Una alternativa “muy potente”

Al percatarse de que conseguir dos tercios del Senado era una misión imposible, Reposo dejó de luchar.

Redacción

Por Redacción

Gils Carbó reúne buenos antecdentes profesionales y académicos y no tendría problemas en conseguir aprobación parlamentaria.

En sus señalamientos políticos y refiriéndose al terreno selvático en el que suelen moverse en ocasiones los hombres, Maquiavelo enseñó que para enfrentar a los lobos (abundan en la Argentina) es obligatorio transformarse en zorro y en león. Esto es: apelar a las cualidades de ambos para desactivar sus trampas y lidiar con fortaleza con esa fiera especie. La situación no se asemeja al cuadro catastrófico del 2001. Sin embargo, sobre todo en el área metropolitana, el ambiente está enrarecido. Con una intensidad discreta, se escuchan cacerolazos de sectores medios, azota un paro nacional de la hoy descalabrada mesa de enlace agropecuaria y vuelven los piquetes y movilizaciones no sólo de organizaciones gremiales tradicionalmente críticas sino también de exaliados de hierro, como los camioneros que siguen al secretario general de la CGT, Hugo Moyano. En ese contexto, mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner seguía adelante con iniciativas heterodoxas en materia de organización económica, su candidato a procurador general de la Nación, Daniel Reposo, sufría un traspié estrepitoso en el riguroso examen al que debió someterse en el Senado. Como al promediar la semana quedó al descubierto que el Frente para la Victoria que lidera Miguel Pichetto no conseguiría los dos tercios de los votos en la sesión programada para el próximo martes, el gobierno bajó al titular de la Sigen de la postulación, lo que fue festejado por el arco opositor y puso el foco en otra nominada por el Poder Ejecutivo: Alejandra Gils Carbó, fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. La tozudez por tratar de imponer a un hombre que había alterado su currículum y era sospechado, como declarado “soldado de Cristina”, de tener vínculos con el vicepresidente Amado Boudou, investigado en la causa de la ex-Ciccone, encontró un “límite” en el Congreso. Será por eso que el exfiscal y actual diputado por la UCR, Manuel Garrido, lamentó por un lado el “desastroso y lamentable” papel de Reposo y por el otro señaló lo “positivo” del mecanismo de prueba establecido por el Senado. El legislador lo contrastó con procedimientos de los años 90 y rechazó la visión conspirativa de la Rosada. “¿Gils Carbó es hija del kirchnerismo?”, se le preguntó por radio a Garrido, que abandonó sus tareas en el Estado peleado con el anterior procurador, Esteban Righi, actualmente caído en desgracia. “No será fiscal del kirchnerismo. Tiene una carrera previa. Cuando dictaminó (contra la fusión de Cablevisión con Multicanal, del Grupo Clarín), (Néstor) Kirchner no estaba enfrentado con (Héctor) Magnetto. Le hicieron un montón de denuncias y Righi no la defendía y además la descalificaba por su condición de mujer”, respondió adelantando un parecer del radicalismo, primera minoría en el Senado. Resignado frente a la derrota parcial, Pichetto siguió insistiendo en que Reposo “es una buena persona y un funcionario honesto” y que la rigurosidad de las preguntas a las que fue expuesto debería abrir un debate sobre la futura forma de selección de los jueces. Pero rescató la transparencia democrática en el trámite de aprobación. Y no quiso abundar más sobre el tema. Se concentró en el pliego de Gils Carbó y vaticinó su aprobación a mediados de julio. “Resolvió correctamente la presidenta, con realismo. Y ya encaró una propuesta alternativa muy potente”, sentenció. La dificultad para alcanzar los dos tercios en el Senado (en el mejor de los casos Pichetto llegó a contabilizar como seguros 42 legisladores de los 48 necesarios) puso en evidencia lo ilusorio que sería pretender una reforma constitucional con la actual composición parlamentaria. Las peripecias de Reposo no pudieron tapar otros problemas que afectan a los argentinos. De a poco, la presidenta hace avanzar y retroceder piezas de su elenco (se opaca Julio De Vido, brillan Guillermo Moreno y Axel Kicillof) y rediseña áreas. La de Transporte, por caso, que le permitió reunir en la Rosada, bajo la mirada atenta del floreciente Florencio Randazzo, al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli y al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. El primero milita en su bando, pero es recelado por los K de paladar negro con miras al 2015. El segundo se para como eje de una centroderecha, por ahora difusa, con la pretensión de tomar la posta dentro de tres años y medio. La iniciativa cristinista, sin embargo, recompone un diálogo en medio de tantos gritos y acechanzas, de afuera y de adentro.

ARNALDO PAGANETTI arnaldopaganetti@rionegro.com.ar


Gils Carbó reúne buenos antecdentes profesionales y académicos y no tendría problemas en conseguir aprobación parlamentaria.

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