Vacunas: volvemos a saltarnos la fila
No son pocos los gobernadores que, arrogándose la potestad de direccionar en forma discrecional las vacunas que llegan a sus provincias, definen la entrega de cientos de ellas a sectores que no cumplen con los pasos básicos del plan estratégico inicial.
“Terminemos con la payasada. Yo les pido a los fiscales y a los jueces que hagan lo que deben. (…) No hay ningún tipo penal en Argentina que diga ‘será castigado el que vacune a otro que se adelantó en la fila’. No existe este delito y no se pueden construir delitos”. Alberto Fernández, presidente de la Nación y profesor de Derecho Penal criticaba así desde México a aquellos que se indignaron con políticos, periodistas y amigos del poder que accedían al “vacunatorio VIP” sin cumplir con el plan estratégico de vacunación establecido desde las esferas del Ministerio de Salud de la Nación.
Hay gobernantes que tropiezan con la misma piedra. Arrogándose la potestad de direccionar en forma discrecional las vacunas que llegan a las provincias, definen la entrega de cientos de ellas a sectores que no cumplen con los pasos básicos del plan estratégico inicial.
La tentación de usar la vacuna con fines políticos parece estar a la orden del día. Cuando lo que está en juego es la vida, es clave la absoluta transparencia. La sociedad es consciente de que vacunarse es un derecho, no una dádiva de políticos que buscan exhibir generosidad. Para eso hay reglas que se deben cumplir (rangos etarios y pacientes de riesgo prioritarios), por más lobby, presión o piquete que puedan o amenacen hacer sectores con poder para torcer tal iniciativa. Sobre todo en un contexto en el que aún no abundan las dosis. Y si por algún motivo sobraran, es de esperar solidaridad con los ciudadanos de municipios o provincias que padecen la escasez.
“Terminemos con la payasada. Yo les pido a los fiscales y a los jueces que hagan lo que deben. (…) No hay ningún tipo penal en Argentina que diga ‘será castigado el que vacune a otro que se adelantó en la fila’. No existe este delito y no se pueden construir delitos”. Alberto Fernández, presidente de la Nación y profesor de Derecho Penal criticaba así desde México a aquellos que se indignaron con políticos, periodistas y amigos del poder que accedían al “vacunatorio VIP” sin cumplir con el plan estratégico de vacunación establecido desde las esferas del Ministerio de Salud de la Nación.
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