Una bombera de Bariloche lleva diez años a la espera de un trasplante de riñón

Gabriela Jara tiene 29 años y tiene lupus. Diez años atrás, empezó los estudios para acceder a trasplante, pero asegura que la obra social cortó el convenio con las dos clínicas. Ahora, debe empezar de cero. "Si el riñón no llega, va a ser tarde", cuestionan sus amigos.

Con sus 29 años, Gabriela Jara tiene proyectos, sueños y una paciencia enorme. Es bombera voluntaria en el cuartel Campanario al que concurre desde que tiene memoria porque su padre fue el fundador. Pero desde hace años, tuvo que relegar actividades y salidas porque su estado de salud se fue deteriorando.

Aguarda un trasplante de riñón desde hace 10 años. Está en lista de espera, una espera que se vuelve interminable. No porque no llegue el riñón sino porque su obra social Ipross ya cortó convenio con las dos clínicas con las que había realizado todos los estudios.

A los 16 años, le diagnosticaron artritis rematoidea juvenil. Tres años después, comenzó con síntomas raros y quedó internada. Entonces, supo que tenía lupus, una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error. Lo primero que atacó, en el caso de Gabriela, fue a sus riñones.

“Me dejaron de funcionar. Hice hemodiálisis durante un año y luego, pasé a diálisis peritoneal. La primera se hace tres veces por semana, tres horas cada vez. Con eso tenía mas libertad. Hasta que ya no me funcionó. La diálisis peritoneal se hace tres veces al día. Así llevo 10 años”, contó Gabriela a RÍO NEGRO.

En un primer momento, ingresó a la Fundación Favaloro donde le hicieron innumerabes estudios para llevar adelante el trasplante de riñón. “No tengo donante vivo. Por eso, estoy en lista para un donante cadavérico. Estaba todo encaminado, pero no llegué a terminar todos los estudios que se requrían porque la obra social dejó de tener convenio con ellos”, puntualizó la joven.

Y agregó: “Me pasaron al Policlínico de Neuquén y este año, pude terminar los estudios solicitados. Volvieron a sacarme de ahí porque dejaron de tener convenio. Quedé a la deriva. Es empezar de cero”.

Gabriela Jara tiene 29 años. Es bombera en el cuartel Campanario. Foto: gentileza

En medio del peregrinar por estudios médicos, le detectaron un tumor chico en la mitad de uno de los riñones. Se lo tienen que extirpar “en una cirugía de riesgo”. Estaba programada para el lunes pasado pero la joven tenía hipertensión, fue medicada y la operación se pospuso.

Junto a una amiga, Gabriela grabó un video que se viralizó en las redes sociales en los que piden a las obras sociales que agilecen este tipo de “trámites”. “Si no llega el riñón, va a ser tarde”, dijo Verónica Torlaschi, su amiga.

Gabriela Jara tiene 19 años. Es bombera en el cuartel Campanario. Foto: gentileza

“Tengo que tener un poco más de paciencia. Hoy, si me quiero ir al centro con mis amigos y no volver en todo el día, no puedo porque en el medio, me tengo que dializar. Por suerte, mis amigos se adaptan a mí. Con un trasplante, se puede vivir tranquilamente. Tendría una mejor calidad de vida”, dijo.

Por último, hizo un llamado de solidaridad a la obra social: “Cuando un paciente empieza un tratamiento, dejen terminarlo. No lo saquen. Diez años de mi vida se me pasaron haciendo esto para mejorar mi vida”.


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