Trastorno obsesivo compulsivo en perros

¿Qué es y cómo se corrige? Muchas veces nuestras mascotas tienen manías o conductas que generan un trastorno por varias causas. Aquí te explicamos de qué se trata y qué hacer.

El inicio del trastorno obsesivo compulsivo se presenta normalmente en los primeros tres años de vida, dependiendo la raza. Los perros que sufren de dolor,  ansiedad,  lesión o una enfermedad que altera su función sensorial : vista, oído, gusto, olfato y/o táctil tienen un mayor riesgo de desarrollar  este tipo de trastornos.

“Los T.O.C. se consideran una expresión de estrés, frustración y/o conflicto. Frustración se refiere a la situación en que si bien un animal está motivado, para realizar un comportamiento se lo impide. El término de conflicto incluye la frustración, o   al conflicto motivacional, es decir, al  resultante de dos motivaciones opuestas, de intensidad similar”, afirma Martín Britez, educador y adiestrador canino, al ser consultado por Río Negro.

En la medida de lo posible debe identificarse y tratar la causa que genera el problema. En algunos casos, como el comportamiento oral autodirigido, no es posible identificar una causa ambiental, afirma el experto. Las  salidas programadas  es un procedimiento muy positivo,  pero las interacciones casuales entre el propietario y el animal son a menudo, inconsistentes y contribuyen a aumentar el estrés. Debe evitarse y se aconseja sustituirlas por interacciones altamente estructuradas en forma de orden-respuesta-recompensa.

Las sesiones programadas de obediencia permiten obtener una interacción normal y es probable que el comportamiento del responsable hacia el perro también se regularice. Los propietarios aplican frecuentemente un castigo, en forma de regaño y para que el perro asocie el castigo a la acción a corregir,  éste debe aplicarse cada vez que se realice el comportamiento, de forma inmediata   y con la intensidad correcta, porque sino, dicho castigo es imprevisible y, en consecuencia, genera estrés. Jamás debe utilizarse en perros afectados”, explica el instructor y asegura que un ejercicio suficiente puede actuar para reducir la excitación y contribuir a formar la educación en la rutina del perro que para algunos, la mejor terapia son las distracciones,  como un paseo cuando empiezan a presentarse este tipo de comportamientos.

También incrementar el ejercicio,  algún juguete con el que pueda interactuar por sí mismo y evitar el contacto humano que le genera el estrés.

Acciones que dan un alerta de TOC

* Conductas compulsivas locomotoras: dar vueltas en círculos, perseguir la cola, caminar de un lado a otro, saltar en el mismo sitio o quedarse “congelados”.

* Conductas compulsivas orales: mordisquear sus extremidades, lamerse, mordisquear el aire, lamerse compulsivamente la nariz, masticar o lamer objetos, comer de forma obsesiva, beber grandes cantidades de agua continuamente y pica (comer objetos no alimenticios).

* Conductas compulsivas con la agresión: agresión autodirigida, como gruñir o morder partes de su cuerpo, atacar el plato de su comida u otros objetos, agresión redirigida hacia personas, que suele ser imprevisible.

* Conductas compulsivas de vocalización: la vocalización puede ser un ladrido rítmico o lloriqueo compulsivo.

* Conductas compulsivas alucinatorias: mirar sombras, perseguir con la mirada los reflejos de la luz y despertarse repentinamente sin ningún motivo aparente.

* Los comportamientos compulsivos son anormales porque se muestran fuera de contexto y suelen ser repetitivos, exagerados o mantenidos en el tiempo.


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