieron con Soledad Vargas de El Chocón y Alejandra San Martín de Villa La Angostura y Mario González de Zapala. Ahora, todos formaron el grupo de Nadadores de Aguas Frías de Neuquén.

El único motivo por el que no viajan es si el pronóstico anuncia tormenta eléctrica o si el viento supera los 50 kilómetros por hora.

Este 20 de junio por segunda vez Silvana estaba en el desafío «La noche más larga» que se realizó en Ushuaia para darle la bienvenida al invierno.

«La agrupación NAF está muy cerca del No me olvides que está conformado por excombatientes de Malvinas y eso me movilizó. Quisiera ir por lo que ahora estoy gestionando si puedo hacerlo. En marzo hay un permiso especial que se abre el ingreso para actividad deportiva en Malvinas», explicó entusiasmada.

Se trata de un encuentro en el que los nadadores cruzan los cinco kilómetros del estrecho de San Carlos que comunica a la Gran Malvina con la Soledad.

«El contacto con el agua me hace sentir en libertad», aseguró Silvana. Foto: gentileza.

Qué se debe tener en cuenta


Silvana Romero detalló algunas de las consideraciones que se deben tener para practicar este tipo de disciplina.

Por ejemplo, mencionó que si alguien va a nadar en aguas abiertas o frías nunca debe hacerlo solo. Lo mínimo son dos personas y con una boya. Si no hay dos nadadores, por lo menos se recomienda que alguien esté en la costa.

Es necesario después de un desafío tener en claro el orden a cambiarse. Es decir, qué prenda irá primero y cuál después para evitar algún percance. La alimentación también es fundamental para este tipo de deporte.

Esta nadadora recomienda probar y practicar la disciplina: “fui encontrando, paso a paso, algo que me gusta y es el momento en el que te metés al agua y te olvidás”.

“Siempre aliento a la gente para que vaya a nadar. Es una hora que pensás solo en cómo meter la mano, el pie, la cabeza, hasta que se hace una actividad mecánica”, aseguró.

Silvana tiene junto a ella a la familia que la acompaña. Está su esposo José que, cuando puede, viaja para que entrene. Además tiene dos hijos y un nieto que también la alientan.


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