Análisis: Tres décadas después llegó el segundo triunfo de Parrilli en Neuquén

Desde 1989 que no ganaba en su tierra donde enfrentó olas provinciales como la del sobischismo y nacionales como el menemismo.

La satisfacción que ayer mostró Oscar Parrilli era elocuente. Desde 1989 que no ganaba en su tierra donde enfrentó olas provinciales como la del sobischismo y nacionales como el menemismo. Los intentos lo dejaron fuera de juego hasta que Néstor Kirchner lo llamó por teléfono y le dijo, en 2003, que iba a ser integrante de su gabinete.

Admite que sin el empuje de Silvia Estela Sapag (senadora designada en 1998 y luego diputada nacional por el Frente para la Victoria) “como aporte del MPN” no hubiera sido posible.

Las caras largas ganaron en el MPN porque no es lo mismo tener un senador nacional petrolero a Guillermo Pereya, a los fines de la continuidad de Vaca Muerta, que a kirchneristas. “Si bien muestran un costado moderado, hay que empezar a tejer de cero una relación con Nación porque si bien la provincia es dueña del recurso, Nación tiene el poder de veto”. se dijo ayer en el bunker del partido provincial.

En Juntos por el Cambio, los enojados apuntaron a quienes armaron las listas e incorporaron a la extrapartidaria Lucilia Crexell y advierten que es una luz roja para las elecciones del 22 de setiembre.

Quedará de ahora en más para el MPN la difícil tarea de remontar el resultado rumbo a octubre. Se admite que deberán poner en pausa la campaña para intendente de Mariano Gaido a quien rebalsaron de marketing a destiempo. Los neuquinos no votan igual en primera que en segunda vuelta, por más o por menos.


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