“Majo” Marini, la pastelera que revolucionó la hora del té en Viedma

Primero discretamente en El Cóndor, ahora con La Celestina en el espacio donde funcionaba el bar Comahue, la pastelera impuso un ritual aprendido junto a una de las dueñas de Ty Gwyn, en Gaiman. Inquieta e innovadora, se sigue perfeccionando y va por más.

Apasionada, dedicada, emprendedora, audaz e ingeniosa María Jose Marini, “Majo” como la llaman todos, tiene una gran particularidad: nunca se queda quieta, siempre está en constante movimiento, en todos los aspectos.
Cuando el local está lleno, se la ve atendiendo las mesas, atrás del mostrador cortando tortas o cobrando, con mucho timing, ocupando el lugar que haga falta. Eso si, siempre con una sonrisa, disfrutando.


Se mueve tanto que la rutina nunca la alcanza.
El constante movimiento es sin duda, una peculiaridad en su vida, y clave de su éxito. Se trasladó de su Rawson natal a Viedma para estudiar, ni más ni menos que el profesorado de Educación Física y comenzó a trabajar en el ministerio de Educación, pero aún le faltaba hacer el gran movimiento que cambiaría el rumbo de su vida.


Un té galés en El Cóndor



Durante la pandemia, momento difícil para moverse, ella no se quedó quieta. En el balneario El Cóndor comenzó un proyecto, una propuesta innovadora para la región, prestaba el servicio de té Gales, como se acostumbra a servir en Gaiman, Chubut.
“Tengo una relación muy linda con María Elena, una galesa de 83 años que es una de las dueñas de Ty Gwyn, una de las casas más grandes de té de Gaiman. Ella me enseñó recetas, cómo preparar el té galés, el ritual que conlleva. Así empecé a ofrecer el servicio los fines de semana en El Cóndor. A la gente le empezó a gustar, tenía muy buena respuesta. Después, por una cuestión de salud, tuve que cerrar un tiempo, pero la gente seguía llamando y preguntando para ir. Cuando retomamos ya vinimos a Viedma, buscamos lugar, y encontramos que el histórico lugar donde funcionaba el bar Comahue había quedado libre y pudimos abrir ahí. Ya como la Celestina casa de té y cafetería”, relata Majo.

«La celestina» Foto: Marcelo Ochoa


“Cuando comencé con La Celestina, gracias a la respuesta de la gente, no podía ir con las dos cosas y la verdad, mi pasión es la pastelería y la gastronomía. En ese momento estaba en el Ministerio de Educación, renuncié y cambié totalmente de rumbo. La verdad que muy feliz. Cuando encontrás algo que te gusta, no es un sacrificio sino todo lo contrario, disfruto mucho de esto todos los días”, agrega.


-¿Cómo fue realizar tantas modificaciones en un lugar histórico para la ciudad ?
-En un primer momento había cosas que tuvimos que respetar del lugar, el nombre por ejemplo, el cartel dice “La Celestina del Comahue”, también para que el lugar no pierda identidad, lo que nos pareció valido como propuesta por parte del propietario. Las reformas de adentro fueron por parte. Primero hicimos las necesarias para empezar a trabajar y después fuimos por más. La gran cantidad de comensales nos llevó a la necesidad de más espacio, por lo que tuvimos que mover la mítica barra del Comahue, también por recomendación de un chef local y asesor gastronómico Martín Baquero. El movimiento de la barra histórica nos dio un poquito de miedo, además lo hicimos con el lugar funcionando, pero resultó bien. Diseñamos todo el salón de nuevo, coordinamos con la gente que iba a trabajar y en dos días hicimos ese primer cambio. Dejamos una parte de la barra original y así seguimos funcionando. Este año pudimos hacer el último cambio, que es dejar a la vista el trabajo que hacen en la cocina ahora seguimos trabajando en la parte estética.

Viedma – 29/06/2023 Maria José, pastelera y dueña de «La celestina» Foto: Marcelo Ochoa


-¿Hay un espacio para hacer tortas en vivo y que la gente del salón pueda ver?

-Sí, tenemos una parte que está enfrentada a la cocina, una mesada que dejamos para hacer toda la producción a la vista, armado de tortas, armado de bandejas que van al horno. El lugar se puede ver desde cualquier mesa, incluso se pueden acercar a preguntar. Tratamos es mostrar la elaboración que hacemos que es totalmente artesanal.


