Se congeló el río Pichileufu, en la Línea Sur: la temperatura llegó a 23 grados bajo cero

Los pobladores del paraje ubicado a 60 kilómetros de Bariloche aseguran que este fenómeno se reitera cada 8 o 10 años. En esta ocasión, el río tiene una estructura de 7 centímetros de hielo.

«Ayer rondamos los 23 grados bajo cero. No quiero ni pensar cuál fue la sensación térmica. De solo caminar, se te congela la nariz«, dijo riéndose Luis Fernández, un poblador de Pichi Leufu que vive sobre la Ruta 23. Ese paraje es conocido por el río que lleva su nombre que, a raíz de las temperaturas extremas de los últimos días, se congeló parcialmente.

El río está ubicado a unos 60 kilómetros de Bariloche y recorre 120 kilómetros hasta desembocar en el lago constituido por la represa de Piedra del Águila. «Que se congele sucede cada 8, 10 años. Ahora, al estar tan bajo porque no ha llovido ni ha nevado, tiene tan poca corriente que se está congelando casi todo. Quedan correderas más inclinadas, pero por lo que se ve se congeló de lado a lado«, comentó Fernández al tiempo que consideró que «debe haber unos 6 o 7 centímetros de estructura de hielo».

Recordó que 10 años atrás, el río también se congeló y los chicos fascinados jugaban sobre el hielo, «con los riesgos que implica». «Mi perro se fue por la parte gruesa y cayó por una grieta. En un momento creí que me iba a tener que meter con 20 grados bajo cero, pero logré sacarlo», contó.

El Río Pichileufu, a 60 kilómetros de Bariloche congelado. Foto: gentileza

¿Cómo combaten el frío? «Al tener la casa habitada zafamos. Mantenemos todo prendido con leña gruesa a la noche para que no se apague y, fina de día. Algún valiente se levanta a la madrugada para tirar algún palo. El truco es tener siempre leña a mano. Es difícil para la gente mayor en el campo que todavía la pelea y muchos pequeños productores no cuentan con luz ni tecnología«, indicó Fernández.

Vanesa nació en Bariloche, pero se crió en Pichileufu. «Solemos dejar agua en baldes, en un fuentón, en ollas y en la pava. Dejamos la canilla un poquito abierta para que quede un hilito, la idea es que no se congele, pero a veces se congela igual«, contó la mujer de 33 años.

Pichileufu registró 23 grados bajo cero. Foto: gentileza

Comentó que en los últimos días, padecieron «mucho viento, fuertísimo y heladísimo, pero en la madrugada del domingo cayó una tremenda helada. Nosotros preferimos y esperamos la nieve o la lluvia; no las heladas, porque si no nieva, significa que tendremos un verano complicado», aseguró.

Vanesa vive con su pareja, Carlos, y sus dos hijos de 9 y 6 años que concurren a la escuela 98 de ese paraje.

Vanesa también se mostró sorprendida por el congelamiento del río Pichileufu «de lado a lado» y lamentó que también se congelaron los caños de agua en las viviendas. «Es un problema quedarnos sin agua para nosotros y para los animales. Nos levantamos muy temprano, como siempre, para sacar la escarcha y hacer algo de fuego», subrayó y agregó: «No queda otra. Hay que esperar que pase nomás porque contra la naturaleza no podemos hacer nada«.

Pichileufu registró 23 grados bajo cero. Foto: gentileza

Diez años atrás, Martín Lorenzo, un docente de Tecnología de la escuela secundaria de Pilcaniyeu, comenzó a armar una pequeña estación meteorológica para registrar variables ambientales de la zona en la que vive. La página es https://thingspeak.mathworks.com/channels/1420174. «¿Por qué decidí impulsar este proyecto? Porque hoy, sin ir más lejos, si miramos el pronóstico en el celular saltan 13 grados bajo cero en Pilcaniyeu. Sin embargo, mi registro marca 21 grados bajo cero. Hasta ahora, la temperatura que brindan de esta zona es un aproximado del Servicio Meteorológico Nacional», comentó.

Usa unas placas que permiten ingresar señales y mediciones a través de sensores. «Es como una pequeña computadora a la que conectas sensores de diferente clase ya sea para medir la temperatura, la humedad, la presión. O para conectar algún artefacto y tener un invernadero inteligente. El objetivo es tener de acá a un año, una estación que marque datos las 24 horas y a la vez, tener un historial de la zona», comentó.

Lorenzo siempre le insiste a sus estudiantes en la necesidad de tener «información histórica» para la toma de decisiones. «Conocer los meses en que más llueve o saber cómo prevenir heladas tardías», mencionó.


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