Video: después del épico rescate de la yegua a su cría en el río, así cruzaron las vacas y los terneros en el norte neuquino

 Otro épico cruce, el de vacas y terneros en el río crecido, después del impresionante salvataje de la yegua Laguna a la potranca Chancleta en el Varvarco durante el arreo de los crianceros rumbo a las tierras de veranada.

El difícil cruce de las vacas y los terneros en el río Varvarco. Captura de video: Martín Muñoz

Los crianceros del norte neuquino son como un imán para quienes se aventuran en sus tierras, allí donde la Patagonia es agreste y hermosa, entre arroyos que se encajonan y lagunas y montañas que sobrevuelan los cóndores mientras bajan las aguas de deshielo para dar vida a los ríos que corren bravos este verano después de un invierno nevador. Uno de ellos es el Varvarco, por donde la semana pasada cruzaron las vacas y los caballos de los crianceros que habían partido de Las Ramadillas, a 15 km de Varvarco, por la ruta 43.

Son escenas que atrapan a los viajeros, que se quedan encandilados Cada vez son más los turistas que llegan en busca de esas maravillas que ofrece el norte de la provincia y por eso son altos los niveles de ocupación este verano, con cabañas que se consiguen entre 10.000 y 15.000 pesos, es decir mucho más económicos que en otros destinos de la provincia.

El arreo rumbo a las tierras de veranada. Fotos: Martín Muñoz.

Y los que conocen y los que no, se deslumbran con las travesías de los arrieros con sus piños en busca de las tierras de veranada, donde los chivitos que nacieron en los puestos de invernada se harán fuertes con las pasturas de las laderas donde el blanco de los meses más fríos se transforma en verde en estos días.

Eso sí, hay que tener paciencia y precaución al circular. Y muchos aprovechan para bajarse de sus vehículos y conversar con los crianceros, gente noble y sacrificada, llena de historias que se acumulan en los arreos, que pueden ser de un día o hasta un mes de marcha bajo el sol procurándose un lugar para dormir cada noche, según el caso.

Toda la vida los caballos y las vacas cruzaron el Varvarco. Cuentan los arrieros que ya por instinto le encaran solos y ellos los arrean sobre todo por las crías, para que no se separen del grupo en ese momento. Esta vez, el cruce del río crecido tuvo un primer momento dramático. Fue cuando a Chancleta, la potranca de un mes de vida, la arrastró la fuerza del agua, que la llevó varios metros más abajo. Al advertirlo, Laguna, la madre de 12 años, volvió sobre sus pasos y fue al rescate.

Primero la siguió hasta la orilla donde Chancleta logró afirmarse. Y después la custodió para volver a intentarlo: se puso delante de ella y la cubrió en el cruce, que madre e hija lograron luego hacer sin problemas, pese a que el agua las empujó un par de metros hacia atrás.

Esa reacción de puro instinto y amor de madre asombró a cientos de miles de usuarios de las redes. Solo en el Facebook del Río Negro, el video suma más de un millón de reproducciones y más de 13 mil me gusta.

Después de los caballos, cruzaron las vacas y los terneros y el agua volvió a arrastrar a las crías en el segundo momento dramático. Como cada año, los arrieros se habían ubicado en la orilla para meterse si era necesario, pero no lo fue: después de 45 segundos de nervios, observaron que todos los terneros lograron afirmarse y cruzar.

Ahora Laguna y Chancleta, las vacas y los terneros están con el resto de los animales que en la veranada en La granada del Salto, cerca del cajón del Varvarco sobre la ruta 43. Los más pequeños, las chivas y sus crías, cruzaron por el puente. Allí permanecerán todos hasta abril, cuando llegue el momento de bajar a las tierras de invernada para reiniciar el ciclo.

Ahí están también Cocho y Amada y sus hijos Walter, Marilin, Ismael y Mical, con otros familiares. Desde siempre, la crianza de animales es su sustento.

Este año los chivos se venden a entre 10.000 y 12.000 pesos, pero hasta ahora son pocas la ventas. No están sencillas las cosas para los crianceros, ya que además persiste la sequía y cuesta encontrar agua y pasturas en la invernada.

Hora de comer para Chancleta. Foto; Martín Muñoz.

En el puesto de invernada donde viven, la electricidad llegó hace dos años, la calefacción es a leña, el agua es de vertiente por manguera, cocinan con garrafa y desde que la empresa de telefonía celular y servicio de Internet migró el servicio a 4G la paradoja es que perdieron señal. «En la veranada por ejemplo subíamos a los cerros y agarrábamos, ahora ya no», dice Amada.

Y relata que otro factor que juega en contra desde hace varios años, es que ya no se vende la lana de oveja ni el cuero de chiva. Un cuadro complejo que coincide con la exigencias de las autoridades de estar al día con las vacunaciones.

En el puesto de veranada donde estarán hasta abril no hay servicios. El vínculo con el mundo es a través de una radio en la que sintonizan Radio Nacional de Chos Malal.


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