Un misterio que comienza a revelarse
Hallaron partes del avión piloteado por Saint-Exupery, autor de "El Principito". Falta saber por qué cayó.
MARSELLA (DPA).- Una parte del misterio en torno de Antoine de Saint-Exupery (1900-1944) quedó aclarada casi 60 años después del vuelo mortal del legendario piloto y poeta francés, que pasó por la Patagonia.
Los restos de fuselaje hallados en el Mediterráneo, cerca de Marsella, provienen del avión del tipo Lightning P38 con el que el creador del conocido «El Principito» despegó el 31 de julio de 1944 en un vuelo militar de reconocimiento. Así lo comunicó el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas en Marsella. Tras despegar de Borgo, Córcega, la nave bimotor desapareció en aquel entonces de las pantallas de los radares de los aliados y nunca más volvió a aparecer. Ese misterioso final generó un mito en torno del peculiar hijo de una familia noble francesa, autor de obras como «Vuelo nocturno» o «Tierra de hombres».
Un resto del fuselaje que se halló en otoño (boreal) de 2003 cerca de la isla de Riou fue identificada como parte del avión del tipo Ligntning P38 de Saint-Exupery. Ahora está claro que el escritor se estrelló en el mar después de despegar del norte de Córcega, dijo el experto Patrick Granjean.
Sobre un trozo de metal de un turbo-compresor hallado se podía leer la cifra «2734» que, según los documentos de la fuerza aérea norteamericana, corresponde el número de matrícula «41-68223» de la nave de Saint-Exupery.
«Cuando tuve esto claro, tenía lágrimas en los ojos», recuerda Pierre Becker, jefe de la empresa de rescates Géocéan, que con su moderna tecnología ayudó a sacar a la superficie los restos de fuselaje. «Ahora es seguro que el avión de Saint-Exupery se estrelló en las cercanías de la isla de Riou entre Marsella y Cassis», dice Granjean. «Pero no se sabe por qué y seguramente nunca se sepa».
Por lo tanto, casi seis décadas después del vuelo sin regreso del escritor, una parte del misterio seguirá sin resolver. Los restos de fuselaje hallados a 70 metros de profundida están fuertemente doblados. La nave debió caer a gran velocidad, como una piedra desde el cielo, consideran los expertos. Cualquier otro resto del avión fue «repartido» por las redes de arrastre de los pescadores de Marsella durante 60 años sobre el suelo marino.
«Durante veinte años estuve buscando la máquina, que debía haberse estrellado sobre los Alpes o sobre el Mediterráneo», informó el buceador, historiado y entusiasta de la aviación Philippe Castellano.
La desaparición de Saint-Exupery, que partió sin decir una palabra, fue demasiado misteriosa.
La noche anterior había regresado tarde a su base. En realidad, debido a su edad, sólo estaba apuntado como reservista para vuelos con los que los aliados preparaban su desembarco en Provenza. Pero entonces Saint-Exupery tuvo la oportunidad de volver a volar, y no regresó más.
Hace cuatro años, tras intensas investigaciones en los archivos militares alemanes, se descartó que el avión hubiera sufrido algún ataque. ¿Se trató de un accidente? ¿Hubo problemas de oxígeno a bordo? ¿O tuvo el escritor de 44 años un ataque cardíaco? Tampoco se descarta la posibilidad de un suicidio. En la misma zona del mar en 1998 un pescador encontró una pulsera con el nombre del autor. La autenticidad de este hallazgo sin embargo fue controvertida.
Una vida apasionante
El aventurero de la aviación y escritor famoso Antoine de Saint-Exupery, el tercero de cinco hijos de una familia aristocrática, nació en Lyon, en el centro de Francia, el 29 de junio de 1900, y vivió una infancia feliz en el sur. Su padre, un visconde, murió cuando Saint-Exupery tenía cuatro años.
Tuvo su bautismo del aire a los 12 años y siguió estudios en Mans, en Friburgo (Suiza). Tras preparar su entrada en la Escuela Naval de París, fracasó en el examen oral. Finalmente se inscribió en la Escuela de Bellas Artes. Aprendió a pilotear durante su servicio militar, pero la familia de su novia de entonces, Louise de Vilmorin, se opuso a su afición la aviación, tras lo cual ejerció diferentes oficios al tiempo que frecuentaba los medios literarios. En 1926, Saint-Exupery publicó su primer texto («El aviador») y se convierte en piloto de línea en la compañía Latecoere.
En 1927 es jefe de escala en el Sahara español, tras lo cual organiza, en Argentina la red de América Latina de la mítica Aeropostale. Saint-Exupery abrió rutas hacia la Patagonia piloteando él mismo los aviones, fiel a su intrépido espíritu aventurero. En 1931 se casa con la salvadoreña Consuelo Suncin -la modelo de «la rosa» de «El Principito»- y continúa volando al tiempo que escribe.
Fue víctima de graves accidentes, como en Guatemala, en 1938, cuando intentaba unir Nueva York y la Tierra del Fuego. Al comenzar la segunda guerra mundial participó en misiones peligrosas, como en Arras, en mayo de 1940. Desmovilizado, se instala en Nueva York, anotando que «la guerra no es una aventura. Es una enfermedad. Como el tifus». Desapareció en misión, a bordo de un avión de reconocimiento, el 31 de julio de 1944. Antoine de Saint-Exupery fue un escritor reconocido, tanto por las obras que le inspiraron sus misiones civiles o militares, pero sobre todo por «El Principito», fábula universal para niños (o para adultos), publicada en 1943. (AFP)
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