Televisión: un cambio en la pantalla que no es sólo visual

Distancia, estirando el brazo y que la punta de los dedos casi casi toque el hombro del compañero de adelante. “Tomen distancia” gritaban las maestras en el patio de la escuela. Distancia, la palabra que más se escuchó en la semana cada vez que se encendió el televisor.
Todas las señales encararon la difusión de la información sobre la pandemia de coronavirus a su manera, con idas y vueltas, aciertos y errores, pero siempre buscando difundir las formas de cuidado necesarias para protegerse del virus. Todos, o casi todos, los programas cambiaron. Desde lo visual porque en la mayoría se mantiene una distancia de un metro entre conductores y panelistas. Ya sea que estén parados o en mesas, individuales, como en “#JuntosPodemosLograrlo” o en largos escritorios con un panelista en cada punta (“Confrontados”).
También se “rejuveneció”, ya que la mayoría de los conductores mayores de 60 años se fueron a sus casas, salvo Mauro Viale (72 años), quien se mantuvo al frente de “Más que noticias” por A24 como un niño caprichoso alegando que él está sano. Otros se comunican por Skype (Chiche Gelblung) o transmiten desde su residencia (Moria Casán).
Los movileros en de los noticieros, muchos con barbijos y guantes las últimos días, tratan de acostumbrarse a estirar el brazo para lograr declaraciones con sus micrófonos enfilmados, aunque en algunos casos se los vio olvidarse de las previsiones necesarias, y de la distancia, para amontonarse y estar casi uno sobre otro para conseguir la palabra de Pablo Biró, el secretario general del gremio de los pilotos de Areolíneas Argentinas en Ezeiza.
Tanto el cable como las señales de aire se llenaron de expertos que explicaron los alcances de la enfermedad, de la cuarentena y cómo estar a resguardo, pero a veces la primicia puede más. Como lo admitió la cronista de TN que entró a Ceres un pueblo santafesino que está completamente en cuarentena. Hizo un extenso “me culpa”, pero la nota fue al aire, a pesar de que el grupo Clarín convocó a un consejo de expertos, que se integra con médicos infectólogos y científicos, para asesorar a su personal y supervisar lo que comunican.
Pero no sólo los informativos fueron mutando, los programas de la tarde, también. O por lo menos algunos, “El gran premio de la cocina” no tanto ya que salvo por el saludito de codo entre los conductores Carina Zampini y Juan Marconi, los cocineros de la séptima temporada siguen agolándose tras las hornallas.
En cambio en “Corte y confección” la cantidad de participantes disminuyó a la mitad y están siempre separados.


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