Mujeres de Cipolletti rompen estereotipos de género y se capacitan en trabajos masculinizados
Se preparan en talleres de formación profesional municipales donde aprenden a realizar trabajos que históricamente fueron ejercidos por hombres.
Durante el último tiempo la participación femenina se ha incrementado en trabajos que solían ser ocupados mayoritariamente por hombres. Es el caso de los oficios de construcción, soldadura y electricidad. Las mujeres cada día ganan más protagonismo en estas actividades, basta con recorrer algunas obras y veremos obreras que emprenden en estas actividades.
Habilidad y decisión para domar metales
En Cipolletti, el municipio dicta talleres de formación profesional que tienen como objetivo enseñar a hombres y mujeres a realizar diferentes labores. Los estudiantes pueden elegir dentro de una larga lista de actividades, entre ellas, construcción en seco, carpintería, soldadura de caño estructural, electricidad domiciliaria y cerrajería. O entre peluquería, pastelería, costura, mozo y gastronomía para eventos. En total hay 434 participantes, de ellos 314 son mujeres y 120 hombres.
A lo largo de la historia hay actividades que estuvieron atribuidas exclusivamente a la responsabilidad de las mujeres, como las tareas de cuidado y la crianza, pero durante los últimos años los cambios permitieron que se capaciten para ocupar otros puestos. El director del área de juventudes del municipio de Cipolletti, Ariel Demiz, afirmó que hoy participan en diferentes talleres de electricidad, soldadura, carpintería y construcción en seco. «Hoy las mujeres ya no tienen una casilla en cuanto a los talleres, están muy decididas a capacitarse y dar un paso al frente por sus cuestiones económicas, sociales, pero con una decisión tomada al fin», señaló.
En la ciudad un grupo de mujeres decide cambiar esos estereotipos y aprender nuevas labores. Carla Matus es una de las que se capacita en los talleres de construcción en seco. Tiene 35 años y es madre, contó que empezó el curso por curiosidad. «Pensaba que era fácil, pero después vi que no era tan así. Yo quería aprender hacer las cosas por mí misma sin tener que pedirle a alguien que lo haga. En el curso vi la oportunidad de aprender y me sorprendió ver de lo que yo era capaz. Al principio me daba miedo agarrar las herramientas, pero acá nuestros compañeros nos incentivan», agregó.
Carla, otra de las participantes del grupo, relató que comenzó el curso porque estaba construyendo su casa. «Hace un tiempo hice mi casa y eso me incentivó a aprender, pensé que yo sola podía hacer el cielo raso, ahora veo que puedo lograrlo. La profe nos enseña muchas cosas, nos incentiva a hacer proyectos. Estoy contenta porque las mujeres podemos emprender en otras ramas y podemos demostrar que somos capaces de hacer estas actividades, sólo es cuestión de animarnos a aprender, creo que la práctica genera confianza y eso nos permite crecer», manifestó.
Naira es una de las mujeres más jóvenes del grupo, tiene 20 años. «Me anote para aprender y si el día de mañana necesito algo, poder hacerlo yo misma. Creo que está bueno porque abre otras puertas en el futuro y también incentiva a otras chicas para que se animen a incursionar en la construcción. Es algo lindo, por ahí la gente piensa que es trabajo para hombres porque la actividad requiere fuerza, pero ahora las mujeres buscamos experiencias nuevas», aseguró.
Mercedes Zapata participa del taller de electricidad. Contó que se anotó en el taller porque su marido murió durante la pandemia y en su hogar había tareas que realizar. «Cuando mi marido falleció estábamos ampliando la casa, siempre me decía que no aprenda porque era peligroso. Pero quedaban muchas instalaciones que hacer y para mí era caro pagarle a alguien para que lo haga, por eso me anoté. Con lo que aprendí me ahorré pagar la mano de obra que requería en casa. Esto también me permitió realizar trabajos para conocidos y familiares; instalaciones eléctricas, cambiar los cableados y disyuntores. La realidad es que es una buena salida laboral porque no requiere de mucha fuerza, con las herramientas y medidas de seguridad adecuadas se puede lograr y podemos ganar dinero», dijo.
En el taller como primera etapa les enseñan a conocer las herramientas, después realizan prácticas donde ejercen la actividad. En construcción en seco aprenden a hacer muebles, divisiones de ambientes, calcular los materiales que van a utilizar. En electricidad a realizar conexiones. Para las mujeres no ha sido sencillo abrirse camino, pero con persistencia y perseverancia lo han logrado.
Formadores de oficios
Desde la Dirección de Juventudes incentivan a hombre y mujeres a aprender los oficios. El director del área, Ariel Demiz, explicó que hoy las mujeres deciden tomar cursos en actividades que históricamente eran realizadas por los hombres, también se capacitan en otros cursos que tienen esa impronta femenina, pero vemos más chicas decididas a emprender en otras actividades.
Demiz expresó: «desde mi área trato de darles protagonismo a las mujeres que deciden tomar esa decisión y capacitarse. Haciendo una evaluación te das cuenta que las mujeres le ponen más empeño, más seriedad, se fijan una meta de forma seria y son muy responsables con lo que deciden. Ya cuando las ves en las clases soldando, cortando con la amoladora, atornillando con un destornillador inalámbrico, haciendo cosas que estaban adquiridas a la actividad de los hombres te das cuenta que hay que reconocerlas, resaltar la labor e incentivarlas para que más mujeres puedan ingresar a nuestros cursos».
Mónica Salazar es la capacitadora del taller de formación de construcción en seco. Contó que es una egresada del curso, y que actualmente ejerce la actividad en un emprendimiento. «Hace cinco años realice el taller en la municipalidad. Hoy elijo enseñar porque quiero compartir lo que sé, y ver que más chicas se animan es muy satisfactorio. En el curso tenemos grupos de diferentes edades, hay chicas de 20, 35 hasta 40 años, vemos que la mitad del grupo son mujeres. Al principio cuando comenzaron estaban tímidas con las herramientas porque la mayoría no sabía de lo que se trata la construcción en seco, ahora vemos que aprendieron un montón. Veo a las chicas muy animadas, quieren hacer cosas en sus casas y ejercer el oficio».
Por otra parte, Mónica destacó que sus clientas mayoritariamente son mujeres. «Todas las personas que me contratan son mujeres, es bueno resaltar esto de que entre nosotras nos vemos capaces de realizar las actividades, es momento de que demostremos la capacidad que tenemos y porque no entre nosotras crear redes de trabajo”, sumó.
La mayoría de las mujeres que emprenden en los rubros comenzaron a practicar en sus domicilios o en casa de familiares hasta hacerse conocidas. Mónica explicó que empezó publicitarse a través de las redes sociales, a partir de ahí recibió propuesta de trabajo de otras mujeres.
Comentarios