Un día de guardia en primera persona: la crónica del colapso sanitario desde adentro

El catártico descargo de una médica de Roca luego de batallar para salvar a un paciente mostró la cruda realidad que se vive puertas adentro de los hospitales. “Realmente quiero tener energía para llegar al final de todo esto”, aseguró.

“Mirar los ojos llenos de miedo de quién no puede respirar y al que se le avisa que va a ser intubado y conectado a un respirador (si tiene suerte). Ser receptor de las que quizás sea la última mirada y las últimas palabras de un ser humano. Sentir la mano que aprieta fuerte cuando le decís a tu paciente que no tiene chances de una cama en terapia, porque no hay. Reanimar a un paciente que se iba de alta por covid, por muerte súbita; a quien la familia lo esperaba en su casa, donde no llegará. Ver pasar a un colega de 44 años en una bolsa negra porque no resistió a la Covid. Pásarse 48 horas tratando de conseguir una cama con oxígeno o una cama en terapia para los pacientes que aguardan en los pasillos de los hospitales de Río Negro, desde Cipolletti a VIedma, de Campo Grande a Jacobacci”, relató la médica roquense Patricia Vogl el sábado pasado.

La muerte nunca estuvo tan cerca y este fin de semana tocó varias puertas. Sus ojos, su mirada, lo dijeron todo. Al sacarse la máscara facial esa tarde, rendida tras haber perdido una batalla más; el dolor y el desasosiego brotaron de sus palabras. Casi impotente, casi rendida, Patricia habló “desde las vísceras”. 

Ella es médica clínica, terapista y comunitaria. Actualmente hace guardias en el sector de Clínica Médica del hospital López Lima y está a cargo de la residencia de Clínica Médica del sanatorio Juan XXIII, donde también coordina las internaciones covid. El año pasado, desarrolló su actividad en la UTI de Allen. 

En su relato, enumeró en primera persona algunas de las vivencias y misiones cotidianas de los trabajadores de salud, tras quince meses de trabajo sin descanso para combatir la covid-19. Son hechos reales que se reiteran hace un año y en la segunda ola se viven con más gravedad.

“El año pasado durante el pico de la primera ola internabamos pacientes y no había camas con respirador. Teníamos que elegir entre distintos pacientes quien pasaba a terapia o no. En general intentábamos que sean decisiones tomadas en grupo para que de alguna manera pudiéramos balancear el dolor y el desasosiego que eso nos generaba”, agregó Vogl en diálogo con RIO NEGRO. 

Ahora, en la segunda ola; el cansancio se suma a la incertidumbre, al estrés, se enferman, no duermen bien. “Nuestra vida ha cambiado, todos sentimos que envejecimos muchos años en un año”, contó la profesional. Y cada vez que se pierde una vida el golpe duele más. No hay acostumbramiento a la muerte. 

“Creo que el momento más drástico para nosotros es cuando estamos viendo que un paciente no evoluciona bien (…) y que sabés que tenés la última cama en terapia del hospital y que si la ocupas, no vas a tener camas para otros pacientes. Esa situación para el personal de salud, ya sea médicos, enfermeros o kinesiólogos, realmente es una situación muy traumática, dolorosa”, confió Vogl. 

El estrés y el cansancio de los trabajadores de salud crece con cada día de pandemia. Foto: Juan Thomes

“Ese viernes había hecho guardia en el hospital y realmente habían sido horas muy difíciles». Contó que habían tenido que reanimar a un paciente que había mejorado y se iba de alta, pero tuvo muerte súbita. Además, tuvieron que derivar a otros pacientes a las últimas camas de terapia que quedaban en toda la ciudad.

Cuando se fue del hospital y al atravesar la Avenida Roca, vio con sus propios ojos el incumplimiento de las restricciones y a la normativa nacional de confinamiento. Así, el descargo por redes sociales fue inevitable al llegar a su casa, publicación que luego se viralizó por Facebook. 

Era como una sociedad que no estaba mirando al que necesitaba. El que necesita hoy en día es el paciente, su familia y también nosotros, el personal de salud»

Patricia Vogl, médica clínica y terapista de Roca

Vocación intacta


¿Volverías a elegir esta profesión?, fue la consulta de RIO NEGRO, luego de que la pandemia pusiera todos los días en crisis la tarea sanitaria. 

“Por supuesto que lo volvería a hacer, de la misma manera, con el mismo compromiso”, aseguró Vogl en su testimonio. El único reparo que tiene son sus hijos adolescentes y como sobrellevar la maternidad en estos tiempos de intensa demanda.

“Amo mi profesión, tengo un retorno permanente de parte de la gente. Si bien hay muchas luchas salariales para seguir haciendo, en este momento es un orgullo estar acompañando a los que sufren esta situación”, enfatizó la médica. Y recalcó la importancia del rol de todas y todos sus colegas: “ Todos mis compañeros dieron lo mejor de sí”. 


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