Padeció dolor 30 años por una enfermedad en Cinco Saltos: “Fue el calvario de mi vida”

En su adolescencia se desató una neuralgia del trigémino que lo dejó fuera de sí. El hombre se curó a los 50 años en Buenos Aires porque en la región no había especialistas.  

Juan vive en Cinco Saltos y tiene 76 años. A partir de las publicaciones de Diario RÍO NEGRO sobre pacientes que padecieron patologías del dolor, él quiso contar el calvario que atravesó con una neuralgia del trigémino, la enfermedad del “suicidio” como se la denominaba antes. 

Durante más de tres décadas convivió con la molestia, casi inhumana. Es un trastorno que causa dolor facial intenso y agudo, una dolencia neuropática que afecta al nervio trigémino. Juan cuenta cómo logró salir adelante hace más de 25 años atrás, cuando los especialistas en el tema no existían. Todo comenzó en 1963, mientras estudiaba en la escuela secundaria. 

El primer episodio lo tuve a los 14 años. Me acuerdo como si fuera hoy, fue un estallido violento del lado izquierdo de la cara. Me quedé inutilizado, volví del colegio y le tuve que pedir un compañero que me acompañe porque estaba muy muy mal, muy asustado”, comienza su relato.

Hace 60 años, la ciencia y la medicina estaban mucho más atrasadas. No había internet, no había celulares, “Era otro mundo”, relata Juan. En ese contexto, él se enfermó. A partir de ese episodio, las frecuencias fueron muy variables. “Tuve períodos de paz y después, momentos de guerra con la enfermedad”, cuenta. 

Su madre lo llevó a consultar a varios médicos clínicos que atribuían el dolor al crecimiento y al desarrollo. A los 15 años lo llevó a un neurólogo del Instituto Argentino de Neurología, donde obtuvo el diagnóstico preciso. Se trataba de neuralgia del trigémino. 

No podía hacer viajes largos en avión, tenía muchas limitaciones durante los episodios de intenso dolor.

“Tenía que retirarme del lugar, me he ido de cenas, de casamientos, me he levantado del cine, por supuesto todo eso venía acompañado de vómitos, fotofobia, intolerancia a la luz, intolerancia al sonido».

Juan, expaciente de una neuralgia del trigémino, en Cinco Saltos.

Hoy, ya liberado de la tortura, lo motiva contar su testimonio para ayudar a otros. “Esto es un tema que afecta a toda la familia, nadie queda excluido”, recuerda con pesar y dice: “Así empezó el calvario de mi vida”. 

Tratamientos: un «peregrinar» por médicos y curanderos


Los primeros tratamientos para la neuralgia del trigémino consistieron en medicación. Para él, alcanzar la cura de la enfermedad fue un “peregrinar” constante por médicos, especialistas del país, y hasta recurrió a “chamanes”, “curanderos”, “prometedores seriales”, “pícaros”, e hizo todo tipo de pruebas de control mental. 

Contó que una vez hasta fue a ver a Tusam, el famoso mentalista e hipnotizador argentino que había visitado Catriel. “Lo que hace uno por desesperación”, argumenta. Mientras tanto, el día a día continuaba. En su juventud se radicó en Neuquén, donde se casó y tuvo hijos. 

“Primero me recetaron unos remedios que para la época era lo mejor (…) un anticonvulsivo que se aplica en los casos de epilepsia, lo tomé durante muchos años”, cuenta. Luego decidió dejarla por contraindicaciones e inició con otro fármaco. “Un carbonato de litio, que también con los años descubrí que no era lo ideal por las consecuencias irreversibles en el hígado”, dice. 

Tiempo después, alguien le recomendó al médico neurólogo Daniel Doctorovich, profesor de Neurología en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y jefe del centro de cefaleas del Hospital Italiano Neurología funcional Integrativa, quien todavía atiende. 

“Lo fui a ver al hospital italiano (Capital Federal) y me recomendó una terapia de oxígeno (en aquel momento). En los momentos de crisis, cuando empezaba el dolor y sentía los primeros síntomas, tenía que respirar oxígeno a siete litros por minuto”, relata. 

Eso le dio cierto alivio, pero no le era sencillo cargar con un tubo de oxígeno de 40 kilos, mascarilla y caudalímetro. Recuerda que en muchas oportunidades su esposa e hijos lo tuvieron que llevar a alguna  guardia de algún hospital o sanatorio para que me apliquen oxígeno. “Ya en algunos lugares me conocían, iba a cualquier hora”, recuerda con frustración. 

Hoy balancea que el tratamiento con oxígeno al menos le permitió continuar con su vida: así pasó más de 30 años. Cuando cumplió 49 años, una de sus hermanas de Buenos Aires, se topó con el neurólogo Jorge Leston de la Clínica del Dolor de Fleni, un hospital privado de Buenos Aires. 

Él me sometió a un shock de cortisona. A partir de los 50 no tuve más episodios”, aseveró, aunque admite que vivía con miedo de que los episodios regresaran. “Siempre esperás que el monstruo pueda volver, pero pasó un año, dos, 26 años y no tuve más dolor”, confirma. 

La cortisona es una hormona esteroidea que se produce en las glándulas suprarrenales y también puede ser fabricada en un laboratorio. Se utiliza como medicamento para tratar diversas afecciones. 

“El resultado definitivo se lo adjudico y le doy todos los méritos a este tratamiento con cortisona, que fue el último que hice”, asegura Juan, por supuesto en un contexto muy distinto al actual. Pudo retomar su vida sin sufrimiento desde ese entonces. 

“(A la neuralgia del trigémino) le dicen la madre de todos los dolores, y siempre uno tiene ideas locas de cómo terminarlo, por suerte en mí no fecundaron esas semillas”.

Juan, expaciente de una neuralgia del trigémino, en Cinco Saltos.

Afortunadamente, gracias a la investigación; la ciencia y la medicina avanzaron para que todos los que padecen estas enfermedades puedan encontrar alivio, no solo en las grandes ciudades sino con centros de tratamiento del dolor en la región.  

Qué es la Neurálgia del Trigénimo


Es un trastorno del nervio trigémino que causa dolor facial crónico, intenso y punzante. También se la conoce como «tic doloroso».

Los síntomas más comunes son: dolor en una mitad de la cara, dolor que se siente como una descarga eléctrica, se activa al tocarse la cara, masticar, hablar o cepillarse los dientes.

Entre las causas se destacan: vaso sanguíneo que presiona el nervio trigémino, Esclerosis múltiple, tumor cerebral o otras enfermedades que causan inflamación en el cuerpo.


Juan vive en Cinco Saltos y tiene 76 años. A partir de las publicaciones de Diario RÍO NEGRO sobre pacientes que padecieron patologías del dolor, él quiso contar el calvario que atravesó con una neuralgia del trigémino, la enfermedad del “suicidio” como se la denominaba antes. 

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