Toneladas de basura que pueden resultar muy útiles
Es posible transformar los residuos orgánicos en abono de muy buena calidad
investigación financiada por la unrn
La generación de residuos orgánicos de origen productivo dentro del corredor Alto Valle- Neuquén alcanza las 104.000 toneladas al año, según reveló un proyecto de investigación financiado por la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). En la región se producen anualmente 90.000 metros cúbicos de poda en “chips” de frutales, 360.000 toneladas de orujos provenientes de la producción de jugos concentrados y otras bebidas. En los establecimientos avícolas acumulan desperdicios provenientes de “cama de pollo” (estiércol + aserrín, viruta o cascarilla) en la cría de “parrilleros” a razón de 120 toneladas cada 1.700 metros cuadrados de galpón y en el caso de ponedoras 1.800 toneladas cada 100.000 aves, aproximadamente. Fueron consideradas para el levantamiento de datos las actividades de mayor envergadura como explotaciones agrícolas, agro-industrias y emprendimientos avícolas. El área de estudio incluyó 18 localidades (14 en Río Negro y 4 en Neuquén). El sondeo fue desarrollado por un equipo de especialistas de la Sede Andina de la UNRN, encabezado por la docente Francisca Laos e integrado por Graciela Calabrese, Gabriela Perrén y Carlos Maggi. El objetivo general fue iniciar una metodología de recolección y sistematización de datos que se transforme en una herramienta para la gestión de estos residuos por parte de municipios, provincias y regiones. El trabajo específico consistió en confeccionar una base de datos de establecimientos y urbes propagadores de residuos orgánicos, su actual destino y posterior clasificación según calidad y cantidad. La intención es reorientar el destino final, así como realizar una contribución para la toma de decisiones en la gestión ambiental de las instituciones involucradas. Según los investigadores, en la zona estudiada el destino de los residuos orgánicos –tanto en actividades agropecuarias, sectores de servicios y orgánicos domiciliarios– “es generalmente incierto: quema, enterrado sin control de lixiviados, disposición en basurales o comercialización sin control de calidad, con los riesgos sanitarios que implican estos manejos”. Respecto del trabajo, Laos respondió las siguientes preguntas: – Tomando en cuenta el contacto con las empresas del sondeo.., ¿son conscientes los propietarios de los problemas ambientales? –Todos los empresarios que generan residuos son conscientes de los problemas ambientales que ocasionan su acumulación y disposición final sin controles, pero su tratamiento origina gastos adicionales que no siempre se quiere o puede afrontar. Sin embargo hay soluciones sencillas que se pueden promover para la transformación de estos residuos orgánicos en recursos agronómicos (abonos) de gran valor en nuestra región. –¿Por dónde debiera comenzarse en una solución definitiva para la disposición final? –En principio debemos dimensionar verdaderamente el problema y entender que si bien hoy hay algo de espacio, éste se acaba, y hay geografías muy complicadas para encontrar nuevos lugares de disposición (por ejemplo Bariloche). Por otra parte, no considerar como un valioso recurso la transformación de los residuos orgánicos (materia orgánica que es tan necesaria en el 75% del territorio nacional) en abono, es algo que ya no debemos permitirnos. Hay decisiones políticas que deben tomarse. El Alto Valle es un ejemplo de corredor productivo, en el que se podría iniciar un programa o proyecto regional a nivel de cuenca para el tratamiento de residuos orgánicos, que se generan en la mayoría de las actividades productivas de la región, teniendo en cuenta algunas fortalezas: clima favorable, alta concentración de establecimientos, producción de residuos de diverso origen, todos aptos para su transformación en abono orgánico y uso de este producto en la misma región o aledaños para recuperación de suelos degradados o contaminados.
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