Un frigorífico de Bariloche se reinventa por la cuarentena y vive del delivery

Tienen unos 100 pedidos domiciliarios por día y sumado a la entrega en carnicerías permiten mantener la planta de faena operativa con normalidad.

A diferencia de las 10 plantas frigoríficas que dejaron de faenar en el país en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, el frigorífico Río Negro de Bariloche, se reinventa tras una fuerte caída de la demanda.

“La faena en la planta ex Jesús Arroyo funciona con normalidad pese a la caída del volumen faenado”, sintetizó Mario Barbagelata, el propietario del frigorífico con sede en Ñirihuau.

Hasta ahora, alrededor de un 30% de su producción se destinaba a hoteles y restaurantes que hoy permanecen cerrados. La planta, sin embargo, logró mantener la distribución en carnicerías y hasta incorporó el delivery, con ventas a domicilio, para equilibrar la caída de la rentabilidad.

En este momento, cuentan con un promedio de 100 pedidos domiciliarios por día. “Con los volúmenes que estamos faenando, mantenemos la actividad. Le encontramos la vuelta parcialmente: reemplazamos lo que vendíamos al sector gastronómico y hotelero con este  sistema de delivery que nos ayuda a sostener al personal”, indicó Barbagelata.

En las últimas semanas, se registraron algunos cambios de hábitos de consumo vinculados principalmente a la imposibilidad de realizar encuentros sociales o festejos. Por un lado, cayó por completo la demanda del bife de chorizo, lomo, cordero, asado y menudencias, demandados principalmente por las parrillas y locales gastronómicos.

de la planta de faena directo al hogar. Delivery de un frigorífico en las calles de Bariloche. Foto: Alfredo Leiva

“En esta época, solemos vender normalmente 200 corderos por semana pero estamos vendiendo apenas 5. Además, estamos congelando el asado con hueso que es un producto que nunca alcanza. Está sobrando porque nadie se junta”, señaló Barbagelata.

De todos modos, advirtió que los lanares no representan un volumen importante para mantener el funcionamiento del frigorífico, a diferencia de los novillos y vacunos que, “pese a la caída, permiten mantener la producción”.

El frigorífico Río Negro cuenta con 65 empleados. En la planta de faena, trabajan 25 personas; el resto se desempeña en las áreas de distribución, logística y administración.

Colita de cuadril y ojo de bife son los cortes que hoy más demanda tienen en Bariloche y la región. “Todo lo que sea carne para el horno, cacerola y carne para milanesas”, argumentan. Desde el frigorífico, se organizan entregas domiciliarias por sectores de la ciudad, de acuerdo a los días, “aprovechando la estructura de reparto de personal y camiones que permanece ociosa al no poder vender en hoteles y restaurantes”.

Barbagelata ponderó que la caída de ventas para el sector gastronómico coincidió con la época de baja temporada. Consideró que la incidencia, por lo tanto, no es alta ya que en marzo, no abunda el turismo. Pero advirtió que «el problema será la temporada de invierno si esto se mantiene. El turismo estudiantil mueve volúmenes importantes. Habrá que esperar”.


Los que cerraron


Barbagelata aclaró que los frigoríficos que hoy cerraron sus puertas son, en su mayor parte, los que exportan carne a Europa. Procesan, por otro lado, novillos pesados para restaurantes y catterings de Buenos Aires que también están cerrados.

“Hoy el mercado europeo está cerrado. Esos cortes de alto valor, además, no van a casas de familias. Eso está paralizado”, explicó el empresario barilochense. 

Contó que algunos de los frigoríficos que sufrieron este parate también abastecían con carne deshuesada a comercios de Bariloche y la región. “Si esto se mantiene, probablemente podría reemplazarse con lo que vendemos acá.


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