Tres de cada diez jóvenes no van a la escuela

Lo reveló una encuesta hecha en los barrios del oeste de Neuquén. Son chicos de entre 14 y 19 años.

NEUQUEN (AN).- Tres de cada diez jóvenes de de la capital neuquina no concurren regularmente a clases y uno de cada cinco además de no estudiar, tampoco tiene trabajo, ni siquiera una changa. En las mujeres la situación es peor, porque más de cuatro sobre diez están fuera del sistema educativo formal, pero el 27% ya desertó de la escuela y no puede acceder a un empleo, aunque lo busca. El riesgo es mayor cuando forman una pareja estable, sea por unión informal o casados, ya que 7 de diez de esa franja no estudian ni trabajan. Pero entre los adolescentes con hijos, el 80% está en esa situación.

Mientras al comienzo del ciclo medio solamente un 3% de chicos está fuera de la escuela -a los 14 años el 97% está matriculado-, a los 18 apenas el 44% continúa en carrera. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes están de acuerdo en que «vale la pena estudiar» -casi el 80% de los consultados, el 82% de los que estudian y el 71% de los que no estudian-, y el 95,5% piensa que el estudio «ayuda a conseguir trabajo». En cuanto a las orientaciones de las carreras secundarias, el 74% considera que «muchos jóvenes irían a la escuela si enseñaran un oficio», mientras el 77% opinó que volvería a estudiar «si tuviera la oportunidad», aunque actualmente estén fuera del sistema. Los datos provienen del «Diagnóstico participativo de la realidad socioeducativa de los adolescentes con menos oportunidades», elaborado por la Fundación SES y el Colegio Padre Fito, que se realizó en cinco barrios del oeste de esta capital y cuyas conclusiones se proyectaron a la población total de la ciudad (ver aparte).

Los resultados se relacionan estrechamente con la situación educativa y laboral de las familias encuestadas: por ejemplo, en el 21% de los hogares el jefe de familia, cuyo promedio de edad es de 45 años, está desocupado -el 1,5% está inactivo absolutamente-, y en el 33% de los casos tiene, además, un nivel de instrucción bajo. El 17% de las familias está encabezada por una mujer. Sobre la base de 202 mil residentes en Neuquén capital de acuerdo con el último censo, se calcula que 30 mil tienen entre 13 y 19 años. Según estadísticas proporcionadas por la provincia, en la zona oeste viven 42.220 personas, de las cuales 8.444 integran esa franja etaria. Según los resultados de la encuesta -30% de desescolarizados-, habría unos 2.600 chicos fuera del sistema educativo (ver infografía).

El objetivo de la encuesta es «vincular con lo educativo a quienes tienen menos y menores oportunidades», dijo Teresa Casalá, directora del Colegio Padre Fito. El trabajo se hizo en tres etapas: encuesta y procesamiento de la información, análisis y elaboración de estrategias para el nivel local. Luego de la primera devolución hecha en los barrios en el bimestre febrero-marzo, «donde los adultos llegaron a conclusiones similares que los chicos», se detectaron algunos factores que inciden de manera negativa en el desarrollo normal de los estudios. Por ejemplo, dijo Omar Serer -integrante del equipo técnico-, el relevamiento demostró que, en la zona oeste, sobre 13 escuelas primarias -seis en las tomas-, hay sólo tres establecimientos de nivel medio, incluyendo una EPET.

Esa situación obliga a los chicos «a comprar el abono escolar mensual, que cuesta 15 pesos» pero «un simple subsidio» aplicado de forma distinta permitiría planificar de otra forma la distribución de la matrícula.

Piden presencia del Estado

NEUQUEN (AN).- Los adolescentes encuestados consideraron que la falta de presencia del Estado es uno de los principales problemas de los barrios donde viven. El reclamo se asocia también a los factores ubicados en segundo término, que aluden a la falta de seguridad, a la violencia y a los robos.

Además, en el 65% de los casos, dijeron sentirse discriminados -un porcentaje que entre las mujeres y los que trabajan es menor- y atribuyeron esa situación a «su forma de ser y comportamiento».

Para ellos, los adultos son los que más los discriminan -47%-, y en una proporción un poco mayor -53%- opinaron que «en la escuela discriminan a los pobres».

Los adolescentes mayores indicaron que la ausencia de las instituciones estatales en sus comunidades es el principal problema -37%-, mientras que los más chicos -13 a 14 años- consideraron a la violencia como amenaza más importante -24%-. En todos los casos, la participación, la capacitación y la ayuda solidaria -26%- se observa como la salida principal, algo de lo que actualmente están alejados los jóvenes, ya que el 89% dijo que no intervienen en las decisiones que se adoptan comunitariamente en el barrio.

En cuanto al consumo, opinaron que los adolescentes y jóvenes -ocupado o no- gastan la mayor parte de su dinero en bebidas -51%- y, en segundo término, en ropa. En el momento de responder en qué invertían su propia plata, la coincidencia mayoritaria fue en ropa -54%-, un porcentaje que llega al 78% si se agregan las zapatillas. De esta última franja, solamente el 15% se destina a colaborar con los gastos de la propia familia, y un porcentaje similar se invierte en ahorros o estudios.

Dos millones de pobres de corta edad

NEUQUEN (AN).- La mitad de los 4,2 millones de adolescentes que viven en Argentina está bajo la línea de pobreza. De esos 2,1 millones de jóvenes, uno de cada dos es alumno regular de una escuela secundaria que seguramente abandonará antes de finalizar, porque del 1,6 millón que empieza, apenas el 66% llega a graduarse. Entre la gente que quiere trabajar y tiene entre 14 y 19 años, hay 1,2 millón de desocupados en el país.

Esos datos fueron presentados el viernes 17 por Alberto Croce, presidente de la Fundación Sustentabilidad, Educación y Solidaridad, SES, cuando se difundió en esta capital la encuesta que la entidad realizó entre jóvenes neuquinos junto con la Escuela Diocesana Padre Adolfo Fernández -conocida como Padre Fito, dirigido por Teresa Casalá-, en virtud de un convenio firmado hace dos años. El «Diagnóstico participativo de la realidad socioeducativa de los adolescentes con menos oportunidades» fue elaborado sobre la base de encuestas realizadas en cinco barrios del oeste -Islas Malvinas, Valentina norte rural, Independencia, Toma Norte e Hipódromo- durante seis meses a partir de octubre de 2000 hasta marzo de 2001, es decir que no se tiene en cuenta el deterioro del último tramo del gobierno de Fernando de la Rúa ni los coletazos de la devaluación. El diagnóstico se elaboró sobre la base de 201 respuestas con un menú de variables: sexo; edad -se agruparon en tres franjas: de 13 a 14 años; de 15 a 17 y de 18 a 19-; situación educativa y laboral. En este último caso se trabajó de manera desagregada y conjunta, para establecer la cantidad de los que no estudian ni trabajan. El sondeo se realizó en sectores donde la población jóven supera el millar; en diciembre de 2001 la Fundación SES entregó el trabajo.


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