Estamos enfocados en seguir trayendo cosas nuevas o innovando con algunas otras cosas. Trabajamos en un lugar en el que estamos siempre con la misma gente, la idea es ofrecer un servicio y un producto para que nos vuelvan a elegir. Ese es el desafío diario, que la gente no se canse, que se sienta cómoda.
Tenemos personas que vienen todos los días a desayunar, tenemos gente mayor, a la que traen sus hijos, las dejan y después las vienen a buscar, tenemos gente que nos elige para reuniones de trabajo, familiares, incluso de estudiantes. La verdad que eso es sumamente gratificante: que la gente se sienta así de cómoda en nuestro lugar.


Todos los secretos



-¿De qué se trata el servicio del té gales?
-El té gales es un servicio muy tradicional en Gaiman, por ser un pueblo que cuenta con una gran colonia Galesa y que conserva sus costumbres. Es un servicio que consta de variedades de tortas dulces y saladas, siempre acompañadas por un té en hebra. Hay siete variedades de tortas, entre las que están las 3 variedades de tortas galesas típicas, que son torta negra, torta de crema y torta de manzana.
También tiene una parte salada: pan casero, scones y sándwiches de miga. Todo acompañado por dulces caseros. El servicio se sirve en vajilla antigua. La tetera se llena todas las veces que el comensal necesite. El té es en hebra, tiene una amargor especial que va muy bien con ese tipo de pastelería.
Además del té y las tortas típicas también tiene un ritual de presentación. La tetera viene cubierta con un vestido típico galés de lanas de colores. Este detalle, además de que adorna la mesa, tiene una función especial que es mantener la temperatura de la tetera.

Servicio de Te Gales: Torta negra galesa, Torta galesa de manzana, Torta galesa de crema, Torta de chocolate, Torta de frutos rojos, Lemon curd, Torta de ricota, scones, pan casero, sándwich de jamón y queso, dulces caseros. Foto: Marcelo Ochoa


A su vez tenemos una carta extensa de tés, que servimos en pavas de hierro que son buenas para el sabor y el mantenimiento de la temperatura.
Cuando llevamos el té elegido a la mesa, lo llevamos en cucharas, para que la gente pueda ver la hebra que eligió y ellos mismos puedan meter la hebra en la pava de hierro. Ofrecemos un reloj de arena de 5 minutos para que una vez colocada la hebra en la tetera, el comensal sepa cuándo servir, ya que si no se dejan pasar esos 5 minutos, no alcanza la hebra a poder dar su sabor al agua.

Servido en Tetera de hierro, las hebras se sirven en cuchara de porcelana y Chessecake de frutos rojos Foto: Marcelo Ochoa


-¿Tenés un equipo muy preparado ?
-Para ofrecer este servicio debes tener un equipo de mozos preparado. Esto es como un motor y cada parte es muy importante. Tanto el producto como el servicio van de la mano y donde falla uno, todo lo bueno se pierde. Tratamos de explicarle todo el tiempo al comensal lo que requiera para disfrutar de ese momento del té, de las tortas, de los ingredientes, que sepa cómo está hecho. Tratamos de explicarle todo lo que quiera preguntar o saber, más allá de lo que explicamos en la carta.


Tal como dijimos de entrada, Majo nunca se que queda quieta, se mueve, avanza.
Su preparación como pastelera la realizó en el IAG. Actualmente está por recibirse de chef vegano de la carrera Plant Based, también del IAG. Majo viaja todas las semanas a Buenos Aires para las cursadas.
“Es una carrera especial en la que todos los alimentos que se utilizan son sin derivados de animales, se utilizan muchos alimentos en reemplazo. Personalmente son un montón de productos que no conocía, es un mundo nuevo, un estilo nuevo y si se quiere, una moda también. Entonces es importante al estar a cargo de un local gastronómico, cuando los comensales te piden determinadas cosas en la carta, la idea es ir incorporando. No tenía idea de esa parte y me pareció importante arrancar con ese nuevo mundo. Ya estoy pronta a recibirme en agosto”.


-¿Están con un proyecto en conjunto con Martín Baquero?
-Con Martín tenemos un proyecto de los paradores del río, se llama “El Muelle” y va a estar al lado de la calesita. La propuesta del proyecto es un parador costero con panadería con producción a la vista. Va a tener un sector de comensales en el interior y un sector externo. Todo vidriado para cuando pases por la costanera lo puedas ver y no se pierda la vista del río. Va a ser una propuesta completa de cafetería y restaurante, además el lugar va tener un puesto venta de productos regionales.


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