Cambios laborales para Vaca Muerta que llegan en cuotas

Reconocen una aplicación a medias del publicitado acuerdo. Para las operadoras significa un ordenamiento del sector. Uno de los puntos en discusión es el número de personal por dotación.

A poco más de medio año de la aprobación de la adenda petrolera para los trabajadores que se desempeñan en los hidrocarburos no convencionales, los dirigentes de los sindicatos del sector aseguraron que “se está aplicando sin inconvenientes”. Sin embargo a la hora de hacer un balance de su instrumentación plantaron posturas disímiles.

Para el titular del sindicato del Petróleo y Gas Privado, Guillermo Pereyra, las modificaciones fueron positivas porque “los trabajadores descansan más y eso aumenta su productividad”.

Como una muestra de los cambios, algo que era cuestionado por las compañías, aseguró que “en fracturas pasamos de realizarse entre una y dos por día por equipo a hasta cuatro”.

La advertencia de cómo impactan en la productividad los cambios del régimen laboral fue compartida días atrás por el vicepresidente Ejecutivo de Upstream de YPF, Pablo Bizzotto, quien explicó que “el mes pasado logramos completar más de 100 etapas de fractura con un mismo equipo de perforación, cuando antes de la adenda el promedio era de no más de 40 etapas por mes”.

Pero para Pereyra la adenda no sólo implica productividad. Según planteó “se logró un sistema más humanizado, los compañeros están ahora compartiendo la mesa con la familia, la gente está más descansada y eso hace que estén más motivados”.

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Otra visión tiene el titular de Petroleros Jerárquicos, Manuel Arévalo, quien detalló a “Río Negro Energía” que “contentos no estamos, pero se está trabajando con normalidad y hubo mucho entendimiento que permitió que no varíe mucho el trabajo y los puestos”.

Recordó que “hay una sola empresa, Halliburton, que está tratando de modificar el cronograma de trabajo de lo que es direccional para pasar de 1×1 a 2×1 y eso no lo vamos a permitir, porque los trabajadores necesitar estar descansados”.

Entre el entusiasmo de Pereyra y la mesura de Arévalo varias operadoras han advertido que no logran aplicar todos los artículos de la adenda.

Desde los gremios señalaron que hubo un crecimiento en la cantidad de trabajadores abocados a los no convencionales y señalaron que si bien aún resta recuperar dos tercios de los despedidos, en el caso de Petroleros se señaló que se reinsertaron 600 trabajadores de las 1.700 bajas, mientras que en Jerárquicos fueron 200 los que lograron volver a trabajar sobre 340 retiros.

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En números

Datos

4.000
son los trabajadores que el sindicato de Petroleros posee en los no convencionales.

La negociación de la adenda laboral para los trabajadores de los yacimientos no convencionales demandó más de cuatro meses de idas y vueltas en las que se conjugaron la necesidad de garantizar nuevas inversiones, con la reactivación de los más de 1.500 trabajadores que, en medio de las tratativas, habían recibido telegramas de despido.

Si bien la adenda no representa para las operadoras un ahorro en materia de costos de operación, sí definió algunos puntos clave para la actividad como son el trabajo en condiciones ventosas, en horarios nocturnos o cuando faltan algunos operarios.

Es que tras el boom de Vaca Muerta los empresarios notaron que los no convencionales no estaban encuadrados dentro del convenio colectivo de trabajo y cada incidente representaba un extenso debate con los delegados gremiales.

Pero paralelamente la adenda vino atada a la extensión del entonces Plan Gas que fijó un precio sostén que permitió la llegada de nuevas inversiones.


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