Temer sufre un inicio de gobierno lleno de turbulencias

El mandatario que reemplaza a Dilma afirma que su gestión es legítima, pero las primeras decisiones que tomó causaron fuertes críticas en la población y hasta cacerolazos. Las centrales sindicales rechazan su plan de ajuste para recortar gastos.

Michel Temer dice que su gobierno es legítimo. Pero el presidente interino de Brasil arranca su mandato en medio de fuertes críticas a su gabinete conservador integrado solo por hombres blancos y con protestas y cacerolazos.

“La reacción popular al golpe continúa y las manifestaciones de protesta y denuncia deben continuar”, escribió ayer en las redes sociales Rui Falcao, el presidente del izquierdista Partido de los Trabajadores de Rousseff y Lula, que gobernó Brasil durante más de 13 años, hasta hace cuatro días.

Las tormentas se avecinan tanto en el frente interno como externo para este gobierno de perfil conservador y liberal en la economía: a los manifestantes que acusan a Temer de golpista y traidor se suma el rechazo de varios países de la región como Venezuela, Cuba y El Salvador, que no lo reconocen como presidente. Sí lo hizo Argentina a través de Mauricio Macri.

Temer dice que quiere pasar a la historia como el presidente que “ordenó el país” en medio de una profunda crisis económica, con la peor recesión en décadas, una inflación cercana a los dos dígitos y creciente desempleo.

Pero aprobarla las medidas impopulares no será fácil.

Temer se iba a reunir anoche con dirigentes de centrales sindicales para negociar la reforma de pensiones que busca llevar a cabo, y que implicaría fijar una edad mínima para la jubilación y un posible aumento de los años de cotizaciones.

Pero la Confederación Única de Trabajadores (CUT) declinó su invitación porque dijo que “no reconoce a golpistas como gobernantes”. Y la conservadora Forca Sindical, que hizo campaña por el impeachment de Rousseff, juzgó “inaceptables” las propuestas del nuevo ministro de Hacienda.

Temer, exvice de Dilma Rousseff devenido enemigo, asumió el poder el jueves pasado, luego que la primera mujer presidenta de Brasil fuera apartada del cargo por un máximo de seis meses para enfrentar un juicio político en el Senado, acusada de manipular las cuentas públicas.

Ya el domingo decenas de miles de personas marcharon contra el gobierno en San Pablo y Belo Horizonte, acusándolo de “ilegítimo”, “fraudulento”, “machista” y “sin representatividad”.

“Tengo una legitimidad constitucional”, se defendió Temer la noche del domingo en una entrevista con la televisión Globo, durante la cual sonaron cacerolazos en San Pablo y Río.

“A nadie hoy, excepto en un país árabe, se le ocurriría una idea tan mala con una composición solo masculina” de un gabinete, criticó la economista Miriam Leitao en una columna en el diario O Globo, haciéndose eco de la indignación de millones de brasileños.

Las decisiones que provocaron rechazo

Un gabinete sin mujeres ni negros, dos grupos mayoritarios en el país.

Tres ministros están investigados por el megafraude a Petrobras que salpica a gran parte de la elite política.

El jefe de la cartera de Justicia, ahora responsable de derechos humanos, ha sido denunciado por crear escuadrones de la muerte en San Pablo.

Entre denuncias de golpe y machismo

“La reacción popular al golpe continúa y las manifestaciones de protesta y denuncia deben continuar”.

Rui Falcao, titular del PT

“A nadie, excepto en un país árabe, se le ocurriría hoy una idea tan mala con una composición sólo masculina”. Miriam Leitao, columnista de “O’Globo”


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