Por qué el volcán de lodo descubierto en proximidades de Chiloé no representa un riesgo

Un geólogo de Bariloche explicó que "no emite lava, ni ceniza, ni magma". Solo se los llama volcán por la estructura y porque emite gases por un cráter central. En Chile, advierten que, de todos modos, se requiere un monitoreo constante.

El volcán submarino a fue descubierto a 86 kilómetros al oeste de Chiloé. Foto: gentileza

Investigadores de Geología de la Universidad Andrés Bello (UNAB) descubrieron un volcán submarino a 86 kilómetros al oeste de Chiloé y a 1.800 metros de profundidad. Lo denominaron «Volcán de Lodo de Cucao» y describieron una estructura circular de 1,5 kilómetros de diámetro y un cráter de 450 metros de ancho y 80 de profundidad.

El equipo de científicos liderado por Cristian Rodrigo, junto a Fernanda Ruiz, Nitza Garrido y Ximena Contardo, de la carrera de Geología de la sede de Viña del Mar, determinó que el volcán se ubica sobre una zona donde convergen fuerzas compresivas y de desplazamiento lateral de la corteza terrestre. Combinaron datos obtenidos en distintas campañas oceanográficas.

Los especialistas explicaron que el volcán «no representa un riesgo directo para la población ni la costa, pero sí constituye una señal geológica relevante que debe ser monitoreada«. Sucede que esos cráteres submarinos -llamados volcanes de lodo- no expulsan lava ni cenizas, sino mezclas de agua, gas y sedimentos que emergen lentamente desde el subsuelo marino.

De acuerdo a «la comparación de los registros de 2012 y 2018, se registró una disminución en la actividad superficial, lo que sugiere que el volcán podría encontrarse en una fase de reposo». De todos modos, los geólogos advirtieron que estos sistemas pueden reactivarse ante variaciones de presión, temperatura o movimientos sísmicos.

«Un volcán de barro es un sistema que expulsa sedimentos y gas en el fondo oceánico. Son conocidos en muchas partes del mundo, pero no había registro en aguas chilenas«, advirtió el geólogo y limnólogo Gustavo Villarrosa, investigador principal del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (Ipatec) y profesor asociado de la Universidad Nacional del Comahue, a diario RIO NEGRO.

El volcán submarino a fue descubierto a 86 kilómetros al oeste de Chiloé. Foto: gentileza

Insistió en que «no emite lava, ni ceniza, ni magma, ni nada parecido porque no es un sistema volcánico. Se los llama volcán porque tienen una estructura parecida y emite cosas por un cráter central, pero lejos está de un sistema volcánico. No tiene conexión con ningún sistema magmático».

En ese tipo de volcanes, subrayó, «hay almacenamiento de gases en el fondo oceánico que se desestabilizan y empiezan a ascender con los sedimentos finos. Encuentran un lugar para salir que es ese cráter del volcán de barro».

Villarrosa fue contundente respecto al riesgo que representa: «No son peligrosos los volcanes de barro. Hay dudas de que emisiones muy grandes de gas en el océano podrían ser peligrosas para la navegación de barcos que estén pasando justo por ahí ya que haría que las embarcaciones tengan menos flotabilidad en esos lugares. Pero realmente no es una situación peligrosa».

El volcán, agregó, está a una gran profundidad -1800 metros- y «la emisión no es súper catastrófica como lo sería la de un volcán explosivo. Nada que ver con esos niveles de energía».

Según el geólogo barilochense, hay antecedentes de volcanes de lodo en todo el mundo y se conoce cómo funcionan -aunque son distintos y todo depende del origen-.

«En este caso de Chile, el origen tendría que ver con este margen de subducción que registramos en el oeste del continente sudamericano que hace que los sedimentos se compriman y se hundan por debajo del continente americano», puntualizó. Todo eso produce una desestabilización en los sedimentos del fondo marino cercanos a la costa o en la región próxima al continente. Por eso, se desestabilizan esos gases y se produce el volcán de lodo.

El volcán submarino a fue descubierto a 86 kilómetros al oeste de Chiloé. Foto: gentileza

«Hay muchos volcanes de lodo en el mundo que, muchas veces, están asociados a yacimientos de petróleo y gas. De hecho, se los suele usar como indicación de la posible existencia de yacimientos en las plataformas continentales. Este no sería el caso», concluyó Villarrosa.


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