Un crítico Juan Goytisolo recibió el Cervantes

Quien se definió como “hombre de mucha literatura y pocas palabras dijo que le resulta difícil resignarse “a la existencia de un mundo aquejado de desocupación, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales”

Literatura

El escritor español Juan Goytisolo, conocido por su inconformismo, denunció en términos muy duros las desigualdades en España al recibir el jueves 23 de abril de manos del rey el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispanas.

Con semblante serio y cansado, reconociéndose abrumado por tres intensos días de homenajes y apariciones públicas, el escritor, excepcionalmente vestido con traje y corbata, recibió a sus 84 años el galardón de manos del rey Felipe VI durante una ceremonia solemne en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid, ciudad natal de Miguel de Cervantes.

“A los lectores tocados por la gracia de su novela, nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de desocupación, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como el que actualmente vivimos. Si ello es locura, aceptémosla”, afirmó ante una sala repleta de autoridades.

Declarándose “hombre de mucha literatura y pocas palabras”, el poeta, novelista y ensayista, incondicional del Quijote -que afirma haber leído en cuatro etapas diferentes de su vida- hizo un discurso breve pero denso de crítica social.

“El panorama a nuestro alcance es sombrío, crisis económica, crisis política, crisis social”, subrayó recordando estadísticas según las cuales “más del 20% de los niños de nuestra marca España vive hoy bajo el umbral de la pobreza”.

Intelectual siempre crítico y a menudo incómodo aseguró: “Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo”.

“No se trata de poner la pluma al servicio de una causa, por justa que sea, sino de introducir el fermento contestatario de ésta en el ámbito de la escritura”, lanzó el autor de obras como “Señas de identidad” (1966) o “Juan sin tierra” (1975).

“Digamos bien alto que podemos; los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia”, concluyó tras imaginar al Quijote “acometiendo, lanza en ristre, contra los esbirros de la santa hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera” o “socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y ansia de libertad”.

Fuente: AFP.


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