Por qué se producen los derrumbes de acantilados en Las Grutas

Dos episodios se produjeron en los últimos días. El último ocurrió cerca de un concurrido balneario, peor no se registraron personas heridas. Un especialista explicó la causa.

En los últimos días, se registraron dos desprendimientos de rocas de los acantilados en los balnearios de Las Grutas. El último se registró en un área cercana a la Primera Bajada, uno de los sectores más concurridos. 

Días antes, una pareja ingresó al mar y observó un derrumbe sobre la playa.  En ninguno de los dos episodios hubo que lamentar víctimas.

Las autoridades recalcaron que el sector está señalizado y advierte sobre los riesgos de acercarse al acantilado ya que se había producido un derrumbe el año pasado. Sin embargo, cuestionaron que mucha gente ignora las advertencias y sigue acercándose a la zona.

Federico Ignacio Isla, investigador superior del Conicet y presidente de la Red Latinoamericana de Erosión Costera, consideró que los derrumbes son fenómenos naturales frecuentes para la zona. 

«Los derrumbes son comunes. No tanto en Las Grutas porque los acantilados son bajos, pero en la zona de Bahía Creek o la Lobería, son más altos y ahí sí tenemos derrumbes muy grandes. Es un proceso natural«, describió Isla. 

Dijo que se producen cada vez que hay viento persistente del sur que coincide con la pleamar, la marea alta. Recordó que, en julio del 2009 le escribieron de Las Grutas para consultarlo porque «se habían quedado sin arena». «Afortunadamente la arena no se fue a mucha profundidad y, en primavera la playa llegó a recuperarse», dijo. Señaló que «el problema de Las Grutas es que está orientada hacia el sur y cuando se registran 18 horas con viento del sur, hay oleaje que, a la vez, si se da con pleamar, rompe contra la base de los acantilados. Es común en Punta Bermeja, Bahía Creek, la Lobería y la ruta 1″.

Cada tanto, recalcó, el viento sur constante produce olas mucho más grandes. Cuando hay viento del norte, por ejemplo, «plancha» el mar y los vientos del oeste también son más comunes. «Lo hemos notado en Claromecó o Monte Hermoso donde las sudestadas se producen con viento persistente del sur. Si coincide con pleamar alta, las olas llegan a romper contra los acantilados -en el caso de Montehermoso, contra la base de dunas- y por lo tanto, se produce una erosión significativa«, indicó. 

De esa manera, se forman esas atractivas cuevas, esas cavidades. «Las olas debilitan las rocas y si tiene un peso -o tiene fluctuación del agua subterránea- origina debilidades que pueden producir la caída del acantilado. Normalmente el agua percola y en invierno, esa agua se congela, se expande y eso forma grietas. Pero lo que gatilla que se caiga es la marea alta y el oleaje», señaló. 

Isla recordó que Las Grutas «está protegida de los vientos del este por el banco reparo, un banco que está en la entrada del estuario de San Antonio, el ex puerto. Mientras que está protegida de los vientos del oeste por la plataforma al oeste, de modo que es un enclave bastante protegido. Pero cuando hay viento persistente del sur a lo largo del Golfo San Matías, puede haber algo que origine que la debilidad de la roca ceda y tenemos un derrumbe«. 

Consideró que gran parte del problema «es la debilidad entre lo que son las arenas en el acantilado y la base que es impermeable. Por ahí, continuamente está percolando el agua subterránea -algo que antes no sucedía porque era una zona desértica-, pero ahora el hombre lleva agua que percola hasta donde puede y termina fluyendo hacia el acantilado». 


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