Turistas: los que más se accidentan en la ruta 23 de la Línea Sur

Suman 18 accidentes viales. En verano crece el uso por el atractivo de ir al mar o a la cordillera por una vía sin tanto tráfico. Los puntos que presentan más riesgo.

A medida que avanza la pavimentación total de la ruta nacional 23 crecen el tránsito y los accidentes. En los dos últimos veranos se registraron 18. En su mayoría los protagonizan turistas de otras provincias que desconocen la zona y no toman todas las precauciones ante las dificultades que genera la obra.

El atractivo de conectar en viaje mar y cordillera es tentador. Pero los riesgos están muy presentes en los lugareños, no así en quienes circulan por primera vez y desconocen el estado de una ruta en obra desde hace décadas.

Según datos brindados por el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Jacobacci, durante los dos primeros meses del 2020, se registraron 12 accidentes en cercanías de la ciudad, y en el mismo lapso de este año ocurrieron otros seis, aunque aquí incidió también la menor circulación por la pandemia.

Los lugares de mayor peligro son los que separan tramos de ripio y pavimento y que, generalmente, tienen curvas cerradas y en pendientes, o cortes de la cinta asfáltica con grandes montículos de tierra.
La ruta 23 cruza la Región Sur rionegrina, tiene 602 kilómetros y 507 están pavimentados. El resto está en obra y la finalización no tiene fecha exacta.

Casi todos los accidentes han sido vuelcos y despistes. Y en ninguno de ellos se han registrado víctimas fatales”.

Oscar Armengol, jefe de Bomberos de Jacobacci.

Más del 80% del recorrido está pavimentado y, de ese porcentaje, en los 410 kilómetros que separan a Jacobacci con el empalme de la ruta nacional 3, la traza es plana, con muy pocas curvas pronunciadas, lo que la hace “rápida” para transitar.

En los otros 192 kilómetros, entre Jacobacci y Dina Huapi, el recorrido atraviesa un paisaje de meseta y precordillera, con pendientes abruptas y un sin fin de curvas; lo que obliga a conducir concentrado y con mucha precaución, en especial si el trayecto se recorre por primera vez.

En este tramo, la pavimentación se ejecuta en distintos sectores, lo que complica aún más.

Producto de la sequía y las altas temperaturas en esta época de año, se dificulta el normal mantenimiento y la traza sufre deterioros. Y es en el período de mayor tránsito por el turismo.

Si bien durante los primeros dos meses del año se registraron menos accidentes que en el mismo lapso del 2020, todos fueron protagonizados por conductores foráneos. Y el mayor porcentaje, en dos puntos equidistantes a 45 kilómetros, entre Jacobacci y Clemente Onelli.

El lugar donde más vuelcos y despistes se han registrado se ubica zona del acceso a la Estancia La Beatriz, 40 kilómetros al oeste de Jacobacci.

En todos los casos, los vehículos circulaban en sentido este-oeste. En ese lugar termina el asfalto y empieza el tramo de ripio.

Curvas en el ripio. Todo un problema para el que no conoce.

Luego de una larga recta pavimentada, la traza tiene una curva de 45 grados en bajada, hacia la derecha. En ese punto empieza el ripio. El lugar está señalizado, pero muchos conductores se confían, generalmente transitan a altas velocidades, y se les hace muy difícil poder doblar. Luego de varios accidentes, hace poco menos de un mes, Vialidad Nacional “ensanchó” la curva. Pero hace unos días, un mono volumen Renault Kangoo dio varios tumbos. Dos personas, que se dirigían desde Bariloche a Los Menucos resultaron con golpes y magullones.

Otro punto de gran peligrosidad se ubica en el acceso este a Jacobacci, a unos 4 kilómetros. Allí termina el pavimento construido por la empresa Gancedo, entre Maquinchao y Jacobacci, y empieza el tramo que le corresponde a Equimac. Aunque esta última empresa ya pavimentó más de 15 kilómetros, desde ese lugar hasta unos 11 kilómetros al oeste de Jacobacci, aún no están habilitados. Ambos tramos están separados por grandes montículos de tierra.

Si todo anda bien, a fines de 2022 estaremos terminando la ruta 23. Quedan aproximadamente 95 kilómetros, hasta Bariloche. Es la etapa más complicada desde el punto de vista de la geografía del paisaje”.

Gustavo Casas, jefe del Distrito 20 de Vialidad Nacional.

En la zona hay varios carteles que indican “reducir la velocidad” y anuncian el corte y la curva. Sin embargo, muchos no advierten a tiempo los montículos y los chocan.

“Este verano hubo menos accidentes que la temporada pasada. Vuelcos y despistes. Ninguno con víctimas fatales. La mayoría se registran en estos lugares. Son dos puntos críticos de la ruta”, explicó el jefe de Bomberos de Jacobacci, Oscar Armengol.

Otra zona de peligro es la que se ubica en la cercanía del acceso a la CNEA, entre Pilcaniyeu y Dina Huapi donde termina el asfalto y empieza el ripio.

Los últimos accidentes


-26 de febrero de 2021: dos personas sufrieron heridas leves luego que una pick up -Volskwagen Amarok- en la que viajaban colisionara contra los montículos de tierra que cortan la circulación por el pavimento y la traza de la ruta hace una curva y empieza el ripio. Se dirigían desde Las Grutas a Bariloche.

-15 de marzo de 2021: dos hombres sufrieron golpes y magullones luego de volcar el vehículo, un Renault Kangoo que se dirigía desde Bariloche a Los Menucos.

Hay tramos de ripio con serruchos y mal mantenimiento


Entre Jacobacci y Dina Huapi, la ruta nacional 23 combina tramos pavimentados y de ripio. Algunos son desvíos que deben realizar las empresas al construir el asfalto, los que no suelen tener la compactación necesaria para soportar un tránsito cada vez más intenso, y que es más fuerte en la temporada estival.

En los fines de semana un promedio de 500 autos circula entre Bariloche y Las Grutas, según los cálculos que hacen en las estaciones de servicios. A ellos hay que sumar los camiones que llevan diatomea, piedra laja, forraje, lana y alimentos.

El incremento del tránsito coincide con la época de mayor sequía y calor, lo que dificulta el mantenimiento de la traza.
En distintos tramos de ripio, la ruta presenta serrucho, piedras sueltas, cortes y grandes guadales -colchones de polvo- por los que se hace muy difícil poder transitar con normalidad. La circulación por estos sectores genera nubes de polvo en suspensión que incrementan la peligrosidad, a la hora de los adelantos y cruces de vehículos.

Uno de los tramos más complicados se encuentra entre los accesos a las estancias Huanu Luan y La Beatriz, entre Jacobacci y Onelli. Son 15 kilómetros que están literalmente destruidos.

Las cubiertas muy infladas y el exceso de confianza, lleva a no disminuir la velocidad en los tramos de ripio, donde los vehículos suelen volverse inestables.

Dato

18
los accidentes viales registrados en las dos últimas temporadas de verano.

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